Mi nombre es Alexander Dy Galyz, hijo mayor de Violeta de Dy Galyz, más conocida como "La Rosa Negra", la poderosa y enigmática líder colombiana radicada en Monza, Italia. Soy consciente de que mi historia está entrelazada con la de mi madre, una mujer que ha dejado una huella indeleble en el mundo, tanto en su vida personal como profesional.
A mis 24 años, soy ingeniero de sistemas, y con ello, el sucesor de un legado que mi madre ha construido con esfuerzo, sacrificio y una inteligencia que la ha convertido en una mujer respetada y temida por igual. Mi madre, a sus 41 años, ha logrado lo que pocos pueden imaginar: ha creado un imperio en Italia y ha conseguido un respeto absoluto en los círculos más altos de la sociedad.
NovelToon tiene autorización de alexandra laserna leal para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
La Traición y la Respuesta
La noticia de la desaparición de Juan Rodríguez se esparció rápidamente por todo el bajo mundo. Nadie sabía con certeza qué había ocurrido, pero los socios de Rodríguez en el Cartel del Golfo y Sinaloa empezaron a sospechar que algo no estaba bien. La preocupación se transformó en desesperación cuando, unos días después, una fotografía de Violeta Dy Galyz, la Rosa Negra, llegó a las manos de los líderes del cartel. Junto a la foto había una nota que no dejaba lugar a dudas: "Traición, con orden y poder se pagó. Su reina está en suelo colombiano."
La imagen mostraba a Violeta en su esplendor, una mujer que ya había marcado su territorio y consolidado su reinado en el mundo subterráneo. La foto no solo era un recordatorio de su poder, sino también una advertencia de lo que les esperaba. La nota era clara: la traición había sido pagada, y Juan Rodríguez había caído como víctima de su propia arrogancia y falta de lealtad.
Al principio, los socios de Rodríguez no podían creerlo. Sabían que Violeta Dy Galyz y su familia no se detenían ante nada, pero la mención explícita de "su reina está en suelo colombiano" significaba que no solo Rodríguez había sido traicionado, sino que Violeta había regresado a Colombia. Este regreso, que no era solo simbólico, era una señal de que los Dy Galyz estaban listos para tomar el control absoluto del territorio que una vez fue suyo.
La nota dejaba claro un mensaje ominoso: la guerra no solo había comenzado, sino que estaba siendo ganada. Violeta había regresado a Medellín, su bastión, para recuperar lo que le pertenecía. Y con ella, su hijo, Alexander, el Rey del Inframundo, quien lideraría la ofensiva que destruiría a todos aquellos que habían osado desafiar el poder de los Dy Galyz.
Mientras tanto, los líderes del Cartel del Golfo y los mexicanos no podían dejar de pensar en las implicaciones de la nota. Sabían que Juan Rodríguez había cometido el error fatal al aliarse con sus enemigos, pero lo que no comprendían era el alcance del poder de los Dy Galyz. La imagen de Violeta en suelo colombiano no solo significaba su regreso a casa, sino también la restitución del dominio en Colombia.
El regreso de Violeta y su familia era una clara declaración de guerra. Nadie estaba a salvo. Rodríguez había sido el primer peón en caer, pero otros seguirían el mismo destino si se atrevían a desafiar a la Rosa Negra y su legado. Y aunque los carteles de narcotráfico pensaban que podían manejar a un hombre como Juan Rodríguez, se dieron cuenta demasiado tarde de que los Dy Galyz no eran simplemente un clan: eran una dinastía que había sido forjada por años de estrategia, violencia y sabiduría.
Lo que los socios de Rodríguez no sabían era que el regreso de Violeta y Alexander a Colombia no solo representaba una batalla de poder en el mundo del crimen. Era el comienzo de un nuevo orden, uno en el que los Dy Galyz no solo dominarían Colombia, sino que también tomarían las riendas de las rutas internacionales del narcotráfico, expandiendo su imperio en América, Europa y Rusia.
La guerra había comenzado, pero con Violeta Dy Galyz en el terreno y el imperio de los Dy Galyz resurgiendo con fuerza, el final ya estaba escrito: los enemigos serían aplastados y la familia Dy Galyz seguiría su camino hacia la cima del mundo.