Esta es una historia sobre un joven Omega llamado Kalet de campo que conoció a un Joven Alfa llamado Asher que era famoso por los alrededores por ser el hijo de uno de los hombres más ricos
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pensamientos
Un deseo especial
Mi abuelo Richard estaba sentado en su sillón favorito, leyendo un libro. Me acerqué a él, nervioso pero decidido.
"Abuelo, ¿puedo hablar contigo?", pregunté.
Mi abuelo cerró el libro y me miró con curiosidad. "Claro, Kalet. ¿Qué pasa?"
"Quiero ir a la feria del pueblo", dije, intentando contener mi emoción.
Mi abuelo frunció el ceño. "Kalet, sabes que como omega, no es recomendable que vayas a lugares concurridos. Es peligroso".
Lo sabía. Los omegas éramos vulnerables a los ataques de los Alfas, especialmente en lugares públicos. Pero yo nunca había ido a una feria y quería experimentar la emoción.
"Por favor, abuelo", supliqué. "Nunca he ido a una feria. Quiero sentir la emoción de estar entre la gente, ver los juegos y las atracciones".
Mi abuelo suspiró y se levantó de su sillón. "Está bien", dijo finalmente. "Puedes ir, pero con condiciones. Debes estar conmigo en todo momento y no te alejes de mi lado".
Me emocioné tanto que casi salté de alegría. "¡Gracias, abuelo!", exclamé, abrazándolo.
Mi abuelo sonrió y me acarició el cabello. "Estoy haciendo esto por ti, Kalet. Pero recuerda, siempre debes cuidarte".
En ese momento, Asher, el Alfa que habíamos rescatado, salió de la habitación contigua. "¿Qué pasa?", preguntó, mirándonos con curiosidad.
"Kalet quiere ir a la feria del pueblo", explicó mi abuelo.
Asher me miró con sorpresa. "¿Estás seguro de que es una buena idea?", preguntó.
Mi abuelo lo miró con firmeza. "Kalet estará conmigo. Estará seguro".
Asher asintió, pero su expresión seguía siendo preocupada. ¿Qué sabía él que yo no sabía?
Secretos y sospechas
Mi abuelo y yo estábamos sentados en la sala, mientras Asher se levantaba para ir a su habitación. De repente, recordé algo importante.
"Oye, Asher", dije, "por cierto, no tienes ningún familiar al que quieras llamar?"
Asher se detuvo en seco, su rostro cambiando de expresión. Se puso nervioso, y su voz se volvió baja y tensa.
"No... no tengo familia", dijo, evitando mi mirada.
Me pareció extraño. Asher parecía alguien con dinero y educación, no alguien que no tuviera familia. Pero no quise presionarlo.
Mi abuelo intervino, cambiando de tema. "Asher, puedes quedarte en el cuarto de invitados mientras te recuperas. Está arriba, al final del pasillo".
Asher asintió, agradecido. "Gracias, señor Richard. Su hospitalidad es muy generosa".
Mi abuelo sonrió. "No hay de qué, Asher. Eres bienvenido aquí".
Asher se dirigió hacia la escalera, y mi abuelo me miró con una ceja levantada.
"Kalet, no presiones a Asher sobre su pasado", dijo en voz baja. "Todos tenemos secretos".
Asentí, pero mi curiosidad estaba despertada. ¿Qué secreto escondía Asher? ¿Por qué parecía tan nervioso al hablar de su familia?
Mientras Asher se retiraba a su habitación, no pude evitar sentir que había algo más en su historia, algo que no quería compartir.
Pensamientos confusos
Me acosté en mi cama, intentando relajarme después de un día lleno de emociones. Pero mi mente no cooperaba. Pensamientos y recuerdos de Asher inundaban mi cabeza.
Su aroma, tan intenso y varonil, se me venía a la mente. Su cara, con esos ojos profundos y esa sonrisa leve, era irresistible. Me di cuenta de que él era exactamente mi tipo.
Pero, razoné conmigo mismo, no sabía casi nada sobre él. Su pasado era un misterio, y su futuro, incierto. Pronto se iría, y tal vez nunca lo volvería a ver.
Intenté apartar esos pensamientos, pero no podía evitar sentir una conexión con él. Era como si hubiera algo entre nosotros, algo que iba más allá de la casualidad.
Me levanté de la cama y me acerqué a la ventana. La luna llena brillaba en el cielo, iluminando el jardín. Me sentí solo, y la soledad me hizo pensar en Asher aún más.
"¿Qué estás haciendo, Kalet?", me dije a mí mismo. "No puedes enamorarte de alguien que no conoces".
Pero mi corazón no escuchaba. Ya estaba involucrado, y no sabía cómo salir de eso.
De repente, escuché un ruido suave en la puerta. Me giré, y vi a Asher de pie en el umbral, mirándome con una expresión intensa.
"¿Kalet?", dijo, su voz baja y suave. "¿Estás despierto?"
Mi corazón latió más rápido. ¿Qué estaba haciendo él aquí? ¿Qué quería?