Cira, es la hija de la ex reina de los demonios de fuego y del rey de Belgeun, un reino de la comunidad mágica de Hurmaya. Su madre murió hace años y acaba de morir su padre. Su hermano mayor, ha sido coronado como rey y la ha condenado a vivir sin amor.
Dos hombres se han enamorado de ella, y harán hasta lo imposible para que pueda ser libre de amar.
¿Podrá Cira disfrutar de un amor verdadero con plena libertad?
HISTORIA PRECUELA DE LA COLECCIÓN HURMAYA (Cuarta historia corta)
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8. El nacimiento de un sentimiento
Lord Sinloe está esperando que la princesa Cira aparezca, aunque se está demorando está decidido a aguardar el tiempo que sea necesario, se ha dado cuenta de que tiene un interés particular por ella, no había sentido antes la enorme necesidad de saber más sobre una mujer, aparte de ser muy hermosa, sus ojos reflejan la bondad de su ser.
El rostro de Sinloe se ilumina cuando la ve llegar; se pone derecho y sonríe, no entiende porque actúa de esa manera, pero actúa como adolescente, nervioso y queriendo quedar bien, con la joven princesa de ojos verdes.
- "Lamento haber tardado tanto, yo tenía que...", dijo Cira, no sabía cómo explicarle que tendría que escabullirse de su hermano, creía que decir eso podría dar una idea equivocada; ese conde le resultaba agradable, le entristecía saber que pueda descubrir que es prisionera en una carcel lujosa.
- "No se preocupe, Su Alteza. Lo importante es que llegó, ¿nos vamos a ver las flores?", preguntó Sinloe.
- "Sí", afirmó Cira, con una sonrisa, jamás había dejado que sus emociones conduzcan su comportamiento, y ha seguido el estricto protocolo siempre que ha estado fuera de su reino; sin embargo, esa mirada transparente del conde de Gao le daba la confianza de ser ella misma.
Lord Sinloe tomó la mano de la princesa y la llevó corriendo hacia unos metros más adelante, al notar que la guardia real se acercaba, no quería que la princesa tuviera problemas, se había dado cuenta de que su hermano controlaba su vida. Pero quiere conocerla y si en ambos se despierta el amor, encontraría la manera de liberarla de ese hermano tan severo.
La princesa Cira también se había dado cuenta de la presencia de la guardia real, así que solo siguió al conde, pero ese toque de mano había provocado una extraña sensación en ella, en el fondo fue agradable, así que ella sonrió; sintió como su corazón se aceleró, aunque él era formal y caballero, esa forma de tratarla como si fuera igual de "competente" que un príncipe, la tiene cautivada.
Lord Sinloe quiso ayudarla a subir, pero la princesa subió con una gran habilidad, algo innato en una demonio de fuego, su raza tiene la facultad, casi instintiva, de ser una excelente jinete y una arquera excepcional.
Cuando llegaron al monte de Caña, pueden ver en el fondo a las flores nocturnas de encanto, tenían ese toque entre rosa y violeta, había muchas luciérnagas alrededor de estas.
La princesa Cira sonríe emocionada y se va acercando despacio, era la primera vez que las tenía tan cerca; se cuestiona a si misma si serán acaso aquellas flores, las que permitirán que se encuentre con una hermana que desconoce, pero que anda buscando con ahínco; necesita hablarle sobre su madre, quería contarle que hasta el último día de su vida, pensó en ella, se lo debía a la mujer que le dio la vida.
- "Ten cuidado, la tierra es muy resbaladiza", dijo Sinloe, preocupado por ella, probablemente no había estado en ese lugar; aunque era evidente que no era una princesa indefensa, por podia evitar asegurarse de que estuviera bien.
La princesa Cira pudo notar que, el suelo estaba inclinado, así que terminó bajando casi sentada, porque necesitaba obtener aquella flor; el conde de Gao le ayudó a remover un poco la tierra, y con sus propias manos la princesa trasplantó un par de flores a una maceta; de esa manera podría llevarlas con ella.
Cuando volvieron a los caballos, Cira guardó la pequeña maceta, se dio cuenta de que aún tenía en las manos tierras, pretendió limpiarse con sus ropas.
- "Unos metros más allá, hay una laguna, Su Alteza podremos ir a asearnos, no tengo problema con llegar enterrado a casa, no sé si usted pueda hacer lo mismo", comentó Sinloe.
- "Gracias, vayamos", dijo Cira, con una sonrisa, no recuerda cuando fue la última vez que había sonreído tanto en un solo día.
Mientras caminaban rumbo a la laguna, alumbrados por la luna y las estrellas que brillaban en el cielo, aprovecharon para conversar un poco sobre ellos, se dieron cuenta de que tenían algunos gustos parecidos y en otros casos, eran completamente opuestos; eso fue un momento muy agradable para los dos.
En la laguna, ambos se lavaron las manos y los rostros, por un momento se quedan mirando, Cira baja la mirada, recordó que aunque le pudiera gustar el hombre que tiene enfrente no puede arriesgarse a que descubran quien es, y tampoco tenía la libertad para amar, su hermano jamás se lo permitiría y el conde de Gao es un noble con sangre real, cómo podría amar a una princesa fugitiva.
- "Creo que ya debemos irnos", dijo Cira, acercándose a los caballos.
Cira acarició la flor, mirándola con cierta melancolía, sería el recuerdo de ese encuentro con Lord Sinloe, de pronto la flor se iluminó enormemente, y una luz como una torre se forma delante de ellos, parece estar abriéndose un portal frente a ella, pero Cira también es cubierta como una luz roja, sabe que no puede trasladarse en ese estado o será su ruina.
La princesa de Belgeun usa sus poderes para tratar de cerrar el portal delante de ella. Sus ojos se vuelven blancos y lanza un conjuro hacia la luna, mientras baja una luz amarilla que empieza a cubrirla, pero la protección no parece funcionar esta vez.
Lo que no sabe Cira, es que en Belgeun la cantidad de Senmortas entre las sombras son pocos y sus poderes no resultan menguados ante la maldad de unos seres que quieren aprisionar demonios de fuego como ella. En cambio, en Pallango hay bastantes Senmortas camuflados, buscando influenciar a su gente y queriendo lograr que ese reino se vaya convirtiendo poco a poco en una versión de ellos mismos; aún no ha descubierto como usar completamente sus poderes de protección ante los Senmorta.
Lord Sinloe se da cuenta de que si la magia de ese portal no se detiene, arrastraría a la princesa y notaba que ella estaba completamente asustada; él también al tener sangre real tenía algunos poderes mágicos, pero tampoco podía cerrar el portal que estaba empezando a arrastrar a Cira.
El conde de Gao estaba visiblemente preocupado, así que abrazó con todas sus fuerzas a Cira, no importara a dónde la llevaría, si eso sucedía, él iría con ella. Ambos se quedan mirando.
- "La protegeré de lo que sea, lo prometo", dijo Sinloe al ver una lágrima cruzar la mejilla de Cira.
La princesa Cira también se abraza a él, tiene miedo, aquel aterrador que su madre le logró transmitir antes de morir, la tierra donde ahora habitan los Senmorta es como vivir en el infierno para alguien como ella.
Me gustaría saber el orden completo de.las sagas completas
Tambien si nos es mucha.molestia saber si abrá mas cap de la colección de hurmaya todos los reinos