Shopia estudiante de enfermería es engañada por su gran amor, sin querer conoce a un familiar de su ex, con quien conocerá la otra cara del amor.
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Chantaje
Quede con Selin para ir por un café al día siguiente, y esperar juntas el resultado. Salía de casa algo nerviosa, estaba por arrancar el auto cuando Ezequiel se interpuso en mí caminó. Bociné varias veces para que se fuera de mi camino, pero el muy terco no se movía, me tocó bajarme.
—¡Quítate de mi caminó!— le empujé con las manos.
— No me iré hasta que me escuches— dijo.
— ¿Por qué mejor no te vas a seguir intercambiando salivas con la estúpida de Diana? Y a mi me dejas en paz, tú y yo terminamos...
—Shopia mi amor, no puedes tirar nuestra relación así sin antes escuchar lo que tengo que decirte, si me equivoque, pero lo hice pensando en mi madre.
— ¿De quéestáss hablando?
— Diana tiene unas fotos de mi padre con su amante, me amenazó con mostrárselas a mi mamá, vos sabés que mi mamá tiene los días contados por el cáncer, no puede alterarse con estas cosas, aún necesito de su compañía. Diana desde siempre me quiso con ella, eso no te consta, y no perdió oportunidad.
— Ezequiel, lamento mucho que te hayas tenido que someter a ese chantaje, pero ya no hay vuelta a tras, lo nuestro terminó. No por tu error sino por el mio.
— ¿A qué te refieres?
— Odio tener que decepcionarte, pero lo mejor será tomar distancia.
— Shopia, nos merecemos una oportunidad, te amo mi amor, no puedo simplemente dejarte ir. Aún tenemos nuestros sueños que cumplir.
— Esos sueños de los que hablas fueron solo palabras, Ezequiel hasta unas semanas atrás te amaba con locura, quería muchas cosas a tu lado, pero hoy realmente estoy confundida, esa noche que terminamos la vida me tendió una trampa, y esa trampa ahora no me permite seguir a tu lado. Discúlpame, pero tengo que irme — no espere a que me respondiera simplemente tome el volante y me fui.
Ezequiel no entendía nada de lo que decía, aún lo amaba a pesar de su pequeño engaño, parte de mi felicidad la había conocido con él, cuando estaba toda rota con sus abrazos y mimos lograba unirme para que volviera a sonreír. Había muchas cosas que había vivido a su lado, sin protestar todos mis berrinches me aguantaba, y todos mis gustos me daba, me dolía realmente apartarme de él, juntos podíamos superar muchas cosas, pero tenía que pasar página eh imponerme al juego del destino.
En tanto esperaba a Selin en un Starbucks en Palermo, recordaba el rostro triste de Ezequiel.
—! Perdón por la demora amiga!— dijo Selin al llegar.
— Descuida Selin, llegue hace un momento también, no espere mucho que digamos.
— ¿Ya entraste al correo?
— Si, aún no llegó nada, esta espera me tiene ansiosa...
— Me lo imagino.
— Cuando venía para acá, Ezequiel me esperaba en la entrada de mi casa.
— No se cansa de insistir el pelotudo ese, ¡qué pesado!…
— No me dejo arrancar el auto hasta que lo escuche.
—¿Cuál fue su escusa?
—Me dijo que beso a Diana porque ella tiene unas fotos de su padre con su amante, y le chantajeo con mostrárselas a su mamá.
— Esa loca no perdió oportunidad, siempre te envidio por estar con él, y lo hizo en la puerta de tu casa para que lo vieras al intento, así termines con él.
—Conociéndola seguro ella lo armo todo, es una hija de puta. Si la mamá de Ezequiel mira esas fotos, la pobre morirá de un infarto.
— ¿Qué más te dijo?
— Que nos demos una oportunidad.
—¿Y qué piensas hacer?
— Ya no podría volver con Ezequiel, aunque lo ame, la vergüenza cada día me atacaría, no podría verlo a los ojos, cuando me acosté con su tío. Sé que tarde o temprano saldrá todo a la luz, pero cuando llegue ese momento prefiero estar lejos de ambos.
— Hay amiga, es un tema por todo lo que tienes que estar pasando.
Hablando la hora se nos había pasado, abrí mi correo, entre a correos no deseados y ahí estaba los resultados del laboratorio que me hice. Mis manos temblaban antes de abrir el archivo, respire profundo y al final apreté el botón de abrir, me costaba parpadear los ojos, mi rostro se puso muy pálido, Selin me preguntaba que salió, pero no podía responderle nada, porque mis oídos se habían bloqueado, estaba en estado de shock. Era como si frente de mi caía una lava caliente, de donde no podía escapar y el miedo crecía cada vez más.
—¡Shopia...!, amiga... reacciona...— Selin me sacudía del brazo.
Giré la vista hacia ella y le di el celular para que viera lo mismo que yo mire.
—¡oh!... no puede ser— dijo.
El destino de mi vida me estaba dando una cachetada en el rostro, quería que todo fuera una maldita alucinación.
— ¡Shopia!... ¿Estás bien?— preocupada me preguntaba Selin, tocando mi hombro.
— Seré madre Selin, no me da miedo esa idea, sino de quien es.
— ¿Qué piensas hacer?
— Hablar con mis padres y contarles todo, no puedo ocultar esto.
— ¿Hablarás con el padre del bebé?
— Me tocará hablar nuevamente con ese individuo y llegar a un acuerdo.
—Conociendo a tu madre te obligará a casarte con él.
— Me merezco eso y más por no haber pensado bien las cosas, estaba furiosa y no pensé con claridad, mi noche de locura y pasión pasó a ser una estúpida pesadilla. Si no fuera el tío de Ezequiel las cosas serian más sencillas.
— Haciendo a un lado el embarazo, con mucha sinceridad, ¿Cómo la pasaste?, era tu primera vez amiga. ¿Al menos lo disfrutaste?, porque después de esto, no sé si vas a tener otra oportunidad para estar con alguien.
— No te voy a negar que la pase bien, fue una experiencia muy agradable, y me quedé con ganas de más. Nosotras también tenemos derecho de desear y tener amantes y ser amantes. Mis deseos están fuera de los sentimientos. Mi piel aún recuerda cada caricia, cada beso y todo. A pesar de la borrachera recuerdo todo. El deseo de mi inconsciente fue más travieso que mi consiente.