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Un Salto A Otra Vida

Un Salto A Otra Vida

Status: Terminada
Genre:Romance / Viaje En El Tiempo / Amor a primera vista / Reencarnación / Fantasía épica / Edad media / Completas
Popularitas:10.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Crisbella

​La última bocanada de aire se le escapó a Elena en una exhalación tan vacía como los últimos dos años de su matrimonio. No fue una muerte dramática; fue un apagón silencioso en medio de una carretera nevada, una pausa abrupta en su huida sin rumbo. A sus veinte años, acababa de descubrir la traición de su esposo, el hombre que juró amarla en una iglesia llena de lirios, y la única escapatoria que encontró fue meterse en su viejo auto con una maleta y el corazón roto. Había conducido hasta que el mundo se convirtió en una neblina gris, buscando un lugar donde el eco de la mentira no pudiera alcanzarla. Encontrándose con la nada absoluta viendo su cuerpo inerte en medio de la oscuridad.
¿Qué pasará con Elena? ¿Cuál será su destino? Es momento de empezar a leer y descubrir los designios que le tiene preparado la vida.

NovelToon tiene autorización de Crisbella para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo IX El retiro de la condesa

Alistair caminó hacia la puerta, abrió el pestillo y gritó: —¡Señora Hudson!

La anciana ama de llaves apareció casi al instante, con su rostro habitual de severa eficiencia.

—Conde —dijo, inclinándose.

Alistair señaló a Elena, quien todavía estaba en el sillón, con una expresión de rendición total.

—La Señora Hudson, a partir de hoy, será su instructora personal, Lady Elena. Ella le enseñará cada regla, cada protocolo y cada costumbre de esta Casa y de la nobleza. Si no sabe lo que es un telégrafo, pregúntele a ella. Si no sabe si debe hacer una reverencia o un apretón de manos… pregúntele a ella.

Dirigió una mirada de advertencia a la Señora Hudson.

—Y usted, Señora Hudson, le informará a mi esposa de absolutamente todo, sin excepciones. No se guarde ningún detalle, por más ridículo que parezca. Si ella va a ser la Condesa Alistair, debe dejar de ser una embarazosa extranjera.

—Como usted ordene, Conde —respondió la anciana, asintiendo con calma.

Alistair se dirigió de nuevo a Elena, con un tono más controlado, casi sombrío.

—Usted tiene su semana, Lady Elena. Y yo espero resultados. Si no logra aprender la etiqueta básica, si sigue con sus "desvaríos químicos" o si me avergüenza públicamente una vez más, consideraré que su amnesia es una farsa. Y entonces, la paz del reino tendrá que buscar otro camino, porque yo la enviaré de vuelta a la oscuridad de donde vino. ¿Entendido?

Elena se puso de pie, su corazón latía con la promesa del desafío.

—Entendido, Conde Alistair. Acepto sus términos.

Él la despidió con un gesto brusco, y Elena salió del estudio sintiendo que acababa de librar y ganar la primera batalla de su nueva vida. Tenía una semana, un instructor severo y un esposo que no la odiaba, solo desconfiaba. Era el comienzo perfecto.

El día después de la desastrosa excursión a la ciudad, Elena fue citada en un pequeño salón de terciopelo verde, que la Señora Hudson utilizaba para sus tareas administrativas. El ambiente era austero y el aire olía a almidón y disciplina.

La Señora Hudson estaba de pie frente a una mesa auxiliar, con una regla de madera en la mano que, para Elena, parecía el cetro de la tiranía de la etiqueta.

—Bien, Lady Elena —comenzó la anciana, sin preámbulos ni cortesías—. El Conde ha sido claro. Usted tiene una semana para dejar de avergonzar a la Casa Alistair. Y yo tengo la obligación de lograr lo que, francamente, parece un milagro.

Elena se sentó, lista para tomar notas, pero no había cuaderno ni pluma.

—No se preocupe, Señora Hudson. Yo soy una aprendiz rápida. Si me da el manual de usuario y el calendario de contenidos, puedo avanzar.

La Señora Hudson levantó una ceja.

—El manual, Lady Elena, es la tradición. Y el contenido, es el decoro. Empezaremos por el movimiento. Una Condesa no se mueve. Una Condesa se desliza.

La Señora Hudson hizo que Elena se levantara y caminara. Inmediatamente, la criticó.

—No balancee los brazos como un campesino, mi Señora. Y no pise con ese paso agresivo y decidido. Parece que va a cerrar un trato, no a cruzar un salón. El caminar debe ser suave, con la barbilla alta y los hombros rectos.

Elena intentó corregir su andar. Su paso rápido y eficiente, perfeccionado para moverse entre oficinas y pasillos de aeropuertos, era totalmente inútil aquí.

—¿Y si me pongo un libro en la cabeza? —sugirió Elena, recordando otra referencia de época.

—Tonterías de las novelas —descartó la Señora Hudson—. Lo que necesita es conciencia de su centro. Camine otra vez. Y, por favor, Lady Elena, no toque el pomo de la puerta para abrirla. Una dama toca el pomo, y espera.

—¿Esperar a quién?

—Al criado que la abrirá. Una dama no debe mancharse las manos con tareas mecánicas.

¡Protocolo inútil!, pensó Elena. ¡Qué falta de eficiencia laboral! Pero se recordó a sí misma las palabras de Alistair y la amenaza del divorcio.

La siguiente hora se centró en la conversación. Elena tuvo que recitar las listas de los temas aceptables: el clima, el arte, las últimas óperas y la salud de los parientes lejanos.

—¿Y el debate político? —preguntó Elena, sintiendo un vacío. En su mundo, el poder y la política eran temas de mesa.

—¡Absolutamente prohibido! —exclamó la Señora Hudson—. La política es un dominio exclusivamente masculino. Tampoco mencione los negocios, el dinero, la inversión o la tecnología. Solo los chismes son aceptables en ese ámbito, y solo en privado.

—¡Pero yo era buena en economía! —protestó Elena, olvidando su fachada.

—Usted es una Condesa —replicó la anciana con frialdad—. Su única economía es la de los gasto de su guardarropa. Si el Conde requiere información financiera, él se encargará.

Elena se sintió insultada. Esta nueva vida le había dado belleza y riqueza, pero le había quitado el poder intelectual. Tenía que encontrar una manera de usar su mente sin violar las reglas.

—De acuerdo —dijo Elena, respirando profundamente, y volviendo a su modo de negociadora astuta. Se dirigió a la Señora Hudson no como ama de llaves, sino como una consultora.

—Señora Hudson, estoy lista para el siguiente nivel. En mi... en mi anterior estado mental, yo era una persona muy enfocada en la optimización de recursos. Olvide el odio de la antigua Condesa, olvide el corsé. Mi objetivo es: ser una Condesa que eleve la marca del Conde Alistair.

La Señora Hudson la miró, desarmada por ese vocabulario de otro mundo y, a la vez, por la seriedad de su mirada.

—Para ello, necesito acceso total a los antecedentes de la Condesa. ¿Quiénes eran sus amistades? ¿Quiénes sus rivales? ¿Cuál era su estrategia de desprestigio hacia el Conde? Necesito saber qué mensajes erróneos debo corregir en la sociedad. Considéreme una gestora de crisis de relaciones públicas.

La Señora Hudson, a pesar de su inicial aversión por los "delirios químicos" de su señora, no pudo evitar sentirse intrigada. La Condesa nunca había mostrado una décima parte de esta astucia fría y práctica.

—Sus rivales eran las damas que cortejaban al Conde antes de su matrimonio —murmuró la anciana, cediendo a la lógica de la joven—. Su peor enemiga es la Baronesa Valeska, quien aún cree tener derechos sobre el corazón de Alistair. Y la estrategia de desprestigio… era simplemente su evidente infelicidad y la burla constante hacia las reglas de la corte.

Elena asintió, su mente ya creando un plan de ataque.

—Perfecto. Entonces, la primera medida será un cambio radical de imagen. A partir de mañana, quiero que se encargue de vestirme con el máximo decoro. Cada vestido debe gritar: "Soy digna de ser la esposa de un Conde".

Se levantó, su nuevo "deslizamiento" era un poco mejor que su paso anterior, aunque aún carecía de la gracia aristocrática.

—Señora Hudson, tenemos cinco días para revertir años de negligencia. Necesito la agenda de los compromisos del Conde. Es hora de empezar a desplegar la nueva Condesa Alistair.

La anciana se quedó sola en la sala, con la regla de madera en la mano. Por primera vez en mucho tiempo, la Señora Hudson se permitió una sonrisa sutil. Tal vez, pensó, el golpe en la cabeza de Lady Elena no había sido una tragedia, sino una oportunidad brillante. El fuego en los ojos de esa joven no era la histeria de la antigua Condesa, sino la ambición de una verdadera luchadora.

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Afrodita Hada♥️
muchas gracias por el capítulo 🫰♥️❤️❤️♥️❤️
Afrodita Hada♥️
muchas gracias por el capítulo 🫰🫰♥️♥️♥️♥️
Martha Mena Wong
Ohhhhh por dios voy a morir con esta angustia felicidades está mega buenísima 👏
jmlanena
A la espera del rescate del Conde por su amada condesa!!!🥰😍
Emperatriz Reales
Tu ambicion te va hacer cometer errores
Anonymus
Y este par de arpías es que tienen cámaras ocultas en la casa de estos dos o que , que no es medio día y ya saben todo lo que pasa alli.
Anonymus
Voy de corrido, esta.historia me atrapo y no puedo dejarla, escritora , EXCELENTE.
Anonymus
Por que siempre dice heredera? a caso en este mundo las que heredarán títulos y propiedades son las hijas ?
Omirsa Benites
El bastón Calen es un desgraciado 🤬🤬🤬 saboteadora y Alistair está enamorado de Elena el la quiere para el son respetar que es una mujer casada y que ama a su esposo🤬🤬🤬
Omirsa Benites
No salgas solo Alistair que vas a chocar con un carrito de helados 🤣🤣🤣🤣🤣
Emperatriz Reales
Q elena y alistair ganen esta batalla
Emperatriz Reales
Hay no q locura, ellos dos se quieren y por un ambicioso todo lo q hace, me imagino q asi. Ha de ver pasado, las mujeres desde q el. Mundo es mundo hemos sido relegadas, y si alguna sobresalia, es una hechicera
Omirsa Benites: Diosito y ahora que vas a pasar, solo espero que Alistair no vaya a morir y todo por ese desgraciado 😱😱😱
total 1 replies
Omirsa Benites
Woow pero este si es pasado el hecho que ellas tenga esa inteligencia, no quiere decir que se tenga quedó ir con el 😡😡😡
Emperatriz Reales
Elena le desperto alistair, el monstruo dormido, solo piensa en la intimidad 🤭🤭
Emperatriz Reales
Putizorr, y cizñera es lo q es
Paloma Macias
bravo👏 Elena
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
Por Dios hay que innovar ojalá ganen también está batalla. Aurora estoy encantada con esta novela
ESTER CRISTINA GOMEZ RIVILLAS
por fin el retoño para la familia
Omirsa Benites
Woow que gente tan obtusa 😳😳😳 por Dios
Omirsa Benites
Que lindo a pesar de todo el siempre creyó en Elena y su amor cada día crece más y ahora van a ser padres 🚼
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