La princesa reencarnada, ayuda a un malhumorado príncipe en su venganza...
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Mondragón
Unos días después, la princesa pidió permiso a su padre, para visitar unas tierras, que había comprado para hacer un nuevo orfanato.
- Princesa, está bien que tengas el apoyo del pueblo, pero es más importante el apoyo de la corte.
- Entiendo padre. Volveré mañana con nuevas ideas. Ahora saldré del palacio.
Bella ya tenía comprada a la guardia de confianza y además es cierto que compró el terreno vecino a las minas para un orfanato para poder justificar las salidas del palacio.
Iba en el carruaje, cuando este se detuvo unos minutos por unas ramas en el camino, cuando el mercenario entró al carruaje. Ella solo sintió su calor y el sonido del asiento, pero no podía verlo. En segundos, Vitorio saco su capa, dejándose ver con una sonrisa ladina.
- Necesito esa capa. Es como la de Harry Potter.
- ¿Quién?
- Un poderoso mago en mi época [bueno, no diré que es de un libro, con la magia todo puede pasar]
- ¿Tienes los contratos?
- Si, pero no los traje ahora, te lo llevaré a tu cabaña.
- No, me quedaré en estas tierras, yo te buscaré.
- Ya comprobaste que era cierto lo de las minas, entonces.
- ...
- De nada, socio. Cuando tengas organizado todo aquí, deberás salir de la isla de los reinos de plata al continente, para que compres un título.
- ...
- Cambiaré tu apariencia ahora, para que te presentes en las tierras como un administrador y empieces los trabajos y a contratar personas, después del título, tendrás otra apariencia.
- Así que no eres tan tonta como pareces.
- Mira príncipe, entre más pronto termina este estúpido pacto, más rápido saldré del palacio y seré por fin libre en este maldito mundo.
- Ni creas que me puedes traicionar, porque...
- sí, si, moriré... ya lo has dicho. Ahora sale de mi carruaje que quiero dormir.
- ¿me estás echando?
- Sí. Ya hablamos ahora, largo.
- Tú...
- Yo que... no somos amigos, a ti no te intereso y a mí me molesta que siempre me quieras molestar y humillar, si quisiera eso, visitaría a mis hermanos.
- ...
La princesa acomodó su ropa y se recostó en el asiento, pensaba en dormir una siesta y que Vitorio se iría como lo hizo el día anterior.
- ¡Su alteza, el duque Mondragón, se acerca a caballo!
- Mierda, que los malditos hombres groseros no me pueden dejar en paz hoy.
- Te escuché
- ¿Por que sigues aquí?
- ...
El carruaje se detuvo y un guardia tocó a la puerta del carruaje.
- Princesa Bella, el duque Mondragón solicita saludarla.
- ...
(susurro) - no hagas ningún ruido, ese idiota también tiene magia.
Bella bajó del carruaje e hizo una pequeña reverencia al duque Mondragón, quien respondió de igual forma.
- Mis saludos, segunda princesa. Me disculpo de antemano, por robarle unos minutos de su tiempo. ¿A dónde se dirige? ¿Alguna tarde de té? ¿Joyas, vestidos?.
- Duque Mondragón, me incierta su interés, mi hermana está en el palacio...
- Con la princesa Estela, somos solo conocidos, debido a que usted, suele ausentarse de palacio, incluso de noche.
- Me honra con tanta preocupación duque, pero solo le debo explicaciones a Dios y a mis padres.
- Usted sí quisiera podría tener toda mi preocupación y atención y no tener que salir sola, por estos caminos que pueden ser peligrosos para una princesa. Además, no me ha respondido hacia donde se dirige.
- Duque me dirijo a unas tierras que compre para el nuevo orfanato, ¿gusta usted y su tropa ayudarnos, en tan noble causa?
- Es una zona bastante retirada, no sería mejor, ser vista en la capital.
- en los lugares más remotos hay necesidad también, señor duque.
- Bien, princesa, no la interrumpo más, espero poder verla en un mes más, para el gran baile.
- Así es, será en el palacio, estoy segura de que Estela, estará feliz de verlo.
- Sé que no solamente ella se pondrá feliz de verme, usted...
- Bien, me retiro. Hasta pronto duque.
- Adiós princesa Bella.
El duque comenzó a mirar a la princesa de forma coqueta, casi lasciva.
Después de unos minutos el carruaje comenzó a moverse nuevamente.
- Así que le quieres quitar el novio a tu hermana.
- Mira, no estoy para tus comentarios. Me preocupa lo que me dijo ese idiota.
- Seguramente, tienes una rata, alguien que no te es fiel y que le da información.
- Cada día es más difícil estar en ese lugar.
- Ese duque tiene interés en ti, deberías usarlo.
- No gracias, él no me interesa, además mi hermana me mataría mientras duermo.
- Dijiste que el matrimonio era un contrato por el bien del trono y su pueblo.
- Yo no quiero el trono. Y te aseguro, que podría ayudar más al pueblo, por mi misma que siendo la esposa de alguien así.
- Pondré a alguien a seguir a tu amorcito y cuñado, por si acaso.
- Bien. Ahora es importante, que viajes a continente pronto, para que te presentes en la fiesta.
- ...
- Seré como tu hada madrina, tendrás el mejor carruaje, las mejores vestimentas, te pondrás muy guapo y al final de la noche te quedarás con la princesa [o príncipe, quien sabe]