Fiorella estaba feliz por casarse con el hombre de su vida, su amado Camilo. Pero no todo era como ella pensaba. La noche misma de su boda ella comprendió el gran error que había cometido. Aún así piensa que su amor puede hacer que todo cambie y se dispone a ser todo para complacerlo.
Decidida a ganarse el amor y la confianza de ese cruel hombre ha soportado todos sus desplantes y desprecios. Pero todo resulta inútil, ya que otra mujer ocupa el mayor lugar en el corazón del hombre, y es la merecedora de todo su amor, comprensión y cuidados. Ella solo será por siempre el ser despreciable que se metió en medio para separarlos y que constantemente lastima e intimida a su dulce primer amor. Él nunca la verá de otra manera y ya es tiempo de que lo entienda y se de por vencida, antes de que sea demasiado tarde para ella.
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Solución a sus problemas, principio de sus miserias.
El día había comenzado con normalidad para todos los habitantes de Ciudad A. Algunos trabajaban, otros estudiaban, muchos otros se encontraban en casa descansando.
En un edificio de 20 pisos, un hombre se encuentra de pésimo humor mirando el ir y venir de las personas por la calle. Desde la distancia en que se encuentra le parece que todos son como pequeñas hormigas, que salen de su hormiguero a buscar sus alimentos.
Entonces ¿Me dices que no has podido encontrar nada sobre Fiorella Sandes? Mi esposa dijo enfurecido el hombre.
_ Lo siento señor Lanster, pero parece que esa mujer hubiera nacido hace dos años, antes de eso nada _contestó el otro temblando de miedo.
Eso es imposible, no entiendo… murmuraba pensando en qué tan común era encontrarse con una persona que prácticamente no existía.
La cabeza de Camilo era un tremendo lío. Se sentía presionado desde todos lados. Lo peor de todo es que Fiorella no había desaparecido de la puerta de casa, sino de un hospital. La última vez que la vio su estado era lamentable, el informe médico que le habían dado antes de que se desvaneciera en el aire era deplorable. Su secretario le había dicho que en realidad se había salvado de milagro.
Estaba preocupado, podría incluso ir preso si las cosas se salen de control. Una y mil veces se maldice por no poner guardias a custodiarla ¿Cómo se iba a imaginar él que ella podría irse en ese estado? Era inconcebible.
Señor, tiene una visita le comunica su secretario.
_ No estoy para nadie… _contestó exasperado de tantas molestias.
Me retiro Jefe Lanster, si encuentro información se la comunico dijo Ignacio, quien aprovechaba su distracción para salir del lugar.
Disculpe señor… dijo el joven vacilante.
El abogado Denis Rinaldi es quien lo busca terminó por informar. Sentía que algo malo ocurría y no quería quedar en medio de todo.
¿Rinaldi? preguntó confuso.
Así es señor, dice que es urgente finalizó.
_ Hazlo pasar, y por favor cancela mis reuniones de hoy, no tengo cabeza para nada _dijo en un suspiro. Nunca pensó encontrarse en una situación semejante.
Aún se encontraba mirando por la ventana, sus pensamientos volaban. Intentaba con todas sus fuerzas organizar las ideas. Tenía que encontrar una solución a sus problemas. Crista, su crista está embarazada y él no quiere que su hijo nazca fuera del matrimonio. Nadie se va a atrever a llamar bastardo a un hijo suyo.
Sin saberlo la solución a su problema y el principio de su miseria hacía acto de presencia por la puerta de la oficina.
Buen día, por lo menos para mí dijo Denis con evidente burla. Los ojos del abogado brillaban con malicia. Ese era el mal nacido que había lastimado a Fiore, ella era como una hermanita más y se iba a encargar de hacer pagar a Camilo por todo lo que había ocurrido.
Buen día señor Rinaldi ¿A qué debo el gusto de su presencia? contestó apretando los dientes. Se sentía profundamente ofendido por el mordaz comentario del otro, pero no podía permitirse ofender al responsable legal del conglomerado Rinaldi, sería despedazado de inmediato.
Bien, vamos al grano dijo frío como el hielo mientras que se acercaba al escritorio. Ese hombre ni siquiera se merecía su presencia en ese lugar.
Vengo a traer el acuerdo de divorcio con mi clienta Fiorella Sandes continuó inmutable, mientras sacaba de su portafolio una carpeta y se la entregaba al contrario.
Si la lee comprenderá que ella no pide nada hizo una pausa para poder analizar las reacciones del pusilánime que tenía delante.
No entiendo dijo Camilo mirando incrédulo el documento que tenía frente a él.
Es sencillo, creo que cualquiera que sepa leer puede comprender lo que dice ¿Se lo explico? Denis continuaba burlándose de su contrincante.
¿Se hace el gracioso? dijo ya con el enojo por fuera Camilo Lanster, quién quería moler a trompadas al abogado.
¿Dónde está ella? ¿Cómo se encuentra? preguntó tratando de enfocarse en lo importante.
Si consideramos el hecho de que se quiere divorciar, creo que ella ya está perfecta ¡Ha recuperado la cordura! respondió con una sonrisa cínica.
Señor Lanster, no alarguemos esto. Sólo debe firmar y todo quedara disuelto comenzó por persuadir de manera contundente.
Creo que es lo mejor para usted, ya que tiene a una amante embarazada, que se hace llamar prometida suya, de esta manera las cosas quedarán en calma la intención era clara y Camilo lo entendió sin problema.
Para reforzar su idea Denis tomó un sobre que permanecía aún en su portafolio y se lo entregó sin titubear. En cambio, Camilo extendió su mano temblando por el nerviosismo para poder tomarlo. En el instante en que abrió el mismo para ver su contenido su corazón se paralizó y dejó de respirar.
Eran dos tipos de fotos distintas, por un lado se encontraba él con Crista siendo atendida en la maternidad del hospital el día del accidente. Se podía apreciar la cercanía de los dos, más las fotos de los documentos firmados por él en el que figuraba como padre responsable del niño en el vientre. Por el otro lado, estaba el deplorable estado de Fiorella, en la habitación del hospital, intubada, inconsciente, con su cabeza vendada, su pierna enyesada y su hombro inmovilizado. También se encontraban las copias del informe médico, junto con otro policial.
Los paramédicos, eran personal municipal, ellos la auxiliaron en el momento en que la joven estaba a punto de perder la vida, por lo que dieron parte a las autoridades. De oficio la policía local había procedido a realizar la investigación correspondiente. La razón por la que esta no siguió su curso fue simple, James, el eficiente secretario de Camilo había frenado todo utilizando los contactos de su amo.
Se suponía que ese acontecimiento jamás se haría público, pero los contactos y la influencia de los Meyer y Rinaldi, era muy superior a cualquier Lanster que se cruzara por el camino. Para Basil y Emmett Camilo Lanster y su familia no eran más que la mugre de sus zapatos y muy pronto se lo demostrarían.
La situación para Camilo era realmente muy clara, si no firmaba el divorcio, esa información que él creía destruida sería conocida por todos, incluso la causa policial podría seguir su curso acusándolo a él de intento de asesinato de su esposa ¿El motivo? Obvio, su amante estaba embarazada y necesitaba deshacerse del estorbo que Fiorella podría significar en su vida. Las cosas no sucedieron de ese modo, y nunca fue su intención, pero no sabe si sería sencillo demostrarlo si se enfrentaba a un abogado de la talla de Rinaldi.
Tomó a regañadientes su pluma y estampó su firma. En el momento de hacerlo el dolor en su pecho se incrementó. Desde hacía unos días sentía una leve molestia, ahora, en cambio, se convirtió en un dolor agudo que lo obligó a sujetarse el costado y le dificultó la respiración.
Aquí está, creo que eso es todo dijo con el poco aire que le quedaba.
Espero francamente no volverlo a ver nunca jamás en mi vida la amargura que sentía era evidente en sus palabras.
Ha sido todo un placer para mi señor Lanster respondió con la ironía que lo caracterizó desde el momento en que cruzó el umbral de la puerta.
Procedo a retirarme, tengo que protocolizar los documentos. En una semana tendrá su libertad y la opción de casarse con la futura madre de su hijo dijo tomando sus pertenencias y encaminándose a la puerta.
Siga disfrutando de su vida finalizó.
En su rostro se podía ver una mueca de sonrisa y tenía un brillo indescifrable en los ojos. Denis partía satisfecho, el primer paso estaba dado.
Dentro de la oficina Camilo se desplomó sobre su sillón ejecutivo. Todo lo que había ocurrido era tan bizarro, toda una locura. Tenía que encontrar la manera de arreglar las cosas con la abuela, si es que había alguna posibilidad de hacerlo. Debía lograr que la mujer no le quitara su puesto en la empresa y no lo sacará de su testamento. Ella seguía siendo la dueña de todo. Le había cedido el mando y, por supuesto, podía quitárselo si así lo deseaba.
Fuera del edificio, a punto de subir a un lujoso auto el abogado realiza una llamada. Él debe informar sobre el avance de su misión.
“_El movimiento está hecho\, ya podemos comenzar a actuar”._ dijo a la persona al otro lado de la línea. Este sonrió satisfecho y le dio un beso tierno a la niña que tenía en sus brazos.
Ya eres libre mi hermoso colibrí susurró en su oído de manera dulce y sensual, logrando que la emoción en la pequeña fuera doble, por un lado por la noticia y por el otro por la sensación provocada por Emmett al hablarle de esa manera.
Fiorella ahora se sentía completa y feliz. Comenzaba a tomar nuevamente las riendas de su vida, el camino hacia la plenitud había comenzado con este primer paso. Su divorcio de Camilo Lanster.
