Clara decide quedarse con el villano, decide que ese demonio será suyo
El mundo mágico también incluye las novelas
1) Cambiaré tu historia
2) Una nueva vida para Lilith
3) La identidad secreta del duque
4) Revancha de época
5) Una asistente de otra vida
6) Ariadne una reencarnada diferente
7) Ahora soy una maga sanadora
8) La duquesa odia los clichés
9) Freya, renacida para luchar
10) Volver a vivir
11) Reviví para salvarte
12) Mi Héroe Malvado
13) Hazel elige ser feliz
14) Negocios con el destino
15) Las memorias de Arely
16) La Legión de las sombras y el Reesplandor del Chi
17) Quiero el divorcio
18) Una princesa sin fronteras
19) La noche inolvidable de la marquesa
20) Ni villana, ni santa
21) Salvando a mi Ernesto
22) Cartas para una princesa
23) Ya te olvidé
** Todas novelas independientes **
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Ataque 1
El amanecer entraba lento por las cortinas pesadas de la oficina, el fuego de la chimenea se habia apagado horas atras y el olor a vino y papel viejo flotaba en el aire. Theo abrio los ojos despacio, por un momento no supo donde estaba, hasta que sintio el peso suave de Maddie sobre su pecho. su respiración era tranquila, su cabello desordenado cubria parte de su rostro y una de sus manos seguia aferrada a su camisa, como si incluso dormida no quisiera soltarlo.
El duque quedo quieto, mirandola en silencio. habia algo en esa imagen que le golpeaba el alma… el contraste entre su rostro tan sereno y todo el caos que lo rodeaba. recordó el dia anterior.. las discusiones.. y esa forma que habia usado para pedirle perdón de rodillas..
[canario travieso malditamente provocador..]
Theo paso los dedos por su espalda desnuda, dibujando lineas suaves como si quisiera memorizar cada curva, cada marca de su piel. él la cubrió con una manta y la llevo a que descansara en la habitación..
Un mes paso y la rutina en la mansion se habia vuelto extrañamente cómoda, casi natural para ambos. Maddie se levantaba temprano, desayunaba con el duque y luego pasaba gran parte del dia entre papeles, cartas y reuniones con los administradores del ducado. habia decidido involucrarse en todo lo que pudiera, y aunque al principio los sirvientes la miraban con desconfianza, pronto todos se acostumbraron a verla caminar por los pasillos con libros de cuentas en brazos y una sonrisa que iluminaba hasta las paredes más frías.
Theo, por su parte, la observaba con una mezcla de orgullo y miedo. orgullo, porque Maddie lograba ganarse a todos con su bondad y eficiencia; miedo, porque sabia que mientras más visible se hiciera, más facil seria para sus enemigos hacerle daño.
Duque: puedes hacer lo que quieras con la mansion, Maddie.. puedes gastar mi dinero, regalarlo, redecorar todo si te place… pero no saldrás de la mansion sin mi permiso. y nadie entrará sin que yo lo apruebe primero.
Maddie: eso suena a orden, duque.
Duque: lo es.. no pienso negociar en eso.
Maddie: entonces, ¿debo pedir permiso para respirar también?
Duque: quiero mantenerte viva, Maddie. no es control… es miedo. miedo de perderte.
Maddie: entonces dejaré que tengas tus reglas, por ahora. pero prométeme que cuando todo este termine nos iremos de aquí.. nos tomaremos unas vacaciones..
Duque: si eso ocurre, te llevaré yo misma. pero no mientras haya alguien dispuesto a matarte.
Maddie: trato hecho, duque temeroso.
La rutina siguió su curso. cada día era una mezcla de dulzura y tensión, de cariño y de órdenes veladas. pero ambos, a su manera, estaban aprendiendo a convivir entre el amor y el peligro.
Esa noche, la mansión estaba tranquila, el viento apenas movía las cortinas y el murmullo lejano del mar llegaba hasta los ventanales. De repente, un sirviente interrumpió el silencio, corriendo con pasos apresurados hacia la oficina de Theo.
- señor duque, informes urgentes.. Tres ataques simultáneos en las costas, al norte, al sur y al este. Los capitanes de los barcos reportan que son flotas organizadas… podrían ser piratas, pero parece algo más coordinado.
Theo frunció el ceño, su rostro duro se volvió aún más severo. Tomó los pergaminos y los revisó con rapidez, analizando cada detalle, cada posible amenaza. Sus manos se cerraron en puños al ver la magnitud del ataque.
Duque: Samir.. tú te quedas a cargo de la seguridad de la mansión. Nadie entra, nadie sale, y mantén a Maddie dentro.
Samir asintió con respeto, consciente de la responsabilidad que tenía.
Sin perder un segundo, salió de la oficina, bajó al establo y montó su caballo negro, listo para enfrentar los ataques. La noche era fría, la brisa salada le golpeaba el rostro, pero su mente estaba clara.. proteger las costas de la isla, mantener a salvo a su gente… y asegurarse de que nadie se atreviera a tocar a su canario blanco.
Mientras cabalgaba hacia la costa, cada pensamiento sobre Maddie lo acompañaba, un recordatorio silencioso de lo que estaba en juego. No podía fallarle, no ahora, cuando cada movimiento de los piratas podía significar desastre.
Theo se detuvo en la orilla, mirando las embarcaciones humeantes que flotaban a la deriva. Sus ojos recorrieron cada detalle.. los restos de madera chamuscada, las velas rasgadas, los cuerpos de los piratas que habían logrado escapar. Su magia de hielo se activó de inmediato, apagando el fuego, enfriando la madera y evitando que la destrucción se extendiera.
[Demasiado… perfecto, demasiado fácil]
su instinto le decía que algo no cuadraba. Los ataques eran simultáneos, sí, pero demasiado dispersos y sin objetivo real.. nadie había atacado las costas vitales, solo destruyeron barcos aislados.
Al llegar al segundo lugar, la situación era idéntica.. un pequeño grupo de piratas, unas embarcaciones quemadas, nada más. El patrón era claro, y la alarma en su interior creció.
De repente, lo supo. Una sonrisa tensa cruzó su rostro, mezclada con furia y preocupación.
[Lo hicieron… me sacaron de la mansión a propósito.]
Su mirada se endureció al pensar en Maddie. La idea de que alguien quisiera aprovechar su ausencia para atacarla o manipularla lo llenó de rabia. Cada segundo que pasaba lejos de ella se sentía como una eternidad.
El pensamiento de su canario blanco, su Maddie, lo consumía. Sabía que alguien había planeado esto con astucia.. no querían robar ni destrozar la isla, querían usarlo a él como cebo. Y si alguien se atrevía a tocar a Maddie… Theo juró en silencio que no habría perdón.