Ana Lucía Arango se casó muy enamorada y soñaba con tener un hogar lleno de amor y mucha pasión, pero después de la boda su pareja cambió al 100% y no entiende por qué.
¿Superarán está crisis o todo se irá al carajo?
¿Su amor por el seguirá intacto, o llegará alguien que le haga sentir cosas nuevas?
Gonzalo Piedrahíta guarda un secreto, el cuál no le deja acercarse a su esposa íntimamente, cometió un grave error días antes a su boda y hoy paga las consecuencias.
¿Logrará Gonzalo salir invicto de ese secreto y recuperar la confianza de su esposa?
¿Logrará recuperar su matrimonio y sobre todo el amor y el cuerpo de Ana Lucía?
Eduardo Salvatierra, un Magnate hotelero, muy apasionado. Conoce a una hermosa pelinegra que lo deja hipnotizado desde el primer instante en que la ve sin saber que es la esposa de un amigo de la preparatoria que hace mucho tiempo no ve.
¡Ven acompáñame a descubrir que sucede en este triángulo amoroso!
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Me niego a creerlo.
• Eduardo.
...
No dejé de sentirme ansioso por la cena en casa de Gonzalo, era una sensación indescriptible que sentía, tal vez era por no haber compartido con su familia durante tanto tiempo.
Pasé el día en la constructora que tengo aquí en Manhattan, el CEO que está a cargo de ella me estaba rindiendo algunos informes, se me hizo un poco tarde, fui al hotel a cambiarme y cuando quise salir me detuvo una llamada de mi asistente quien me estaba informado algo importante acerca de los nuevos hoteles que había inaugurado recientemente, Gonzalo me había llamado unas dos veces en las horas de la tarde para confirmar la cena y darme la dirección de su casa.
Mientras conducía hacia el lugar de encuentro con Gonzalo y su familia no pude dejar de pensar en Lucía, tal vez si contaba con suerte volvería a verla, la noche de nuestro maravilloso y pasional encuentro me había comentado que vivía aquí en Manhattan, mi corazón latía desesperado cada que recordaba aquellos momentos en los que fue solo mía.
Jamás había creído en el amor a primera vista hasta que la conocí a ella, esa bella mujer llegó arrasando con todo, su mirada me hechizó desde el primer instante en que tuvimos contacto visual, joder debía saborear mis labios cada recordaba su sabor.
El GPS me indica que estoy a pocos minutos de llegar al lugar indicado y de repente comienza a llover, es una lluvia suave, pero igual me hace retardar más.
Al llegar a casa de Gonzalo me doy cuenta que no traigo paraguas en el auto así que aseguro bajo mi abrigo los detalles que he traído y bajo rápido tratando de no mojarme tanto, toco el timbre y rápidamente sale una amable empleada que recibe mi abrigo y me pasa una toalla para quitar el agua de mi cabeza mientras ella sostiene los detalles un momento, pronto aparece Gonzalo con una sonrisa amable, ha insistido tanto en que conozca a su bella y amada esposa que no me quedó de otra que aceptar además que quiere que invierta en su negocio estuve revisando su propuesta y no pareció tan mal.
En la preparatoria, Gonzalo era el más mujeriego de los tres, y ahora me sorprende y a la vez me alegra saber que se ha enamorado y ha encontrado una buena mujer que lo ame, habla tantas maravillas de su bella “Ani” que me causa mucha curiosidad conocerla.
Me disculpo con él por el retraso y la empleada me regresa los obsequios, Gonzalo palmea mi hombro y me lleva hasta donde supongo están el resto de la familia, mi corazón da un brinquito cuando me adentro en el pasillo que nos lleva a la sala de estar.
Saludo con un, Buenas noches y lo primero que veo al alzar la mirada son aquellos ojos cafés que me hechizaron en aquel bar de Miami. Gonzalo me presenta y yo frunzo el ceño cuando veo la sorpresa dibujada en su bello rostro.
El primero en saludarme es Hernán seguido por su madre y su pequeña hermana, a todos los saludo con cariño entregándoles los pequeños obsequios que les traje, pero la confusión no me abandona. Susana me vuelve a abrazar en agradecimiento por el detalle y me resta visibilidad, pero cuando logró apartarla mi corazón amenaza con salir disparado por mi boca cuando vuelvo a ver a la mujer que se ha robado mis pensamientos por los últimos días, vestida con precioso vestido azul se ve divina y me pregunto inmediatamente ¿Qué hace ella aquí? De todos los lugares en los que imaginé encontrarla jamás imaginé que sería aquí.
Barro el lugar con mi mirada buscando a la esposa de Gonzalo, pero no veo a nadie más, y creo que me va a dar un paro cardíaco cuando imagino lo peor, no, me niego a creerlo, ella parece perdida, asustada y sorprendida, Gonzalo toma su mano y la trae hasta quedar frente a mi, algo impacta contra mi pecho cuando Gonzalo pronuncia aquellas amargas palabras.
_____ Ahora quiero presentarte a mi bella esposa. _ no, no lo dijo, esto debe ser una puta broma, una muy mala por cierto. _____ Ana Lucía Arango, la dueña de mi vida. __ joder no, me niego a creerlo.
No puede ser cierto, yo no pude haberme acostado con la mujer de mi amigo, ¿Serán hermanas gemelas? Tal vez sea eso, mi ninfa de ojos cafés se llama Lucía y la esposa de mi amigo se llama Ana Lucía.
Ella me dijo que su esposo era de papel, que no la atendía, que tenía a otra, que ni siquiera habían consumado su matrimonio, Pero Gonzalo me ha dicho todo lo contrario, según él ellos son el matrimonio perfecto, que están más enamorados que nunca y no sé qué otras cosas más, el beso que él deja en su mejilla me llena de celos y confirmo que la esposa de mi amigo es mi Lucía cuando el olor de su perfume inunda mi nariz mientras beso su mano en señal de saludo.
_____ Mucho gusto señora Piedrahíta. __ cada palabra sale con mucha dificultad, mi hechicera es la Ani de mi amigo.
Me siento muy confundido, no sé a quién creerle; a ella o él ¿Quién de los dos me dijo la verdad?
Ella al igual que yo, finge no conocerme, noto el temblor de su cuerpo cuando recibe el pequeño obsequio que le doy, tal vez piense que la dejaré al descubierto, pero yo jamás haría eso.
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No dejo de mirarla disimuladamente mientras cenamos, la noto tensa e incómoda y yo solo pienso en la oportunidad de hablar con ella a solas en algún momento, necesito que me responda algunas preguntas, me siento mal cuando estando con los demás presentes deseo besar su boca y volver a embriagarme con su olor y su sabor.
No tengo nada que reprocharle, ella me dijo que era casada desde un principio, pero tengo muchas dudas, no quiero pensar mal de ella, quiero que hablemos.
Después de cenar pido el baño prestado y aprovecho cuando estoy allá para buscar en mi billetera una de mis tarjetas con mi número personal y soy tan de buenas que encuentro una pluma en la cómoda del baño así que aprovecho para escribir una pequeña nota y la dirección del hotel en donde me hospedo.
Al regresar a la sala donde todos hablan menos Lucía paso por el lado de ella y disimuladamente le entrego la tarjeta, ella la toma y discretamente la guarda en el escote de su vestido...