Simoné es una chica de 25 años que lucha por obtener siempre lo que le gusta. Nada la detendrá por lograr sus objetivos, aunque tenga que luchar con su propia... ¡madre!
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Me despidieron, madre
¿Pero qué te estás creyendo, que puedes faltar cada que te dé tu gana?, Nancy estaba enojada con Simoné.
A ver, a ver, bájale dos rayitas a tu intensidad. En primer lugar, tú no eres nadie para decirme lo que debo de hacer, y menos para llamarme la atención.
Mira, Simoné, estás a solo un paso de perder tu puesto. René me dijo que si las cosas seguían así yo iba a ocupar tu lugar, le dijo Nancy con aires de suficiencia.
Ah, ya veo por dónde va la cosa. Tú estás tratando de conquistar a René para que te dé mi puesto, ¿no es así?
No es necesario que lo conquiste, yo valgo por mí misma, soy más responsable que tú. No tengo ni una falta en dos años que llevo aquí. En cambio, tú, ya has faltado mucho.
En esos momentos René mandó llamar a Simoné.
Ella le hizo una seña a Nancy con la cara y fue a la oficina de René.
Buen día, dijo.
Buen día, Simoné, voy a ir directo al grano... En estos días que ha habido mucho trabajo has brillado por tu ausencia. Las cosas no funcionan así, lo siento, pero estás despedida. Pasa a RH para que te den tu liquidación.
Pero jefe, usted no puede hacerme eso. Sabe bien que yo necesito mucho el trabajo, mi madre no me mantiene, al contrario, yo tengo que ver por ella.
Simoné, has faltado muchas veces, esto ya no puede seguir. Por favor, no lo hagas más difícil. Es mejor que te vayas.
Simoné salió echando chispas por los ojos de puro coraje.
Fue a su escritorio y sacó todas sus cosas.
Nancy la vio desde su oficina y se acercó a ella burlonamente.
Ves, te lo dije. Ahora sí, el próximo trabajo que tengas, cuídalo mucho.
¿Qué le diste a René?, solo así entiendo que me haya corrido para darte mi lugar, dijo Simoné con todo su coraje.
Ay, chulita, ¿a poco crees que el mundo gira a tu alrededor?, no todos somos tan incompetentes como tú.
Eres una estúpida, ojalá que te vaya mal en mi puesto.
Gracias, te deseo el doble para ti. jajajajá.
Simoné se fue sin voltear atrás.
Adiós, toma sal de uvas para las agruras. Alcanzó a decir Nancy antes de que Simoné se perdiera de vista.
Nancy, ven un momento, por favor, dijo René asomándose a la puerta.
De hoy en adelante ocuparás el lugar que dejó Simoné, y tú, Sasha, vete al lugar de Nancy. Nancy, puedes contratar a una asistente. Yo me voy a ausentar, no sé por cuánto tiempo, te dejo a cargo de todo.
No se preocupe, señor, me encargaré que todo marche a pedir de boca.
Eso espero, confío en ustedes dos.
¿Cuándo te vas?, preguntó Nancy.
Mañana mismo, voy a una convención con los más altos exportadores de telas del mundo.
Qué bien. Te deseo mucho éxito.
Gracias.
.
.
Cuando Simoné entró a su casa se llevó una sorpresa desagradable.
Teresa e Iván estaban en la ducha, en el cuarto de Teresa.
Bueno, ¿que tú no trabajas?, le preguntó Simoné a Iván muy enojada.
Lo mismo te pregunto a ti, ¿por qué vienes tan temprano? Iván salió de la ducha, envuelto en una toalla, su cuerpo musculoso estaba al descubierto provocando que Simoné lo viera de una manera muy significativa.
Teresa salió también con una bata, con el pelo envuelto en una toalla.
Simoné, ¿qué pasó contigo? ¿Por qué estás aquí?
No, mamá, no me quieras cambiar el tema, ¿que están haciendo ustedes dos aquí?
¿No es obvio?
Iván y yo nos vamos a casar. Solo que será dentro de 8 meses porque quiero guardarle un poco de luto a tu padre.
Mamá, no seas descarada, si tú empezaste a andar con Iván casi en el mismo panteón.
¡Plaff! La cachetada se oyó hasta el último rincón del mundo.
No te permito que me faltes el respeto, y ahora lárgate a tu cuarto, después hablamos.
Bueno, ella se lo buscó, dijo Iván sin atinar a decir nada más.
Ya no sé qué hacer con ella es muy rebelde y voluntariosa. Siento que está enojada conmigo todo el tiempo, pero no sé por qué. Si antes éramos muy unidas.
No le hagas caso. Ella es una mujer adulta y debe de entender las cosas que hace mal. La han de haber corrido del trabajo por eso llegó temprano.
Tal vez...
Poco después, ya vestidos los dos salieron del cuarto.
Amor, ¿no te molesta si te pido que te vayas? Necesito hablar con mi hija a solas.
No te preocupes, además, ya me iba. Necesito arreglar unos papeles que tengo pendiente en mi empresa.
Ok, mi amor; recuerda que mañana tenemos cita para ir al cine.
Claro, mi amor, nunca lo olvidaría.
En cuanto se fue Iván, Teresa fue a hablar con su hija.
Ahora sí me vas a decir por qué estás aquí, ¿qué pasó con tu trabajo?
Me despidieron, mamá, ya, ¿estás conforme?
No me digas. ¿Y por qué te despidieron?
¿Qué te pasa, mamá?, ¿acaso es un interrogatorio?
Claro que no, pero necesito saberlo.
Mamá, falté tres días al trabajo, René se enojó y me despidió.
Pues a ver cómo le haces pero aquí no te voy a andar manteniendo. Eres una mujer hecha y derecha y puedes hacer con tu vida lo que quieras. No esperes que yo te vaya a pagar todas tus deudas.
No te preocupes, mamá, tengo un dinero ahorrado.
Bueno, está bien, y te voy a decir otra cosa. No quiero que le vuelvas a faltar el respeto a Iván, él no se mete contigo para nada y quiero que tú hagas lo mismo.
Mamá, desde que Iván llegó a la familia tú ya no me haces caso, siempre estás con él.
No digas eso, hijita, tú siempre vas a ser mi hija y te amo.
Entonces, demuéstramelo alejándote de él.
Por favor, Simoné, no me pidas eso, sabes que es mi felicidad. Lo amo con todo mi corazón. ¿O acaso yo te pido que dejes a Charly?, no, ¿verdad?
Eso es muy diferente mamá, Charly tiene la misma edad que yo, en cambio, Iván es más joven que tú.
Y yo ya te dije que eso no tiene importancia. Cuando el amor existe lo demás sale sobrando. Iván y yo nos amamos.
Eso crees, mamá, a lo mejor estás confundida, te dejaste llevar por la belleza de él, pero eso no es amor.
Lo siento, hija, pero mi amor por Iván es genuino y deja de andarte metiendo ya en mi vida.
Teresa se fue a la cocina a prepararse un sándwich.