En la actualidad, en una ciudad donde todos viven apurados encontraremos a una chica promedio. Su deseo es ser actriz de películas, y su sueño es ser famosa. Estudió teatro, actuación, acrobacias e incluso se especializó en artes marciales para poder estar lista para cualquier papel que se le pudiera presentar.
Finalmente, después de tanta espera consiguió un papel en una película que pretendía retratar la vida de una mujer muy importante en la historia. No había podido conseguir el papel protagónico, pero como era su primera puesta en escena, estaba bien. Se había preparado para ese momento toda su vida.
Katherine llegó al set de filmación donde tenía que hacer su primera grabación que consistía en una escena de pelea entre concubinas. Pero tal fue su suerte que cayó desde el balcón de los camerinos, y murió.
Gracias a esa caida ahora estaba ahí, en una habitación lujosa y ella sin saber lo que había pasado, o siquiera dónde se encontraba en estos momentos...
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Cap #9
Días después del encuentro de Senebkay y el visir Ei, en la residencia de éste, más explícitamente en la habitación del visir, se encontraba su esposa muy enojada. Estaba llena de ira porque se había enterado de que el nombre e imagen de su querida hija se había enviado al palacio como candidata de la familia del visir para concubina del faraón.
- ¡esto es inaceptable! ¿Crees que no le haré daño a tu querida esposa? Más te vale que retires el nombre de mi hija de la lista o juro que la mato-, gritaba aquella mujer mientras alguna de las joyas que traía encima se le caía al suelo por los movimientos bruscos que hacía en contra el visir, golpeando el pecho de este.
-¡ya basta! ¡suficiente! Ya está hecho, ¿crees que el faraón permitiría tal insolencia de mi parte? No digas tonterías. Deberías estar feliz, tu hija podrá subir alto como una de las amantes del rey-, habló con una sonrisa el visir Ei.
- me las pagarás, le cortaré los dedos a tu esposa y te las traeré-, dijo Aknnam la esposa actual, quién tiraba algunas cosas al piso mientras salia con pasos rápidos del lugar.
- más vale que lo que me dijiste sea verdad-, dijo el visir mirando una pared, detrás del cuál salió Senebkay quién había escuchado todo.
Había llegado para hablar con el padre de Sansa, pero antes de que lo pudieran hacer, había llegado aquella mujer como una tormenta de arena en el desierto.
-no te preocupes, venía para informarte sobre eso y pedirte otra cosa. Tu esposa ya está a salvo en el templo del este. Puedes visitarla cuando quieras, pero no puedes sacarla de ahí por ahora. Entenderás que para todos ella está muerta, y si tú esposa se entera, buscará la manera de deshacerse de ella-.
- está bien, lo entiendo. Gracias por tu ayuda. Estoy en deuda con usted, por favor dígame cómo puedo compensarlo-, habló el visir arrodillado con las manos y la cabeza en el piso expresando su profundo agradecimiento.
- bien, quiero que me des en matrimonio a tu hija Sansa.-, dijo Senebkay con un semblante serio.
- pero su alteza, eso. Es mi hija, a la que siempre hice de lado para proteger a su madre, y ahora que su madre ya no está en peligro, quería recuperar el tiempo con ella-, dijo el visir bastante exaltado.
- no te preocupes, no la alejaré de usted. Estoy haciendo esto para protegerla. Es probable que mi padre te mande a llamar para preguntarte por ella. Es por eso que quiero concretar esto antes de que él tenga la oportunidad de verla. Para mantenerla a salvo de él-. Replicó Senebkay.
Al escuchar aquello, Ei se encontraba mucho más preocupado, porque se sabía que cuando el faraón quería algo, no descansaba hasta tenerlo sin importar nada. Aún consternado, el visir preguntó;
- si eso sucede, ¿qué debería hacer? Tu padre siempre obtiene lo que quiere-, argumentó.
- si eso sucede, le dirás que Sansa es una niña débil y que enferma con frecuencia. Sabrás cómo manejar la situación, debes evitar a toda costa su interés por ella, ¿lo entiendes?. Yo enviaré la petición para tomarla como esposa. Yo al ser no muy del agrado de mi padre, él accederá a conceder mi matrimonio con una niña como ella, débil-, dijo con una sonrisa.
El visir aún con dudas, y no muy convencido, decidió aceptar. Era preferible que el príncipe fuera quien tenga a su hija y no el faraón quién era conocido en todo el imperio por lo sádico que era. Era de conocimiento público cómo trataba a sus mujeres, tan despiadadamente.
El visir solo quería proteger a Sansa y evitar el sufrimiento de su hija. Cuando Aknnam le exigió mandar a Sansa como concubina se había desesperado, porque era la vida de su esposa, o su hija que debía ser enviada como concubina. Ahora sentía cierto alivio en su corazón al saber que su esposa estaba a salvo, y que tenía una manera de salvar a su hija del faraón en caso de que este se fije en ella.
Todo esto estaba reflexionando en silencio, y cuando buscó al príncipe, él ya se había ido.
Todo había sido dicho, y ya no tenía nada que hacer ahí. Y más al ver al visir perdido en sus pensamientos, simplemente decidió irse. Además quería descansar, había sido complicado encontrar a la madre de Sansa y traerla, más en esas condiciones. Estaba herida, aunque nada demasiado grave. En el templo los sacerdotes de la Diosa cuidarían bien de ella para recuperarse.
- es hora de descansar y esperar a que las cosas se desenvuelvan-, dijo arrojándose a la cama para dormir.
Cuando estaba por quedarse dormido, escuchó un ruido en su habitación. Se quedó quieto, y cuando sintió que quién entró estaba lo suficientemente cerca lo derribó, y estando arriba del intruso sacó una daga sujetándola en el cuello de este.
Senebkay vio el tatuaje que tenía el sujeto en el cuello y supo inmediatamente que era otro asesino enviado por su cabeza.
- ¿quién te envío?- interrogó.
El hombre no dijo nada, y con un rápido movimiento, se quitó la vida moviendo su cuello a la navaja de Senebkay.
-¡demonios! Otra vez me quedo sin saber quién está tratando de deshacerse de mi-, dijo suspirando y pasando su mano por su cabello.
Se quedó parado, mirando el cadáver. En la otra línea de tiempo muchas veces había salido herido de gravedad pero nunca supo quién enviaba a los asesinos. Por eso en esta ocasión quería asegurarse de encontrar a esa persona detrás de estos intentos.
- tal parece que no podré descansar en este lugar. Será mejor que me vaya a otro sitio para dormir- pensó mientras arrastraba el cadáver para sacarlo de ahí y dejarlo en algún lado lejos de su lugar de descanso en el palacio.
Al día siguiente había un alboroto en el palacio, había aparecido un cuerpo sin vida en el gran jardín imperial. Los soldados corrían registrando toda la zona. Y al mismo tiempo se le informaba al faraón sobre el hallazgo, quién solo ordenó que limpien todo y que averiguen lo que había pasado.
Cuando se quedó solo, maldijo varias veces y salió del salón para ir a buscar a alguna de sus mujeres para deshacerse del mal humor que tenía ahora por aquel escándalo.
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Hola a todos. Me había tomado un tiempo para pensar en si seguir escribiendo en la app o no. Después de este tiempo decidí seguir. Lamento mi ausencia, pero estaba muy desmotivada. Ahora volví super motivada para tratar de terminar está historia lo más antes posible. Espero que sigan apoyando.
Díganme si les gusta o no cómo va está historia... siempre me gusta leer los comentarios. Desde ya, gracias por el apoyo de siempre.❤️
como siempre leer tus novelas mis felicitaciones 👏