Una joven cae bajo los encantos de un hombre misterioso que resulta ser un vampiro. Ana Fridman de 17 años, que ni en sus mas alocados sueños imagino enamorarse y menos de su profesor y sin olvidar que es un Vampiro, ahora sabra lo que se siente y debe aceptar luchar por ese amor al no ser aprobada por la familia de el apuesto, frio y arrogante Lord Kim Liam y por la sociedad de que una joven se enamore de su profesor.
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Capitulo 23
ACCIDENTE
-Eso ya lo veo. Me dice Anto gestualizando y me empuja a mi cuarto para hablar sin despertarlo.
-¿Es un problema?. Le pregunto en un susurro.
-Si es un problema... Ahora van a querer vigilarnos. Me dice apretando la mandíbula
-De quien es la culpa. Le digo señalandola.
-Bueno... Eso no viene al caso... Venía a avisarte... Qué mi padre me avisó... Qué ya es tiempo que me haga de una pareja estable ... Y me puso como límite que me case para marzo o abril. Me comenta nerviosa.
-Pero si eres muy joven. Le digo
-Es lo que se acostumbra en mi familia... Me hacen una fiesta donde me presentan a la sociedad de nuestro círculo... Y ahí es donde debo elegir... O más bien me eligen. Comenta exhalando.
-Que es el siglo pasado. Le pregunto sarcástica.
-Es lo que se acostumbra... Al no encontrar mi pareja... Debe ser así... Se me agotó el tiempo. Me dice.
-Me suena conocido. Le comento recordando a Liam.
-Me puedes acompañar... La verdad me da miedo. Me dice Anto.
-Si... Para eso somos amigas. Le digo y se me abraza.
-Gracias Ana. Me dice.
-Para que son las amigas. Le comento.
-Me puedo quedar a dormir aquí contigo. Me pregunta.
"¿Qué les pasa a todos que se me pegan hoy?, pienso.
-Si... Pero no ronques. Le advierto.
A la mañana me despierto dura al no poder moverme, ella tiene una pierna y brazo sobre mi, me giro cayendo de la cama.
Mateo ingresa preocupado al escuchar el ruido, ayudándome a levantar.
-¿Cuándo llegó?. Me preguntó señalando a Anto.
-Hay... Hay (Me quejo del golpe en mis pompis)... Anoche... hecho todo a su paso... Me olvidé dejar la luz encendida por ella. Le cuento, mientras me froto donde me golpee.
-Prepare café para desayunar. Me avisa Mateo.
-Eres amable ... Pero no desayuno aquí. Le comento, eligiendo la ropa que me iba a poner.
-Lo hice para agradecer que déjate que me quedé. Me dice.
-Que no se te haga costumbre. Le digo.
-Ya se... Debes querer tener privacidad. Me dice con una mirada inquisidora.
-Si... Bien, lo haz dicho. Le respondo.
Escuchamos un ronquido de Anto y reímos por lo bajo.
-Ella siempre es así. Me pregunta.
-No... Sabes... Me dijo que en su familia acostumbran a qué se case a su edad... ¿Sabes el motivo?... Ustedes están más con ellos. Le consulto a Mateo
-No... No sabía... Son muy reservados. Me dice Mateo.
-Bueno... Me voy a preparar. Le comento por lo que asiente y sale del cuarto.
***
(*En el castillo de los Lords)
-Lords les juro que no ataque a su compañera. Suplicaba Héctor ante Liam.
-Su clan a violado los tratados de convivencia entre los humanos... No solo han abusado de ellos... De manera física, adueñándose de sus cosas, sino que nos han dejado muy expuestos. Le describe sus delitos serio.
-Eso es mentira. Exclamó y de la nada se aproxima uno a mirarlo directo.
-Miente. Anuncio.
-No puede ser tan ingenuo... Nosotros lo sabemos todo. Le comunico Liam.
-Lo que no sabe que está con una cazadora... Una descendiente de los que nos han perseguido por décadas para acabar con nosotros. Le dijo antes de que lo liquiden.
-¿De qué habla?. Le pregunto haciendo señas de que aún no lo maten.
-Le pregunto... ¿Puede leer su mente o le resulta confuso o no ha podido ni si quiera saber lo que piensa?... Lleva en el cuello el símbolo de su familia... Averigüe. Le dijo dejando a Liam pensando.
En eso lo decapitaron dejando que su cuerpo arda.
***
Ana se encontraba en la biblioteca cuando terminó su clase respondiendo las preguntas que le había dado para el examen que debía rendir. Ella sintió una brisa fría cruzar cerca de ella, pero la ignoro al estar concentrada tomando notas.
Suspiro profundo y levanto la mirada encontrándose a Liam sentado ante ella mirándola.
-¿Qué haces?. Le pregunta Liam.
-Respondiendo un cuestionario... Este profesor es muy exigente. Le dice sarcástica, siendo que él es su profesor.
-¿No te agrada?. Le pregunta Liam haciéndose que no sabía que hablaba de él.
-Es un clavo en el pie... Le pedí un salvavidas y me dió un ancla. Le responde divertida mirándolo fijo.
-En ese caso vas a tener que poner más empeño. Le responde.
-Profesor que bueno que lo encuentro... Quería consultarle...
Apareció un estudiante y Liam lo miro serio.
-Me lo puede consultar en clase... En este momento estoy ocupado. Le interrumpe señalando los libros que tenía cerca.
-Ouh... Disculpe. Le dijo alejándose.
-Disculpa... Debo lidiar con estudiantes molestos que creen que tengo todo el tiempo libre. Le dice Liam irónico.
-Ausch. Dijo Ana.
-Con excepción de ti que fuiste educada de preguntar en clase. Le dice.
-Tengo un punto ganado. Le asegura Ana.
-Mejor sigue estudiando. Le responde Liam.
Ella suspiro continuando al hojear el libro.
-Sabes... Dicen que la práctica ayuda a memorizar mejor... Quieres acompañarme... Debo ir a la morgue. Le comenta Liam.
-Me gustaría... Nunca fui. Le comenta ella entusiasmada.
Llegaron al lugar donde suelen llevar a los estudiantes de medicina para que hagan sus prácticas.
-Mira... Aquí tienes... Ponte esto. Le dijo Liam pasándole un cubre bocas y guantes.
-Asi que aquí se da la magia. Dice sarcástica Ana.
-Agarra ese instrumento. Le señala Liam.
Ella le hace caso entusiasmada, mientras él extrae uno del depósito donde lo conservaban.
-¿Qué temperatura debe tener para conservarlos?. Aprovecho Ana para preguntar.
-En este lugar entre dos y cuatro grados centígrados. Le responde Liam.
-¿De dónde optienen los cuerpos?. Le pregunta
-Son donaciones que hacen a la universidad. Le responde y se gira despacio a mirarla. Ella sonríe mordiéndose los labios.
-Estas aprovechando a que te responda las preguntas. Le dice.
-¡¿Qué?!... Je... No... Solo me gusta estar informada. Le responde.
-Veremos que tan informada estás... Me toca hacer las preguntas. Le dice serio.
-Hacer las pruebas con los cadáveres está bien... Pero ahora entiendo cuando los médicos actúan como si al acerté las curaciones no te duele... Se acostumbran a qué sus primeros pacientes no se quejen. Comenta Ana.
-Eres sarcástica... Pero quiero saber cómo reaccionas cuando haga algo... Y si tienes pasta para esto. Le comenta al extraer los intestinos de uno.
-Es para el asador. Le consulta.
-Esa te enseñaron tus compañeros. Le pregunta Liam.
-Hay uno que dice que debes tomarlo así relajada... Otro que no debes pensar... Y hasta con que se debe untar la mascarilla para que el olor no te afecte... Pero este no tiene olor. Le dice Ana y luego su atención se enfoco en unos frascos grandes que había en un estante.
-Son fetos. Le pregunto asombrada.
-Si... Desde los tres meses. Le señala Liam y ve que a ella le afectó ver eso.
-Salgamos... Ya te enseñe suficiente. Le dice Liam llamado su atención.
-Sabes... Ahí dice que la causa de su muerte fue un paro (Comenta señalando el cadáver que tenía en la mesa)... Pero según leí debes tener los dedos morados y señala otras marcas que en el libro describe... En estás zonas... Pero este no los tiene... Pero su boca está negra. Le señala Ana.
-Tienes razón. Le dice Liam que toma nota y extrae unas muestras. -Serias buena si te dedicas a esto. Le comenta.
-Debo irme... Tengo que trabajar. Le comenta Ana.
-No almuerzas. Le pregunto Liam
-Con un sándwich me basta. Le responde.
-Vamos a que comas... Debes alimentarte. Le insiste Liam.
Se encaminaron a un restaurante cerca del campus.
-Sabes... Me comentó Pablo que encontraron cuerpos sin sangre y marcas en el cuerpo... Armaron un grupo de investigación para dar con los que provocaron eso... O el que provocó... Creen que es un asesino serial...¿ Qué crees?. Le pregunta Ana.
-Me lo consultas a mi... No tengo idea... Nosotros obtenemos del banco de sangre nuestro sachet... De los que donan. Le responde.
-Que asco. Expresa Ana torciendo la cara.
-Tu comes tripas asadas y no te crítico por ello... Esas tripas por dónde cruza las eses del animal. Le dice Liam.
-Puedes decir lo que se te venga en gana... Tengo cuatro hermanos... Qué hablan así para comer más ellos... Y eso no me afecta el apetito. Le responde Ana.
-Conozco personas que nunca más volvieron a comer hígado... Cuando vieron un cuerpo descuartizado en un accidente. Le dice Liam.
-Hablando de accidente... La vez pasada un ciclista fue atropellado... Parte de su masa encefálica se desparramó en el pavimento y uno de los camilleros se resbaló callendo encima. Le cuenta divertida Ana.
-Ana... Qué sorpresa verte aquí. Apareció Pablo junto a sus compañeros para almorzar en el mismo restaurante donde estaba ella.
-Hola. Lo saludo ella como si nada.
-Y ¿usted es?. Le pregunto Pablo pasándole la mano a Liam.
"Será el que le sacude el termostato", se preguntó mentalmente Pablo.
-Soy él que le regula el termostato... He escuchado que me puso ese sobrenombre. Le dijo Liam y Pablo lo miro con los ojos muy abiertos.
-Sus manos están frías. Comenta Pablo.
-Es por sostener una bebida helada. Le dice Liam.
-PABLO... TENEMOS UNA MESA. Le gritan los compañeros, por lo que se aleja.
-¡¿Qué le dijiste?!. Le pregunta ella colorada.
-Se preguntaba si soy el que te sacude el termostato. Le responde Liam.
-Ja...Ja... La cara que puso... De seguro me reclamará. Expresa Ana.
-Se lo ve más serio. Le comenta Liam.
-Si... Desde que está en su unidad cambio... Al parecer maduro un poco. Le responde Ana.
-¿Sabes algo de tus tíos?. Le pregunta Liam.
-No... Y no pregunto tampoco. Le responde ella.
-Esa cadena que llevas.
-Es un recuerdo de mis padres... Mi madre lo tenía cuando falleció... Tiene la foto de ambos en ella. Le enseña Ana al abrir su relicario.
-Tuviste curiosidad de saber quienes eran a qué se dedicaban. Le pregunto Liam.
-Siendo sincera... Tengo una carpeta donde me dice sobre ellos... Pero es raro... No me siento parte de ellos... Es como si mi existencia fuera obra de un acto de magia. Le dice Ana.
En eso ve que Pablo se aproxima nervioso a la mesa de ellos.
-Nuestros padres sufrieron un accidente. Me dice en un tono nervioso.
-Te acompaño. Le digo
-Deja que te lleve. Me dice Liam.
-Si... Ve con él... Es el km 125 iban rumbo a una reunión o algo así. Comento acelerado seguido por sus compañeros.
(*Ana)
Me zumbo los oídos con lo que me dijo Pablo, automáticamente tomo mi celular y llamo a Mateo.
#Estoy en clase. Me dice ni bien atiende.
#Sufrieron un accidente ... Iban rumbo a una reunión. Le cuento nerviosa con la voz cortada.
#¿Quién Ana?. Me pregunta.
#Mis tíos ... Tus padres ... Me dijo Pablo. Le cuento entrando en el auto junto a Liam.
#Hablame más tranquila... No te entiendo si sollozas. Me dice.
#EN EL KM 125 AHI PASO. Digo y se me cortó la llamada.
-Trata de respirar Ana. Me dice Liam pasandome la mano por la espalda.
Se hicieron eternos los minutos hasta que llegamos al lugar, era una carretera que estaba al límite de la zona que no había señal, campo a ambos lados y veo ambulancias, las autoridades y una grúa que extraía el auto de la zona boscosa que quedaba hacia abajo fuera del camino.
Había un testigo hablando con la policía.
"Iba adelante mío y más adelante de frente venía un camión, de la nada un auto se quiso adelantar al camión encontrándose de frente con ellos y fueron a parar a puntos opuestos... Uno salió despedido y cruzó sobre nosotros... Tuvimos suerte que no nos aplastó, pero hundió el techo ... Fíjese como quedó"
Le contaba nervioso el señor que se ve también sufrió en el accidente y gestualizaba con las manos.
Veo que ponen en una camilla a alguien y corro a ver si era uno de mis tíos. Pero no era el conductor del que provocó el accidente. Tengo el corazón acelerado y los nervios destrozados.