Camila Prescott llega a Stanford con una beca y un plan meticuloso para su futuro en Literatura Inglesa. Pero su mundo ordenado se ve sacudido al tener que compartir suite con tres desconocidos, especialmente con Luke Weston, un estudiante de segundo año de espíritu libre que encarna todo lo que ella evita. Luke, a su vez, encuentra en Camila algo que nunca buscó: una conexión que desafía su visión cínica del amor. Sin embargo, su atracción desata fuerzas que amenazan con separarlos.
¿Podrá este "desastre perfecto" transformar sus vidas, o los secretos y obstáculos que los rodean destruirán su naciente amor antes de que tenga oportunidad de florecer?
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#8
«Llamada»
-Ho...Hola
-¿Camila?
-Si, so....y y...oooo
-Estas borracha.
-Creeeeo que sii, por...por qué m...e tratas ma...l
-No, Camí, Donde estás.
-Donde tu no me hagas más daño.
«Fin Llamada»
Que tan malo es que cuando uno dija que no está dolido, pero si lo está, se emborrache y llame al chico que le causó ese problema, pues es tan malo por qué decimos cosas que en realidad ni queremos decir, pues este es mi caso, estoy ebria muy ebria y llame a Luke, algo de lo que tal vez me arrepienta mañana, pero para que arrepentirme si ya lo hice.
—Cami, anda vamos a qué duermas —me hablaba Mike y yo negué
—Llevame a mi residencia —le pedí.
—Estas segura de querer ir a si.
—Si, no haré nada malo —el reía y me ayudaba a salir de su residencia, me despedí de Daniel, Mike subió mis cosas y me ayudó a subir, arranco hasta la residencia y al llegar me miró con preocupación.
—Estaras bien Camí —asenti, aunque por dentro me sentía nerviosa, esperaba no toparme con Luke, no después de la llamada.
—Anda ve a descansar, nos vemos después —le dije, pero al ver que no podía ni con mi propia alma, tomo mis cosas y paso su brazo por mi cintura, y subimos a mi habitación los dos, íbamos riendo por la nada, creo que ebria me sale un lado divertido, nos detuvimos en la entrada y suspiré, oía voces adentro y estaba por arrepentirme cuando la puerta se abrió dejando ver unos ojos azules, esos azules que me estaban descontrolando, me hacían sentir vulnerable cada que me veían, miro a Mike que me traía abrazada —hola desastre —le dije y Luke solo negó.
—De aquí me encargo yo —le decía Luke a Mike, y el me miraba a mi, esperando por mi respuesta, solo le asenti, Mike beso mi frente y le dio los cosas a Luke.
—Nos vemos ojitos —dijo Mike y sonreí.
—Si, descansa Mike —Luke me tomo del brazo y me ayudó a entrar, estaba Eros y Alondra ambos sonrieron al verme y yo les mandé un beso en el aire, Luke me llevo a mi habitación y me sentó en la cama, dejo mi bolsa a un lado y me miró serio.
—¿Ojitos? —pregunto —tienen algo —me reí mientras negaba.
—No, somos amigos, pero el si me trata bien —le reproché.
—Cami estás borracha, no hablemos de esto ahorita —me dijo en un susurró —deja le dijo a Alondra que te ayude si —negue y el me miró con una ceja alzada
—Es mejor ahorita que estoy a si, si te preocupa que mañana no recuerde nada, estás equivocado, me acordare hasta del último detalle —me levanté como pude y camine hasta el, tome sus manos y lo mire a los ojos —por que me trataste mal, sabes me dolió mucho, yo solo estaba preocupada por ti, no fue justo, pero entendí que no debo meterme en tus cosas, y eso empezaré hacer, ya no te molestaré más Luke —El tomo mi rostro entresus manos.
—Por idiota, si eso fui contigo, un completo idiota, no supe cómo reaccionar, nadie a excepto de Eros, nadie más se había preocupado por mi, me encantaba saber que estabas ahí a mi lado, que dormias conmigo para cuidarme, que me ayudaba a bañarme, solo que fue mucho y no supe cómo manejarlo —sus ojos se ponían cristalinos —Cami eres la chica más linda que e conocido, eres la chica que cualquier hombre quisiera tener a su lado, pero yo soy un total desastre, un caos, y no quiero arrastrarte a esto, tu eres perfecta, sabes lo que quieres en la vida, ya tienen tu plan de vida y yo, yo no sé que haré despues de graduarme —mis ojos viajaban de sus ojos a sus labios.
—Weston creo que la única que decide si quiere arriesgarse o no contigo soy yo, no puedes decidir por mi, pero tampoco soportaría verte con esa mierda, eso no puedo soportarlo —el asintió.
—E decidió dejarla, tus palabras de ese día me dieron un golpe contra la pared, Eros me hizo entender que fui un completo idiota contigo, no merecías que te gritara, ni que te dijera eso, de verdad lo siento mucho Camí —sin dudarlo más, atrapé sus labios contra los míos, el respondió el beso, paso sus manos por su cintura, y yo rodie su cuello, el me pagaba más a el, y de un solo movimiento me levanto y enrolle mis piernas en su cintura, el beso subía de intensidad, nos separamos y pego nuestras frente —estas segura de esto —asenti con la respiración agitada.
—Si, ya estará en ti, si quieres que esto sea de una sola noche o no —lo volví a besar, sabiendo que tal vez no volviera a pasar, o tal vez si, eso lo averiguaría después, me coloco en la cama con suavidad, y empezó a besar mi cuello, con su mano deslizaba los tirantes del vestido a un lado y su lengua recorría desde mi cuello hasta mi pecho, quitó por completo el vestido y el se desvistió quedando solo en boxer y yo en ropa interior, empezó a dejar besos húmedos por todo mi cuerpo, llegó a mi vientre bajo y poco a poco deslizaba a un lado mi braga, y pasaba su lengua por mi intimidad, solté un gemido ahogado, paso su dedo por mi clítoris y morid mi labio, puse mis manos sobre su cabello y el sonrió, de un jalón quitó mi braga rompiéndola, deslizaba su lengua por mi intimidad provocándome gemidos, mi cuerpo ardía de placer, apretaba la sabana con mis manos, lo quite de un jalón al sentir que me venía, el sonrió y se colocó encima de mi, quitó su boxer dejandome ver su enorme amigo, trague saliva al verlo, se acercó a besarme con suavidad pero mi cuerpo lo pedía, yo necesitaba sentirlo ya, enrolle mis piernas sobre el y lo empuje a mi, el me miró divertido, pero no dijo nada, empezó a entrar con suavidad, sentía que era una tortura, como si jugará con mi paciencia, cuando por fin estuvo dentro de mi por completo empezó a embestirme con suavidad, nos besábamos con una intensidad, el morida mis senos y eso me provocaba más placer, entre gemidos y besos, la habitación se lleno de placer y una pasión desmedida, al acabar los dos, me llevo en sus brazos hasta el baño, aún estábamos agüitados, pero eso no importaba, mientras nos bañabamos, nuevamente lo hicimos, y ya después nos duchamos, me coloco su camisa, y nos metimos a la cama a dormír.