Emperatriz Tirana

Noah Lewis, el primer príncipe del reino Zeiro, el hermano de ese bastardo que había matado junto a su familia.

Noah fue el primer sucesor del trono, pero inesperadamente a sus quince años había desaparecido por arte de magia. Recuerda que ese entonces todo el imperio estaba preocupado por el príncipe heredero; Sin embargo, con el tiempo esa preocupación fueron desapareciendo y pusieron el bastardo de Lenin como príncipe heredero, el mismo bastardo que masacro a su familia, porque supuestamente traicionaron el imperio.

Alise No podría creer lo que estaba viendo, Noah que había desaparecido hace años, estaba enfrente de sus ojos, ella solo lo había conocido una vez cuando tenía 14 años siendo Lilian, además como no reconocerlo, con esos ojos, símbolo de la familia real de Zeiro.

Pero lo que no podía entender ¿Qué hacía Noah en este lugar?

Pero si de algo estaba segura, todo eso debió ser plan de Lenin.

Todos en Zeiro pensaron que el príncipe estaba muerto y por eso Lenin paso ser el príncipe heredero, y tal vez ahora ya es Emperador.

Y en eso un pensamiento cruzo por su mente.

«Él sería de mucha ayuda»

— Muévete esclavo. — Mira como los guardias arrastran el chico como si fuera un perro y en eso sonríe.

Noah sería su pieza para destruir ese bastardo de Lenin.

Así que dejando su pensamiento de ir a comprar una espada, se dirige hacia unos guardias, quienes hacen una reverencia al ver la mujer.

— Saludos, su majestad la Emperatriz.

— Ese chico de cabello rubio, ¿Quién es? — Pregunta directamente, pues no venía con rodeos, Quería saber cómo es que Noah llegó hasta aquí, o donde los soldados lo encontraron.

Los guardias se miran entre sí, confundido ya que se estaban preguntando por qué la emperatriz estaba interesado de un simple esclavo, pero aun así uno decidió responder.

— Es un esclavo que estuvo en la frontera.

— ¿Esclavo? — El soldado asiente. — ¿Y saben algo de él?

Nuevamente, los soldados se miran entre sí.

— No, nada su majestad. — Responde uno, mientras qué Alise suspira.

— Él perdió la memoria. — Habla otro soldado. — Al parecer no recuerda nada de su vida.

Al escuchar aquellas palabras, Alise no puede evitar sonreír, pues que el chico perdiera la memoria sin duda es algo que le beneficia más.

Ahora entiende por qué el chico está aquí, tal vez por su perdida de memoria, no recuerda que fue el príncipe heredero del reino Zeiro; Sin embargo, por supuesto que ella se iba a encargar de esto, sin duda era una oportunidad, Noah sería su pieza de ajedrez perfecta para destruir al imbécil de Lenin que masacro a su familia.

— De acuerdo, gracias por la información. — Dicho eso sigue su camino, mientras qué los soldados se miran Confundidos porque no entendían a que venía esa pregunta por parte de la chica.

Mientras que, por otro lado, después de perder la vista de los guardias, esta se pone una capa para seguir su camino, Pues necesitaba esa espada para comenzar entrenar y cuando regresará iría directamente por Noah; Sin embargo, después de haber comprado su espada y regreso al palacio, pero para su mala suerte, Noah ya no estaba cuando fue a buscarlo.

— ¿Dónde está el chico del pelo rubio? — Mira los guardias que estaban en la puerta del calabazo; Sin embargo, estos no parecían querer hablar. — Están ignorando la emperatriz. ¿Saben lo que significa? — Desvaina su espada apuntado directamente en la garganta de uno de los guardias. — Hablan o les cortó la garganta de inmediato. — Aprieta la espada en el cuello del hombre quien traga secó asustado.

— L-la concubina lo llevo.

— ¿Cuál concubina?

— ¡La concubina Rose! — Grita el guardia asustado al ver la apunta de la espada directamente en su garganta.

— Debiste decirlo desde que te lo pregunté. — dicho eso sin dudarlo corta la cabeza del guardia, mientras qué los otros miran la emperatriz horrorizada. —

Alise limpia la sangre que había salpicado su rostro mirando los guardias.

— La próxima vez espero que respondan a mis preguntas más rápido. Y Sepan cuáles son sus lugares — Dicho eso guarda su espada retirándose del lugar para dirigirse en el palacio de la tercera concubina Rose.

Los guardias se miran todo asustado, y por supuesto uno de ellos fue de inmediato para informarle el emperador lo que acaba de ocurrir y que hizo la emperatriz.

Mientras que, por otro lado, Alise que llegó al palacio de Rose; Sin embargo, los guardias en el palacio de este no la dejaba pasar.

— ¡Déjame pasar! — Los guardias que estaban bloqueando su camino miran la mujer de arriba abajo y observan como esta lleva manchas de sangre en la ropa.

— Déjame pasar o serán sus sangres que estará marchando mi ropa.

Los guardias al escuchar lo dicho se hacen un lado dejando la chica pasar.

Alise se adentra en la mansión mientras qué los guardias de la concubina Susurran entre sí, dado que no saben qué está pasando.

Alise que apenas entró en el palacio, se encontró con la concubina Rose quien tenía a Noah agarrado en las correas que este llevaba en el cuello.

Correas en el imperio de Xarl que significan esclavitud.

— ¿Qué haces en mi palacio? — Rose mira la chica de arriba abajo y aunque trata de disimularlo, su cuerpo se echa por atrás asustada, pues todavía no olvida lo que pasó la última vez con Alise.

— Vine a buscar ese esclavo. — Señala Noah atrás de la concubina. Haciendo contacto visual con este.

— ¿Por qué tendría que dártelo? — Esta sonríe orgullosa jalando el chico en la correa.

— Tú decides Concubina. — Saca su espada. — Me da el esclavo. — Apunta la concubina con esta. — O me das tu vida. — Sonríe mientras qué Rose tiembla de miedo al ver una espada en su garganta y cuando estaba por gritar la punta de la espada a punto directamente en su garganta. — Te atreves a gritar y te mato ahora mismo.

Rose traga seco asustada, pero si algo que sabía es que no podía permitirse morir.

Así que. «¿Por qué arriesgaría mi vida por un simple esclavo?» Y sin duda Alise Sería capaz de matarla.

— Bien. — Suelta la correa. — Puedes llevarte al esclavo.

— Veo que usaste bien, tu cerebro está vez. — Sonríe mirando la concubina para luego mirar a Noah.