Niebla y Rayo, regresan a casa después de michos años tras una mentira de su hermana menor. pero pronto descubrirán que su destino si estaba escrito y que la mentira de su hermana tan solo fue el principio de todo.
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CAPÍTULO 9
NARRADOR
Rayo, quien se quedó a cuidar de su hermana, decidió que conocería mejor ese lugar, pues su hermana estaba con Bastián y podía oler la pasión que ambos se tenían, así que prefirió dejarlos solos, para no hacer de mal tercio.
Mientras recorría el lugar, pudo notar las áreas de entrenamiento y que, a pesar de vivir en medio del bosque, la mayoría estudia en el pueblo y tiene negocios fuera de la comunidad. Esto explicaba cómo se mantenían dentro del bosque, ya que sí tienen cultivos, pero no solo para vivir de ellos.
Rayo le preguntó a una de las empleadas de la casa principal dónde podía nadar y esta le habló de una hermosa cascada al final del pequeño pueblo que se esconde dentro del bosque, por lo que Rayo decidió caminar hasta allí.
Después de caminar por largo tiempo, Rayo llegó a la cascada y, como estaba completamente solo, se quitó la ropa y entró desnudo al agua, la cual, a pesar de estar helada, le encantaba.
Él nadó por un largo rato, luego salió y se vistió. Se quedó admirando el lugar y le pareció excelente. Es un sitio tranquilo y lleno de personas que no ocultan lo que son. Él siempre quiso volver con sus padres y hacerse cargo del Clan de la Lluvia para que sus padres pudieran viajar por todo el mundo y ser felices, pero adora a su hermana gemela y la apoyaría siempre, incluso en su decisión de no regresar.
De no ser por Cielo, ninguno de los dos hubiera regresado y Niebla no hubiera encontrado a su mate. Todo seguiría siendo normal: él y su hermana trabajando y, los fines de semana, él saldría de fiesta y encontraría a cualquier chica que calmara sus necesidades, pero ninguna lo llenó, por así decirlo.
—Es bueno estar aquí —Rayo decide regresar, pero al hacerlo, se resbala en una piedra mojada y cae por un barranco. Afortunadamente, no se golpeó la cabeza, solamente se lastimó un pie.
—Lo que me faltaba —Rayo, con dolor en su pie, volvió a subir. Cuando llegó nuevamente a la cima, había un grupo de chicas en la cascada y, para su sorpresa, sus ojos comenzaron a brillar. El rojo en ellos se podía ver: su luna estaba entre esas chicas. Por un momento pudo sentir su aroma, pero este desapareció en cuanto se acercó a ellas.
—Eres un alfa, seguro eres el hermano de la luna de Bastián —una de las chicas habla con tranquilidad.
—Sí, ¿había alguien más aquí con ustedes? —pregunta Rayo, pues ya no siente el aroma de su luna.
—No, solamente nosotras —una hermosa chica de ojos azules le sonríe y Rayo le devuelve la sonrisa, pero aunque la hermosa chica lo cautivó, él quiere encontrar a su luna.
—Déjanos ayudarte —otra de las chicas se acercó a Rayo y lo ayudó con su pierna para que no le costara tanto regresar. Al volver, Rayo no podía dejar de pensar en quién podría ser su luna y cómo desapareció tan de repente. En un segundo la pudo sentir tan cerca y al siguiente ya no había rastro de ella.
—Rayo, ¿estás bien? —pregunta Niebla, al ver a su hermano entrar tan pensativo y con su ropa maltratada.
—Encontré a mi luna —responde Rayo, aún sin poder creer lo que le acababa de pasar.
—¿Y eso es malo o bueno? —indaga Niebla, sin poder descifrar la cara de su hermano.
—Sería bueno si supiera quién es —responde Rayo y Niebla no puede evitar reírse.
—¿Cómo que no sabes quién es tu luna? —pregunta Niebla, sin poder creer lo que dice su hermano. Bastián, quien había ido por algo de beber para Niebla, volvió con la bebida para ella y los escuchó en silencio.
—No lo sé, cuando mis ojos comenzaron a brillar sentí su aroma, pero cuando me acerqué a donde pensé que estaba, el rastro desapareció y no he vuelto a sentirlo —responde Rayo.
—Bueno, quizás era alguien que simplemente pasaba por ahí, no lo sé, ya verás que pronto la conocerás —responde Niebla, mientras que Bastián contiene su risa, pues con lo que Rayo dice, él ya sabe quién es la luna de su cuñado.
—Sí, tienes razón, después de todo es mi luna, la encontraré frente a frente en algún momento —Rayo subió a su habitación y Niebla volvió al sofá, donde Bastián no perdió la oportunidad de atraerla hacia él y besarla.
—Bastián, estamos en la sala, cualquiera podría vernos —Niebla lo detiene y él emite un pequeño gruñido de frustración.
—Vamos a la habitación, mi luna —Bastián le hace ojitos y Niebla ríe.
—Jajaja, eres mucho mayor que yo y pareces un niño chiquito. Prometiste llevarme a conocer todo el lugar y a las personas. También me dijiste que me llevarías al lugar donde se escribió la historia del sexto clan, para que yo pueda ser una gran luna y cuidar de todos cuando tú, mi fuerte alfa, no estés aquí para hacerlo —Niebla se sienta en su regazo y Bastián la besa.
—Sé que eso dije, sin embargo, eso es algo que podemos hacer mañana. Hoy recién mi hermosa luna aceptó quedarse conmigo y la verdad la esperé por mucho tiempo, así que quiero tenerla entre mis brazos todo el tiempo y hacerla feliz —responde Bastián y comienza a besarle el cuello.
—Bueno, no puedo resistirme a ser feliz, pero
mañana sí cumplirás con tu palabra —Niebla le corresponde a Bastián y este se levanta con ella entre sus brazos y la lleva a la habitación, donde no tardaron en comenzar a escucharse el choque de sus cuerpos, los gemidos de Niebla y los gruñidos de Bastián.
Ambos son muy salvajes a la hora de entregarse y nadie podría negar que entre los dos hay mucha pasión, tanta que se puede sentir el fuego ardiendo dentro de ellos apenas se miran. Nadie sabe cómo lograron estar cerca uno del otro por unos días sin entregarse a la pasión; se nota que ambos, aparte de apasionados, tienen un gran autocontrol, o lo tenían, Jajaja.