Calvin Cole, un valiente bombero de Chicago, vive intensamente su misión de salvar vidas, pero guarda un secreto sobre su orientación sexual y un amor silencioso por un compañero.
Un día, tras una jornada agitada en el cuerpo de bomberos, Calvin es invitado por su colega Frank a su casa, donde surge un encuentro amoroso. Frank ya sabía que Calvin era gay, al igual que él. Tras este encuentro, recuerdos del pasado vuelven a la superficie.
Dereck Clark, un médico prometedor, enfrenta desilusiones amorosas, y sus dudas sobre el amor crecen con cada relación que mantiene.
Pero el destino decide unir a dos corazones heridos: Calvin y Dereck se encuentran en una situación inesperada donde verdades ocultas saldrán a la luz.
Ciertas circunstancias los llevan a cuestionar sus decisiones pasadas. En esta trama apasionante, Calvin y Dereck descubrirán que el amor y la felicidad pueden renacer de las chispas de una pasión que trasciende el tiempo.
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Capítulo 10
El capitán aún permaneció algunos minutos en su sala, pensando en cómo iba a proceder en aquella situación. Aunque supiera que Calvin era un excelente bombero, responsable y un modelo para el cuartel, aún había infringido una regla, agredió a un compañero y él necesitaba actuar de una manera imparcial.
Como necesitaba resolver aquella situación, fue tras Calvin, sin embargo, la alarma sonó y los bomberos comenzaron a agitarse. Cuando el capitán vio que Calvin se aproximaba, lo impidió de continuar.
—Calvin, necesito que te quedes, tengo que hablar contigo.
—Capitán, tenemos una emergencia ahora. —Calvin intentó argumentar.
—Ellos consiguen lidiar con esto sin ti —afirmó, lanzando una mirada en dirección de Eddie—. Tú estás encargado de esta operación; Calvin no participará de esta ocurrencia. Delega las funciones conforme entrenamos antes —avisó para Eddie.
Calvin no tenía margen para contestar las órdenes del capitán y apenas restaba obedecer a lo que fue determinado.
—Acompáñame hasta mi sala —solicitó el capitán, volteándose y comenzando a andar.
La mirada de Calvin aún se dirigió a su equipo, observando a Frank mirando en su dirección. De alguna forma, él percibió que la conversación probablemente sería sobre la agresión ocurrida más temprano, lo que lo dejó aún más abatido. Se volteó y se dirigió para la sala, mientras Frank suspiraba antes de ajustar su casco.
—No te preocupes, el capitán va a lidiar con la situación de la agresión de Calvin contra ti —aseguró Eddie al subir al camión.
Frank no quería complicar las cosas ni perjudicar a Calvin.
—¿Tú informaste al capitán sobre lo que aconteció? —preguntó Frank, visiblemente incomodado.
—Sí, informé. Al final, si ninguna providencia es tomada, eso dará libertad para que otros hagan la misma cosa.
—No era necesario; voy a resolver con Calvin personalmente. Eso es un asunto particular.
—Lo que tú llamas de asunto personal aconteció dentro del cuartel, lo que significa que se torna un problema que necesita ser tratado por el capitán. Allá afuera, tú resuelves tus asuntos personales.
Frank no profirió más palabras, pero era perceptible que Eddie parecía apreciar la situación. Mientras Frank reflexionaba sobre eso, dentro del cuartel, la conversación entre el capitán y Calvin comenzaba.
—Hubo una queja sobre una agresión de su parte a uno de sus colegas. ¿Eso procede? —preguntó el capitán, encarando a Calvin.
—¿Fue Frank quien hizo la queja? —Calvin buscó confirmar si era él.
—No fue Frank, pero por su pregunta, presumo que sea verdad. Voy a hablar sin formalidades, ya que nos conocemos hace mucho tiempo. Sólo quiero entender lo que pasó por su cabeza para actuar así. Esto nunca aconteció antes; usted siempre canalizó su rabia en los entrenamientos en la academia del cuartel. ¿Qué llevó a ese acto imprudente?
Calvin se preguntaba quién habría hecho la denuncia, aún sabiendo que sería inevitable que el capitán quedara al tanto de lo ocurrido. La persona fue rápida en contar lo que había acontecido, y aunque Calvin no quisiera exponer el asunto, respondió de la mejor forma posible.
—Siento mucho por lo que aconteció. Sé que fui impulsivo, y garantizo que no se repetirá. El motivo es un asunto personal entre mí y Frank, pero aseguro que voy a resolver lo más rápido posible.
El capitán, que ya estaba sentado, se levantó y fue hasta donde Calvin estaba, colocando la mano en su hombro.
—Calvin, tu padre tendría orgullo del hombre que te convertiste. No sé cuál es el problema que tuviste con Frank, pero no puedes dejar que eso afecte tu trabajo.
Él soltó el hombro de Calvin y comenzó a caminar por la sala.
—Todos aquí ya saben que te conozco hace mucho tiempo, que trabajé con tu padre. Lo que aconteció requiere corrección, y si yo no tomo alguna medida disciplinaria, van a decir que tú tienes privilegios aquí debido a mi amistad con tu padre. —El capitán intentó explicar.
—Entiendo, y no esperaba que pasara la mano en mi cabeza. Mi padre y usted me enseñaron a ser responsable por mis acciones y a aceptar las consecuencias de mis actos. Sea cual fuere el castigo, estoy listo para recibirlo.
El capitán miró para la espalda de Calvin y esbozó una sonrisa de orgullo por la actitud del bombero. Tal vez otra persona en el lugar de él quisiera cuestionar o hasta colocar la culpa en la otra parte, pero él sabía que Calvin haría diferente.
—Si Frank no presenta una queja contra ti, tú serás suspendido por tres días, sin remuneración, ya que él no quedó gravemente herido con el puño que llevó. Si él presenta queja, eso puede aumentar para semanas o hasta un mes; eso va a depender de él. Así que él vuelva, voy a hablar con él, y dependiendo de lo que él diga, su punición será decidida.
Calvin se levantó y quedó frente a frente con el capitán.
—Gracias. Como ya dije una vez y repito, usted fue como un padre para mí después que mi padre se fue, siendo mi segundo modelo de hombre. Agradezco por apoyarme, pero también por reprender cuando necesario.
Calvin estaba siendo sincero, y tras sus palabras, abrazó al capitán.
—Vamos a parar con sentimentalismos, ya estoy viejo para eso. Hoy, cumpla el día normalmente. Si hubiere otra emergencia, tú irás con el equipo de reserva, y al final de su expediente, veremos cómo quedará su situación.
El capitán informó, y Calvin agradeció más una vez antes de salir de la sala. La idea de que toda aquella confusión era resultado de una elección errada en la persona con quien se involucró lo dejaba aún más frustrado. Se sentía culpable por haberse dejado llevar por las miradas y sonrisas de Frank, y ahora se veía como un verdadero idiota por comenzar a enamorarse de él.
El equipo en que Calvin estaba también tuvo una emergencia y, cuando llegaron, Frank y los otros ya habían retornado. Calvin, al encerrar su expediente, se dirigió al vestuario para tomar un baño.
Al desvestirse y enrollarse en una toalla, se dirigió a la ducha. Frank estaba entre los que estaban allá, entonces Calvin pasó por detrás de él, evitando mirar en su dirección para no recordar lo que habían hecho, las sensaciones de la piel de Frank en su mano y los gemidos del colega.
Calvin no sabía si el capitán ya había hablado con Frank o cuál sería la punición, ya que básicamente eso dependería de la persona que imaginaba que estaba con rabia de él por el puño. Él comenzó su baño, manteniendo su atención en Frank por el canto del ojo.
Calvin percibió cuando Frank salió de la ducha, se enrolló en la toalla y se aproximó, aún ciente de las miradas curiosas sobre ellos.
—¿Será que ahora puedes escucharme? —Frank pidió, aunque Calvin aún no lo estuviera mirando.
Calvin terminó de enjuagar el jabón del cuerpo, apagó la ducha y pegó su toalla. Al enrollarse, quedó de frente para Frank, pero no profirió palabra alguna. Otros que aún estaban en el baño comenzaron a observar, inclusive un amigo de Calvin, que quedó en alerta, pronto para intervenir caso el amigo perdiera la calma y actuase de forma imprudente como antes.