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El Susurro Del Olvido

El Susurro Del Olvido

Status: Terminada
Genre:Completas / Traiciones y engaños / Amor-odio / Escena del crimen / Tú no me amas / Secuestro y encarcelamiento / Enfermizo
Popularitas:4.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Ankhe

En un mundo donde la realidad se desvanece en las sombras, una única verdad permanece: el destino siempre tiene la última palabra...


Después de conocer a Carlos en la biblioteca, Laura se enamora locamente de él, pero su amor pronto se convierte en una obsesión peligrosa. A medida que su comportamiento se vuelve cada vez más extremo, Carlos se ve obligado a alejarse y obtener una orden de alejamiento. Pero cuando Laura no puede aceptar el rechazo, lleva su obsesión al límite, desencadenando una cadena de eventos que cambiarán sus vidas para siempre.

NovelToon tiene autorización de Ankhe para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 9: Despertar en la oscuridad

A la mañana siguiente, cuando me desperté estaba desorientada, con dolor de cabeza y el cuello me dolía mucho, supongo que fue la inyección que me puso el doctor, también me di cuenta que fue por los recuerdos que hicieron que los medicamentos que tomé no funcionará de manera adecuada, por eso tuve mi brote psicótico de ayer y las voces volvieron muy rápido también, siento que esos recuerdos fueron un detonante en mi y por eso reaccione de esa manera.

Permanecí en la cama durante un tiempo, tratando de entender lo que estaba sucediendo a mi alrededor. Seguía sintiéndome mareada, y estoy convencida de que la dosis de ayer fue más potente que las anteriores. Me pregunto qué podría haber hecho mal para reaccionar de esa manera, considerando que el recuerdo que desencadenó todo parecía insignificante. Aún más desconcertante es el hecho de que solo recuerdo una parte de lo sucedido. Después de lo de ayer, me siento más inclinada a creer en la verdad que las voces me han estado diciendo, en lugar de lo que yo había pensado anteriormente.

Supongo que es posible que haya sido responsable del secuestro de ese hombre, aunque sigo sin comprender qué me llevó a hacerlo y qué era lo que el hombre de mis recuerdos me estaba reclamando.

Además, me preocupa la posibilidad de que sean dos hombres diferentes o la misma persona. Necesito hablar con mi doctor al respecto, aunque dudo que le dé mucha importancia, ya que, al igual que la enfermera anterior, parece disimular su disgusto hacia mí o hacia los demás pacientes. Siento que todos los empleados aquí están en contra nuestra, total estamos locos y no encajamos con esos cuerdos, creo que nos temen.

Son raras las veces en la que parezco una persona normal y no una loca que no recuerda lo que hizo y cómo fue que llegó a este lugar tan lúgubre y frío.

Casi nunca salgo de mi habitación y cuando salgo, a veces veo a los demás pacientes mordiéndose las uñas, otras estirando muy fuerte su cabello pareciera que los quisieran arrancar de raíz o dando fuertes golpes a la pared con la cabeza.

Me preguntó ¿qué habrán hecho ellos para estar también locos o simplemente nacieron con una conducta psicópata y los encerraron aquí?, cuando estoy bien hago mucho esfuerzo para recordar lo que hice, pero simplemente los recuerdos no llegan a mi y me enojo mucho, eso hace que las voces me vuelven a decir « mátalos, eso te hará sentir mucho mejor » siempre que me dicen eso estoy muy tentada de hacerlo, pero después llega mi momento de lucidez y olvido lo que me dijeron.

Después de un rato, escuchó la puerta abrirse, y veo entrar a mi doctor. Camina lentamente, arrastrando los pies por el suelo, y parece un poco nervioso mientras se acerca a mi. No intercambiamos palabras ni siquiera una mirada; simplemente procede con el chequeo de rutina para evaluar mi estado. Le lleva un tiempo completar la revisión, y cuando finalmente termina, se va tan rápido como llegó, sin darme oportunidad de hablarle.

Tengo tantas cosas que compartir sobre mis recuerdos, pero parece que tendré que esperar otro momento para hacerlo.

El ataque que experimenté ayer fue considerablemente más agresivo que los anteriores, lo que probablemente motivó que me administrarán una dosis más fuerte. Es muy probable que haya lastimado a alguien en el proceso, lo cual podría explicar por qué nadie quiere acercarse demasiado a mí. Sin embargo, mi doctor es una excepción; a pesar de su temor, cumple con su deber profesional y me atiende. Después de estos episodios, mi memoria suele ser borrosa y no recuerdo con claridad lo que sucedió durante el ataque.

Poco después de la partida del doctor, me sentí mejor y decidí seguirlo para poder compartir lo que había recordado. Justo cuando estaba por salir, apareció un guardia con mi desayuno y la medicación. La cantidad de pastillas era abrumadora, lo que me hizo sospechar que intentaban adormecerme para evitar problemas. Esta vez decidí no tomar los medicamentos, pero tuve que simularlo para no levantar sospechas. Cuando el guardia vio que aparentemente había ingerido las pastillas, se marchó.

Una vez que el guardia se fue, escupí las pastillas y las escondí. Si quería descubrir lo que sucedió, no debía tomarlas. Prefiero dejar que las voces me guíen y me muestren lo que necesito saber. Cada vez que me traen medicamentos, los rechazó para acelerar el proceso. Tengo la sospecha de que estas pastillas están diseñadas para borrar o bloquear mis recuerdos, ya sea de toda mi vida o solo de lo que me llevó a estar aquí. La verdad es que ya no estoy segura de lo que está ocurriendo.

Cuando dejo de tomar mis medicamentos, las voces empiezan a susurrarme tentaciones para cometer actos malévolos, y a veces me resulta extremadamente difícil resistirme. Hago mi mejor esfuerzo para ser paciente y recobrar mis recuerdos, pero hasta el momento no ha surgido nada en mi mente. Creo que simplemente debo esperar un poco más antes de obtener respuestas.

Cada paciente tiene asignado un horario para sus consultas con el doctor. Aunque la mayoría de ellos están en un estado mental donde no pueden comunicarse verbalmente, igualmente deben acudir a sus citas. Si no van por su propia voluntad, los guardias se aseguran de llevarlos, incluso si es necesario hacerlo a la fuerza. Creí que el doctor estaría disponible y fui a buscarlo, ya que era mi turno.

Salí de mi habitación y me adentré en los largos pasillos blancos, donde las luces parpadean intermitentemente, creando una atmósfera inquietante que me llenaba de temor. Los corredores parecían sacados de una escena de una película de terror. Avancé rápidamente, casi corriendo, con la respiración agitada y tropezando en mi prisa por llegar antes. Finalmente, llegué a la habitación donde el doctor me esperaba.

Una vez allí, golpeé la puerta y, sin esperar respuesta del doctor, irrumpí apresuradamente en la habitación. La cerré con fuerza, lo que provocó que él gritara por el susto. Es comprensible que alguien pueda asustarse trabajando en un ambiente como este. Me reí al darme cuenta de que lo había sorprendido. Esta sensación de alegría al asustarlo es algo que experimento con frecuencia.

Me senté en la silla frente a su escritorio mientras el doctor me miraba con impaciencia y rabia por el sobresalto que le causé. Sin embargo, yo no le di importancia y procedí a relatarle todo lo que había recordado hasta ese momento, con lujo de detalles. Mientras hablaba, el doctor tomaba notas meticulosamente. Hubo momentos en los que me quedé en silencio, sumida en mis pensamientos y divagaciones, hasta que el doctor tuvo que sacudirme por los hombros para que volviera en sí. Al recobrar la conciencia, lo miré confundida, y él me instó a continuar con mi relato.

Así transcurrió toda la tarde, siendo la última paciente del día, me quedé más tiempo del necesario.

Mientras miraba por la ventana, me di cuenta de que la noche había caído y una fuerte tormenta azotaba afuera, algo que no había notado previamente.

Con el cansancio acumulado, le informé al doctor que me retiraría a mi habitación para descansar. Al levantarme y salir, cerré la puerta de golpe, como era mi costumbre. A lo lejos, pude escuchar la voz del doctor gritándome, lo cual me hizo reír en voz alta mientras me dirigía hacia mi habitación.

Después de regresar a mi habitación, me recosté en la cama y cerré los ojos, tratando de calmar mi mente agitada. La tormenta seguía rugiendo afuera, y el sonido de la lluvia golpeando contra las ventanas me hizo sentir más inquieta. A pesar de estar agotada, mi mente seguía dando vueltas, tratando de encontrar respuestas a todas las preguntas que me atormentaban.

Me sumergí en un estado de semi conciencia, donde los pensamientos se entrelazan con imágenes borrosas de mi pasado. Sin embargo, nada parecía cobrar sentido, y cada recuerdo era como una pieza de rompecabezas que se negaba a encajar en su lugar adecuado.

De repente, fui sacada de mi concentración profunda por un sonido proveniente del pasillo. Al principio, pensé que era solo la tormenta, pero luego me di cuenta de que era algo más. Me levanté de la cama y me acerqué a la puerta, tratando de identificar el origen del ruido.

Entonces, escuché pasos apresurados y murmullos provenientes de fuera de mi habitación. Me quedé paralizada por un momento, preguntándome si debía abrir la puerta o quedarme donde estaba. Finalmente, decidí tomar coraje y abrir la puerta.

Al hacerlo, me encontré con una escena caótica en el pasillo. Los pacientes deambulaban de un lado a otro, algunos gritaban, otros lloraban, y algunos parecían completamente fuera de sí. Los guardias intentaban mantener el orden, pero estaban claramente abrumados por la situación.

Sin saber qué hacer, me uní a la multitud y traté de averiguar qué estaba sucediendo. Algunos pacientes decían que habían visto a figuras sombrías merodeando por los pasillos, mientras que otros afirmaban haber escuchado extrañas voces susurrando en sus oídos. La paranoia y el miedo se propagaba como un virus entre nosotros, alimentados por la oscuridad de la noche y la tormenta que rugía afuera.

A medida que la paranoia se propagaba entre los pacientes, me di cuenta de que no había manera de obtener respuestas coherentes en medio del caos. Cada uno de nosotros estaba luchando contra sus propios demonios internos, y la realidad se distorsionaba más con cada susurro y sombra percibida.

Decidí no alimentar el miedo que se apoderaba de la multitud y me alejé de la escena. Sabía que estas situaciones eran algo común en este lugar, donde la mente de cada paciente era un laberinto de confusiones y delirios. Sin darle más importancia, me di la vuelta y regresé a mi habitación, tratando de ignorar los murmullos de miedo que aún resonaban en los pasillos.

Una vez dentro de mi habitación, cerré la puerta con cuidado y me senté en la cama, tratando de recuperar la calma. La tormenta seguía rugiendo afuera, pero ahora estaba más tranquila, como si el caos que reinaba en el pasillo no pudiera traspasar las paredes de mi habitación.

Me recosté en la cama y cerré los ojos, intentando bloquear los pensamientos perturbadores que amenazaban con inundar mi mente. A pesar de todo, sabía que debía mantener la cordura en medio de la locura que me rodeaba.

1
Edith Rocha
buena novela aunque bastante repetitiva en cuanto al relato
Beatriz Valiente
Excelente
Beatriz Valiente
pobre chica que locura su obsesión
Hualian
👏
Analia Vázquez
Me encantó!!❤️😘 pobre Laura 😔
kozumei
No puedo con solo esto 😍
cutesylvie160
Me mantuvo enganchada XD
Ankhe: Me alegro mucho que te haya enganchado, por si quieres seguir leyendo en unas horas público el siguiente capítulo
total 1 replies
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