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BRONCE

BRONCE

Status: En proceso
Genre:Amor en la guerra / Posesivo / El Ascenso de la Reina / Dominación / Amor-odio / Enfermizo
Popularitas:32.9k
Nilai: 5
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Décimo libro de saga colores.

Después de su tormentoso matrimonio, el Rey Adrian tendrá una nueva prometida, lo que no espera es que la mujer que se le fue impuesta tendrá una apariencia similar a su difunta esposa, un ser que después de la muerte lo sigue torturando.
¿Podrá el rey superar las heridas y lidiar con su prometida? Descúbrelo en la tan espera historia.

NovelToon tiene autorización de thailyng nazaret bernal rangel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

4. Sangre y tormento

...ADRIAN:...

Estaba casi seguro de que todo se trataba de un plan, incluso la apariencia de esa mujer era parte de una artimaña tramada.

Pensaba que mi padre tomaba sus decisiones por deber, por estrategia, pero esto ya era un ensañamiento contra mí. A pesar de que no lo había visto en años, sabía que él seguía viéndome como una decepción.

Pero, jugar así con todo lo que sufrí era algo que no iba a tolerar.

Marché del comedor.

En el pasillo me encontré a Levi, recostado contra la pared, con las manos en metidas en los bolsillos, tenía un moretón en su mandíbula, cortesía de mi persona.

De saber que era un falso, no hubiese permitido tener tanta confianza incluso al extremo de tomarle el miembro y dejar que tomara el mío.

Pasé de largo, sin ánimos de lidiar con él.

— Tu padre me ordenó mantener esto en secreto, eso fue mucho antes de conocerte.

— Eso solo refleja donde está tu lealtad — Gruñí, de espaldas a él.

— Eso no significa que este de parte de él, me desconcierta que esa princesa sea igual a la tirana.

— Ni lo menciones — Gruñí, apretando los puños — Si se corre el rumor de que mi prometida es igual que Vanessa...

— No puedes asegurar eso, apenas lleva unas horas en el castillo, sí, se parece pero hace falta más que un día para probar que tenga las mismas actitudes.

— El castillo ya se siente tenso por su parecido con la tirana.

— Eso es inevitable.

— Eres el menos indicado para opinar, mi creencia en ti desapareció.

— Los rumores de que llegó tu prometida ya se corrieron, así que tienes que tomar una decisión de inmediato — Se cruzó de brazos cuando lo observé de reojo — La gente empezará a sentir curiosidad.

— Ese tal Barbany y mi padre orquestaron esto, por supuesto que no voy a casarme.

Se quedó sopesando mis palabras.

— Pregúntale a esa señorita que es lo que ofrece su reino — Levi se marchó.

Me quedé estático.

Decidí volver al comedor.

Encontré a esas dos princesas comiendo con desesperación.

Ambas dejaron de masticar cuando me detuve cerca de la mesa.

La princesa Freya se estremeció y tomó una servilleta para limpiarse.

Verla me generaba un mal sabor de boca.

¿Cómo es qué se parecía tanto? Ella era más joven, como una versión casi adolescente de Vanessa, no había insensibilidad en sus ojos, solo nervios, miedo o algo más.

Pero, eran dos gotas de agua.

No creía en sus palabras, en esa aparente inocencia.

La otra princesa era más altiva y diferente físicamente, lo único que compartían eran la piel blanca y la delgadez.

Esa carta pudo ser escrita por cualquiera, afirmaba que había un trato entre Archibald y Barbany para nuevas alianzas, pero mi padre solo se molestó en cerrar el trato con el rey de Polemia y eso era una burla para mí, como gobernante, no podía tolerar que se decidiera a mis espaldas.

— ¿Qué tiene tu reino para ofrecer? — Pregunté, con expresión seria, observando desde mi posición.

— ¿Cómo?

Respiré con fuerza.

— Si el rey Archibald y el rey Barbany orquestaron éste acuerdo, tiene que haber un beneficio para cada quien y aunque me hayan excluido, es justo que me toque una parte de lo que sea que se esté negociando.

Ambas se observaron, como si no comprendieran.

Tal vez desconocían algunas palabras de nuestro idioma.

— Majestad, desconocemos lo que se negoció...

— ¿Qué? — Solté con brusquedad y ambas se sobresaltaron — ¿Qué rayos hacen aquí entonces?

La princesa Florence frunció el ceño.

— Mi hermana está cumpliendo con lo que ordenó nuestro padre — Gruñó en defensa, ya que su hermana no se atrevió a hablar — No cuestionamos su palabra.

Intenté no sentirme familiarizado con sus palabras, yo también fui objeto de un acuerdo, pero la situación fue diferente.

— ¿Y usted a qué vino? No sé que clase de costumbres tengan en Polemia, pero los compromisos en Floris no incluyen dos mujeres.

La princesa resopló.

Su hermana se aclaró la garganta.

— Majestad, Florence fue asignada a mí para servirme como doncella — Dijo la mujer — No está incluida en el compromiso, como le mencioné hace minutos, yo seré quien se comprometa con usted.

— ¿De qué sirve qué estén aquí si no saben el objeto de este compromiso? — Solté un chasquido.

— Creíamos que usted estaba al tanto del acuerdo — Dijo en su defensa — Solo obedecemos los mandatos del rey Barbany.

Me acaricié la mandíbula.

No les creía, tal vez fingían ser unas ignorantes.

— Se marcharán mañana.

— ¿Mañana? — Jadeó la señorita Freya — Majestad, nuestro barco ya partió de regreso a Polemia y estamos agotadas por el viaje...

— Ese no es mi problema, se marchan mañana.

Se tensó, su expresión parecía furiosa, incluso en eso pude ver a Vanessa.

No podía verla un segundo más.

Tenerla de esposa sería la peor decisión.

— ¡No creo que en el puerto salgan viajes a Polemia todos los días! — Gruñó la princesa Florence, estallando de rabia.

— No, lamentablemente, con gusto ordenaré a los vigías del puerto que envíen una paloma a su nave, así podrá retomar la ruta de vuelta para recogerlas — Dije, sin importar si soné insensible.

Ambas se observaron, parecían hablar con las miradas.

— Majestad, si nosotras partimos siendo un fracaso, entonces habrá consecuencias — Dijo la señorita Florence.

— ¡Se atreve a amenazarme!

— Lo que quiere decir Florence — Dijo su hermana, con la voz un poco baja y postura dócil — Es que habrá consecuencias para nosotras.

— Ese no es mi asunto.

— No pensé que Floris tuviera a un tirano por gobernante — Protestó con valentía.

— ¿Un tirano? ¿Está conciente de que sus ofensas no pasarán por alto? — Me exalté.

— A actuado agresivamente desde que pisamos éste castillo y sin razón coherente.

— Tengo razones de peso — Resoplé.

— Aún así, nos ha tratado mal a pesar de que somos princesas y que no venimos a agredir — Dijo, con su pecho agitado, le costaba observarme a los ojos — Tenga un poco de hospitalidad.

Solté una risa — No lo tendré con personas que vinieron a imponer algo en lo que no fui participe.

— Solo cumplimos órdenes — Gruñó la princesa Florence.

— Exacto y si regresamos a Polemia, nos irá muy mal — Dijo la princesa Freya — Seré considerada un fracaso, no haré lo que me corresponde y eso es una decepción para mi nación.

— ¿A caso las van a matar?

— No, nos encerrarán hasta la muerte — Dijo la otra señorita.

— No suena a un lugar que agoniza.

— El hambre y la desesperación hace que la vida en la muralla sea difícil, cada plato de comida es contado y primordial, mi padre no verá con buenos ojos que regresemos con las manos vacías — Gruñó la dama, observando la mesa repleta.

— Si ese es el problema, les daré mercancía y así no marcharán con las manos vacías.

— Esa es una solución temporal, buscamos una permanente — Dijo la princesa Freya.

— ¿Así qué si tienen idea de lo que se negoció? — Estreché mis ojos.

— No exactamente, nos referimos a lo vivimos desde nuestra infancia — Ella abrió sus manos — Algo que usted no podría imaginar.

— ¿Ah no? — Elevé una ceja — Entonces explíqueme para que pueda imaginar.

— Tenemos pocos recursos que garanticen una vida estable, en Polemia no hay comercio, ni visitantes...

— ¿Si no tienen recursos? ¿Con qué van a negociar?

— No lo sé, ese es un asunto de mi padre — Cortó, impaciente — Le repito, creí que estaba al tanto del enlace, que conocía los detalles.

— Señorita...

— Su alteza — Intervino la princesa Florence.

Se atrevía a corregirme.

— Temo que si dejo que permanezcan aquí, los rumores se harán más fuerte.

— ¿Rumores?

— Sobre el compromiso, mis súbditos esperan ansiosos mi casamiento — Dije, entrelazando mis manos detrás de mí.

— No podemos irnos — Insistió con valentía, su garganta se agitaba.

— No me hará cambiar de opinión.

— Majestad, por favor, tengo un deber que cumplir — Dijo y apreté mi mandíbula.

— Lo lamento, pero no puedo ceder si esa decisión afecta mi posición como rey, protegeré el reino a toda costa.

— ¿Cree que somos una amenaza? — Se levantó de la silla, su hermana le imitó.

— El actuar de su padre no es de fiar, ustedes tampoco lo son.

La señorita pretendió marcharse del comedor y su hermana le siguió.

Se detuvo.

— Necesito un guía, no recuerdo en donde queda la habitación.

Salí del comedor e hice una seña a una de las doncellas que aguardaba allí para cualquier orden.

— Lleve a las damas a sus habitaciones.

...****************...

Marché a mi habitación, las sirvientas prepararon la bañera, me ayudaron a desnudarme y me sumergí en ella.

— Déjenme solo, me encargaré del resto.

Hicieron una reverencia y se marcharon.

Estaba en un lío por culpa de mi padre.

¿Qué rayos tramaba?

Me quedé pensativo, pasando la mano por mi cabello húmedo.

Cerré mis ojos por unos segundos.

— Ah ¿Otra vez usas mi bañera sin permiso?

Abrí los ojos.

Vanessa se aproximó.

— Necesito un baño.

Ella chasqueó la lengua, llevaba un frasco en su mano, jugaba con él entre sus dedos mientras se detenía junto a la bañera.

Sonrió abiertamente — No se me cuestiona.

— Vanessa...

Ella destapó el frasco.

— Encontré esto, es una nueva esencia — Dijo, con ojos perversos.

— ¿Qué es eso? — Me aferré a los bordes de la bañera, intuyendo que algo andaba mal.

— Hay ciertos químicos que no compaginan — Pasó la lengua por sus dientes — Son como agua hirviendo.

— ¡No lo hagas! — Grité cuando hizo ademán de inclinar el frasco.

— Promete que no volverás a usar mi bañera.

— ¡Lo prometo! — Mi voz salió en súplica.

— Calma — Rió y volvió a dejar el frasco recto.

Respiré con fuerza.

— No volveré a usar tu bañera.

— ¿Así como prometes no ponerte duro de nuevo frente a mi Dorian, sin mi autorización ? — Elevó una ceja.

— Lo prometo...

— Bien, sal ya.

Hice ademán de levantarme.

Vanessa dejó caer el frasco dentro de la bañera.

— Oh, se resbaló — Se cubrió la boca.

Abrí los ojos, el agua me entró por la boca y la nariz.

Me sacudí.

Saliendo a la superficie.

Empecé a toser, el agua salpicó fuera de la bañera.

Observé a todas partes, jadeando.

El baño estaba oscuro, con pocas velas encendidas, pero Vanessa no se hallaba.

Salí de la bañera a prisa, antes de tener un ataque de pánico.

Volví a la habitación después de secarme.

A pesar de que cambié la apariencia de mi habitación, seguía albergando pesadillas.

Caminé descalzo y me serví vino, tomé un buen trago.

Trepé a la cama e intenté dormir.

Escuchaba a Vanessa, burlándose.

Cerré mis ojos con fuerza.

La presencia de esa princesa había removido mis recuerdos más tormentosos, era como si estuviese volviendo de la muerte, como una maldita presencia eterna.

— Despierta — Dijo esa voz susurrante y maliciosa.

Abrí los ojos.

Vanessa volvió.

Tenía una vela en la mano.

Tiré de mi brazo para protegerme.

Una cadena sujeta al poste me mantenía quieto.

Sacudí la cadena, ambos brazos estaban inmóviles.

Me tensé.

— Suelta esto, por favor...

— No, precioso — Acercó una vela y empezó a derramar la esperma en mi pecho.

Me estremecí ante el dolor.

— ¡Basta!

— No supliques, me excitas — Río, mordiéndose el labio mientras derramaba por mi abdomen, hacia abajo.

Me sacudí — ¡No, por favor, déjame!

Tomó mi miembro.

— Te castigaré siempre.

Solté un grito.

Abrí mis ojos, jadeando, estaba empapado en sudor, pero mis manos no estaban atadas.

Observé el dosel de la cama.

Cuando dormía con Vanessa, ella siempre me encadenada, sabía que podía asesinarla mientras ella descansaba, así que nunca se atrevió a dejarme con las manos libres.

La cama que usaba antes fue reemplazada por mi petición, era de hierro, con cadenas forjadas a los postes.

Mi empeño por desaparecer todo era inútil, solo quería borrar mi memoria, pero con mi nuevo tormento tan cerca, no podría.

Me quedé despierto hasta muy tarde.

A la mañana siguiente, estuve en mi estudio.

Necesitaba escribir una carta a mi padre, redacté mi descontento con su decisión, con sus actos y con todo lo que siempre consideré una falta de consideración, descubrí a detalle la supuesta prometida y lo acusé de querer atormentarme.

Le pregunté cual era su propósito.

Doblé la carta y la sellé.

Pedí al mensajero real enviarla de inmediato.

No iba a permitir que jugara con mi posición de rey.

Ya no era el príncipe inseguro, ya no estaba bajo sus órdenes.

En cuanto a las princesas, tendría que tomar una decisión.

1
San Aguirre
🔸✴️🔸
Judy
Nos estás haciendo sufrir, estimada autora!!
milagro andreina Villanueva garcia
estoy 😭triste casi acabo con mis uñas esperando este capítulo y ya se acabó noooo regalanos alguito más


👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏
Marcela Lopez
Adrian estás 🔥🔥
Ana Parra
super enamorada 😍😍 con el despertar romantico del 🤴 Adrian🤩🤩🤩
Yise
Nithhh definitivamente aaaaah suspirar es lo único q queda hay mi apreciada escritora te imagino disfrutando el sufrimiento de est@s simples mortales, allá en tu trono con pluma en mano viendo coml nos desesperamos por más 🤭🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣/Tongue//Rose//Rose//Rose//Rose//Rose/
Yise
Ujummm sin distracciones Claro!! Claro!!! Clarisimo /Joyful//Joyful//Joyful//Joyful//Joyful/leí la anterior 🤭😂😂😂😂😂😂😂
Laura Ojeda
gracias autora... bueno. es lindo que Adrián se de la oportunidad con Freya de experimentar y disfrutar... creo que Florence va ser un problema si Freya no le para
Karime
Bueno adrian paso a paso 😝
San Aguirre
🫨🫨🫨🤭🤭🤭
San Aguirre
Más capítulos 💞💞💞
lu
si muy vigilados, él cree que está bien en la vida
lu
🤣🤭
lu
jajajaja 🤣 sin distracciones
Mel G.
Aaaaaay que rápido 🥺
Mel G.
Ahora si que ni el frío lo hace chiquito. 😅
Mel G.
Estos dos tienen otro hermano que está el Hilaría verdad!! La neta no me acuerdo.
Mel G.
Eso crees tu hermoso, pero tiene una muy buena distracción en ese barco!!
Mel G.
Todaviaaaaa!! Ay gente !! Solo por que la verdad los vestidos son hermosos, yo los amo 💖
Alexandra Ortiz Posada
jajaja, con eso del pajarito muerto si lo acabo de fusilar jajaja
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