Par De Reyes

Sira caminaba por los pasillos del Ala Beta, en busca de los trillizos pervertidos, pero extrañamente no los encontró por ninguna parte, ni siquiera a Eilam quien podría decirse que era él más responsable de los tres, ya había tratado de usar todos los medios posibles para comunicarse con ellos, incluyendo el enlace que regularmente ella lo mantenía bloqueado para ellos, eran demasiado molestos, pero ahora que los necesitaba no los podía encontrar, eran ellos quienes mantenían su enlace bloqueado y no solo con ella, sino también con los gemelos, sus futuros reyes.

- ¿Dónde carajos se metieron? – Soltó molesta entrando a la recamará de Eilam, ya había revisado la de Edris y Elek, sin encontrar a ninguno- Los gemelos llegaran mañana y con su mate – Murmuró mientras continuaba su camino, suspiró, tenía que encontrarlos, preparar todo para la llegada de los príncipes Greyson y su Luna.

Sira salió del palacio, tenía que encontrar a los trillizos Beta, si mantenían apagados sus teléfonos, bloqueado su enlace y nadie sabía de ellos, entonces algo pudo haberles pasado, no, ellos son fuertes saben defenderse.

- Busca sus aromas, es fácil- Dijo su loba, Kora.

Sira suspiró, tenía razón sería fácil de encontrar sus aromas, cerró sus ojos y empezó a olfatear, tenía que encontrarlos, los tres tenían el mismo aroma, poco a poco empezó a sentirlos, las notas de menta, naranja y vainilla amaderada tan refrescantes, como un chapuzón en la piscina en un caluroso día, su lengua se deslizo por sus rosados labios, era embriagante, sí tan solo no fuera unos pervertidos ya los hubiera aceptado desde hace mucho tiempo.

Sira abrió sus ojos y comenzó a guiarse por el aroma, el aroma era escaso, por lo que no estaban en el palacio, así que subió a su coche y manejo directo a la ciudad, condujo por veinte minutos hasta llegar a un club nocturno, suspiró, era el colmo con esos tres, dejando sus responsabilidades para divertirse un rato, se estaciono y se dirigió a la entrada, la dejaron entrar sin problema, ya la conocían como la Gamma de Greyson, aunque era temporal en lo que su hermano mayor llegará, se mezcló entre la multitud, sin perder el rastro del aroma de los trillizos, tenía un buen olfato así que a pesar de estar rodeada de tantas personas el aroma de ellos no lo perdía para nada y bueno también estaba el hecho de que eran sus destinados, camino hasta llegar a la zona vip, por fortuna estaba menos concurrido, la música era molesta, no le gustaban los lugares así, prefería los lugares tranquilos y poco concurridos, era tan diferente a los trillizos que siempre andaban de fiesta en fiesta antes de tomar el rol de Betas, llegó hasta donde el aroma se concentraba más, se colocó de pie frente a la puerta y frunció el ceño, no estaban solos, tenían compañía y dado a los aromas de sus perfumes, eran mujeres, puso los ojos en blancos, tomo valor y abrió la puerta, sus ojos chocolate, se abrieron de par en par, no debía de sorprenderle lo que veía, ellos eran así, esa era su debilidad, eran unos mujeriegos de primera, dirigió su mirada hacía Elek quien tenía una mujer sobre él, con sus enormes senos al aire y gimiendo de placer, luego dirigió su mirada Edris con esa mujer de espaldas mientras la penetraba y por último su mirada se enfocó en el mayor de los trillizos, Eilam, quien estaba sentado justo frente a la puerta con los brazos estirados a los lados recargados en los posa brazos del sofá, sus ojos se cruzaron con aquellos avellanas que la miraban sin parpadear, él tenía a dos mujeres de rodillas a él, mientras se encargaban de su entrepierna.

- Sira- Dijo Elek al verla, se apartó de inmediato de la mujer y acomodo sus pantalones.

- ¿Qué haces aquí? – Pregunto Edris quien empujo a la mujer a un lado y se arregló sus ropas, ella los miró y soltó un pesado suspiró, volvió a mirar a Eilam, era el único que no había apartado a aquellas mujeres que seguían como si nada dándole placer.

- Responde- Hablo con firmeza Eilam, Sira soltó una leve risa, a pesar de todo le dolía lo que veía, esos trillizos no cambiaban, seguían siendo igual de mujeriegos. - ¿Qué es tan importante que viniste a buscarnos, niñita? – Pregunto de manera sarcástica, Sira rio.

- Los gemelos encontraron a su mate, estarán aquí con ella mañana- Dijo, Eilam asintió y miro a sus hermanos, ellos no apartaban su mirada de Sira.

- Bien, puedes regresar al palacio- Dijo de manera fría, Sira frunció el ceño y luego miro a los otros dos, esas miradas de arrepentimiento que le dirigían, como si fuera a funcionar en ella. - ¿O te quieres unir? – Propuso con una leve sonrisa, Sira lo miró y puso los ojos en blancos.

- Los tres, váyanse a la mierda- Respondió mostrándoles el dedo de en medio, Eilam frunció el ceño, Sira sonrió, se dio la vuelta y se marchó.

- Mierda- Soltaron Elek y Edris, sabían que con lo que acababa de ver, Sira no los aceptaría como sus parejas, miraron a Eilam, quien mantenía el ceño fruncido, aparto molesto a las mujeres.

- Eso debiste hacerlo en cuanto llegó – Soltó molesto Edris.

- ¿Iba a servir de algo? – Preguntó molesto Eilam.

- Mejor vamos con ella…- Hablo ahora Elek.

Edris y Elek salieron apresurados en búsqueda de Sira, querían disculparse, sabía que no funcionaría de nada, la habían traicionado como su pareja destinada, pero eran hombres, tenían sus necesidades y ella los había negado por años, muchos años.

Cuando ellos se enteraron que era su pareja, trataron de ser pacientes, esperando que cumpliera la mayoría de edad, la cuidaban y trataban con mucho cariño, pero aun así seguían teniendo sus encuentros casuales con las mujeres, acordaron que sería así hasta que ella cumpliera la mayoría de edad y se enterara que eran parejas destinadas, pero para sus malas suertes, el día de su cumpleaños, ella los encontró de la misma manera que hace un momento y así también descubrió que eran parejas destinadas, la imagen que tenía de ellos se desmorono en un abrir y cerrar de ojos.

- ¡Sira! – Gritaron al llegar al estacionamiento, ella estaba a punto de subir al coche, se detuvo, se giró y cruzo sus brazos esperando que continuaran.

- Lo que viste…- Empezó hablar Edris, no podía decirle que no era lo que pensaba, por claramente era lo que pensaba.

- Perdónanos – Dijo Elek, era lo único que podía decir.

- ¿Por qué? Es normal en ustedes que busquen mujeres para llevárselas a la cama- Respondió tratando de sonar despreocupada, pero en el fondo le dolía que ellos siguieran siendo así.

- Eso no pasaría, si tú nos aceptaras como tus parejas – Llegó Eilam- Vamos, Sira, ¿Cuántos años nos has estado rechazando? Hemos accedido a todos tus caprichos, incluso le ocultamos a nuestros padres que eres nuestra destinada, solo por qué así lo pediste- Continúo hablando con molestia, Sira suspiró, tenía razón, cuando se enteró que eran sus parejas no los acepto y les pidió que guardaran el secreto de sus padres, ellos aceptaron sin siquiera pensarlo.

- Nos lastima tu indiferencia – Hablo ahora Elek.

- Deja de rechazarnos y acéptanos, por favor- Continúo Edris.

- No, no lo haré, ustedes son unos mujeriegos, no los quiero de parejas- Dijo molesta Sira, Edris y Elek bajaron la mirada desanimados, eso les dolía mucho.

- Entonces vamos a hacer el rechazó formalmente – Hablo Eilam reprimiendo su dolor por las palabras de Sira, ella lo miró con asombro en su rostro.

- ¡Bien! - Dijo decidida, aunque en el fondo estaba asustada. – Hagámoslo ahora- Continúo, sentía su corazón latir con fuerza, también sentía a Kora entristecerse por lo que estaba por hacer - Yo, Sira Greco Sanders, hija de los Gammas de los reyes del norte, Fabián Greco Denaro y Tamia Sanders, los rechazó Eilam, Elek, Edris Reiman como…-

- ¡No! – Gritaron Edris y Elek al mismo tiempo, cubriendo la boca de Sira con sus manos, Sira los miró a cada uno, no pudo evitar sentirse mal al ver sus rostros llenos de dolor, sus lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, dirigió su mirada a Eilam, era el único que no había gritado, pero estaba justo en frente de ella, con su respiración agitada.

- Por favor, no lo hagas…- Hablo Edris, era el menor de los tres, lo miró estaba a su derecha, lo miró su rostro lleno de dolor y tristeza, sus ojos estaban llenos de lágrimas.

- Danos una oportunidad…- Terminó Elek estaba de la misma manera que Elek, Sira suspiró y miró a Eilam, él era el mayor y quien se portaba muy indiferente con ella, pero justo ahora mostraba el mismo dolor que sus hermanos.

- Suéltenla – Dijo a sus hermanos, ellos asintieron y descubrieron su boca, pero sus manos las posaron sobre cada muñeca de ella, Sira suspiró tratando de controlar sus lágrimas.

- Apestan a otras mujeres, me da asco – miro a Edris y luego a Elek, ambos la soltaron.

- Regresemos al palacio – Hablo Eilam, sabía que no lograrían nada, ella era fuerte al resistirse al vínculo por sus orígenes, llevaba sangre Alfa en sus venas y sin olvidar que su madre era una de las lobas de la antigua profecía a la cual también lo era la madre de ellos. - Y piensa en tu respuesta- Dijo refiriéndose a la oportunidad que Elek pidió, Sira asintió y se subió a su coche.

- Mierda, eso estuvo cerca- Dijo Edris poniéndose de rodillas y llevándose una mano a su corazón.

- ¡No debiste decirle eso, Eilam! - Grito Elek molesto a causa de las palabras de Eilam casi son rechazados por su pareja.

- Cierra la boca- Gruño Eilam soltando un fuerte suspiro, solo lo dijo porque estaba molesto por la forma en la que ella los ha tratado, pero no pensó que fuera atreverse, paso una mano por su cabello y miro a sus hermanos desanimados- Tenemos trabajo, volvamos – Dijo y sus hermanos asintieron.

- Bien- Hablo Elek.

- Debemos comunicarnos con los gemelos- Edris se puso de pie y miro a Eilam.

- No volvamos a repetir esto- Hablo Eilam con autoridad- Si queremos que Sira nos acepte, entonces tenemos que dejar de ser mujeriegos y controlar nuestra calentura, eso incluye dejar de molestarla, acosarla y tocarla cada que tengamos oportunidad ¿Quedo claro? – Miro a sus hermanos, ellos suspiraron y asintieron.

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Sira llegó al palacio y se dirigió directo al ala Gamma, su teléfono comenzó a sonar al ver quien la llamaba comenzó a limpiarse las lágrimas, suspiró y sonrió para después contestar, era una video llamada.

- ¿Cómo te encuentras mi corazón? – Dijo su madre Tamia, del otro lado del teléfono.

- De maravilla, ¿Ustedes?  ¿Y papá? – Pregunto tratando de sonar lo más animada posible.

- En una reunión, ¿Segura que estas bien? – Pregunto con duda, Sira asintió no quería preocuparla con sus problemas - ¿No has encontrado a tu pareja? – Volvió a preguntar, estaba un poco preocupada por eso, ya ella tiene mas de 18 años y no había encontrado a su destinado o eso es lo que pensaban.

- Ah, eso…- Respondió soltando un suspiró recordando lo que había pasado no tenía tanto tiempo, pero no quería decirle nada sobre ese asunto, no era ningún secreto que los trillizos eran unos mujeriegos de elite, pero siempre se mostraron respetuosos frente a sus padres y ellos le tenían demasiado cariño.

- Sira ¿Pasa algo? – Pregunto de nuevo su madre, notaba algo en ella, pero Sira negó.

- Es que hay mucho trabajo, los gemelos regresan mañana- Dijo tratando de controlar sus emociones, no quería agobiarla, si le decía que esos trillizos mujeriegos y pervertidos eran sus destinados y que los encontró con otras mujeres, sabía que tanto ella como su padre no dudarían en ir a Greyson.

- Muy bien, entonces te dejo, descansa mi niña…- Sonrió sabía que su hija ya estaba grande y no debía intervenir en su vida, pero no podía evitar preocuparse por ella.

- Saludos a papá- Dijo y colgó la llamada, Sira se sentó sobre el sofá y sus lágrimas comenzaron a salir, cuando era joven anhelo tanto por encontrar a su pareja destinada y ser feliz como su madre lo era. – Mierda, estúpidos trillizos pervertidos y mujeriegos… - Soltó molesta, mientras subía sus piernas al sofá.

- Hermano- Hablo mediante el enlace.

- ¿Qué paso Sira? – Escuchó una voz varonil, no pudo más y rompió en llanto- ¿Qué te hicieron los trillizos? – Preguntó en tono molesto su hermano, Sira le había confiado a él sobre sus parejas destinadas.

- Lo siento, pero es difícil…estar cerca de ellos – Respondió entre llantos- Duele mucho- Terminó y continúo llorando, escuchó un pesado suspiró de su hermano.

- ¿Puedes soportar tres días más? – Preguntó, Sira suspiro y trato de controlar su llanto- Estaré en Greyson para entonces ¿De acuerdo? – Le dijo, Sira sonrió, a pesar de su edad, ella todavía pedía ayuda a su hermano cuando sentía que ya no podía más.

- Si…Tristán Dijo con ternura.

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Nota del autor:

Hola, queridos electores 💞🫰 espero les guste el capítulo, los Trillizos son un caso 🌝, pero bueno, ya llegará hermano mayor a poner orden 🫡💞 ya pronto estaré regalando un maratón de esta novela, sean pacientes 💕👑💕

Les dejo imágenes de los Trillizos y Sira. 💞👑💕