Toda vida enamorada, sufriendo humillaciones, para nada, sin darme cuenta deje que un amor enfermizo, acabará con mi amor propio. hasta que mi verdadero amor me salvo.
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lucha por ella.
Alejandro.
Estaba lleno de ira, sé solo pensar que Yo no digo nada, solo me siento en silencio, ella me mira y sonríe, no sé qué le causaba tanta gracia.
-Sabes Alejandro, hace algunos años, pude notar tus sentimientos hacia Claudia, es de admirar.- me dijo, dejando sorprendió.
-De que hablas – le digo.
-Sabes perfectamente de que hablo, así que no finjas, también eres mi amigo y me encantaría que ella se fijara en ti.- me dedica una sonrisa y que me contesta de igual manera.- ella siente atracción por ti, y eso es un comienzo.
Sus palabras me llenaron de ilusión, quizás logre que esa atracción se convierta en algo más.
-Gracias Camila.-
-Ahora ve, y lucha por esa chica.- me vuelve a sonreír y yo salgo disparado.
No sabía a dónde él se la había llevado, pero si lo que quería era hablar, el lugar perfecto era el jardín, así que corrí hasta ese lugar, a lo lejos los pude ver, ella estaba con su rostro lleno de lágrimas. No sabía si intervenir o dejar que aclaran sus cosas. Me acerqué un poco más para poder escuchar un poco, pero sin ser visto.
Claudia, sé que me amas, de igual forma de como lo hago yo.- Pablo se acerca, la toma del rostro y la besa.
Sentí mi pecho doler, ella le estaba correspondiendo, era de esperarse, llevaba más de 11 años enamorada de él, y yo de idiota pensando que tenía esperanza con ella. Decidí dejarlos, de nada me serviría seguir torturándome. No quería ir a casa y que mi madre me inundara con preguntas, así que fui aún bar, era pequeño, pero lo suficiente tranquilo como para calmarme y pensar bien las cosas.
…
Pablo.
Cuando escuché a lucero decir que estaba embarazada, sentí mi corazón detenerse, mi mirada se centró en Claudia, la estaba perdiendo, su mirada estaba llena de dolor. Tome a lucero de la mano y la saqué de la cafetería, por mi estupidez, ahora toda la universidad sabía de su embarazo, una vez llegamos a mi coche, la subí y salimos de ahí. Mi cerebro estaba a mil, que debía hacer, había metido la pata. Conduje sin rumbo y me parqueo en lo que parecía era un parque
-Hace cuánto lo sabes.- le pregunté.
-Anoche me hice la prueba.- me dijo entre sollozos.
-y como sabes que tienes un mes.- pregunte desconfiado.
- Según mis cálculos\, ese es el tiempo que tengo.- ella lucia totalmente tranquila.
-No lo puedes tener, no estamos listo para esto.- le digo de un grito.
-No me puedes hacer esto, Pablo.- me reclama.
-Que quieres que haga, que corra y compre un anillo y nos casemos, lucero, yo no te amo, no puedo tener más que sexo contigo.- quizás esté siendo duro, pero la verdad no sé qué hacer.
-No te estoy pidiendo eso, pero debes entender que esta es la consecuencia de tener relaciones. Pablo, madura ya y hazte responsable de tus actos. – me grita y sé que tiene la razón.
Me la he pasado, de fiesta en fiesta, disfrutando del cuerpo de toda mujer que se me acercara, ahora la consecuencia de llevar una vida llena de desenfreno, Estaba perdiendo definitivamente a Claudia, que imbécil e irresponsable, he Sido, después de las palabras de lucero, me mantuve en silencio, la lleve a su casa y yo me fui a la mía, debía pensar con claridad las cosas, estaba a solo una semana de mi graduación y aun mes de asumir la presidencia de la compañía de mis padres, eran tantas cosas.
Estuve debatiendo un largo rato, y llegué a la conclusión que debía hacerme responsable de mi hijo, respondería con todos los gastos, pero no me casaría con lucero. Debía hablar con ella, con Claudia y por último con mis padres.
Al día siguiente hablé con lucero, ella no estaba muy contenta con el hecho de que no me casaría con ella, pero acepto, de igual forma no tenía de otra, luego fui por Claudia, pero ella se negaba hablar conmigo. Así estuvimos por varios días, hasta que decidí que quisiera o no hablaríamos. Así que la saqué de la cafetería casi arrastra y la lleve al jardín del campus.
-Siento sacarte de esta forma, pero entiéndeme estoy desesperado.- le digo mientras froto mi rostro con desesperación.
-Eso no tiene nada que ver conmigo Pablo, ahora habla rápido.- estaba enojada, era obvio.
-Claudia, yo te amo, te he amado por años, tenía miedo de asumir mis sentimientos y terminé lastimándote.- ella me mira sin expresión.
-De que me sirve que me digas eso ahora, ya el daño está hecho y nada de lo que salga de tu boca borrara lo hecho.- tenía toda la razón.
-Lo sé, pero deseo estar contigo, demostraré lo mucho que te amo.
-Pablo, vas a ser papá, de verdad piensas que podré estar contigo, sabiendo que tienes un hijo con otra.- me dice entre llanto.
-Claudia, sé que me amas tanto como lo hago yo.- tomo su rostro y la beso, al principio se resistió, pero luego me correspondió.
Al besarla pude confirmar lo que ya sabía, la amaba más que a mi propia vida, no sé por qué deje que todo esto pasará, para aceptar mis sentimientos.
Después de un largo beso y de quedarnos sin aire, ella decide hablar, sus palabras son dolorosas, pero sé que es la consecuencia de mi inmadurez.
-Si Pablo, te amo, pero me amo más a mí misma, no puedo perdonar el daño que me has hecho, te metiste con la persona que consideraba mi amiga, en cima de eso la embazaste, yo si tengo corazón y no puedo dejar a ese pequeño sin su padre, así que por favor madura y Hazte responsable.- que podía decir ante eso.
-Lo siento Claudia.- no podía mirarla.
-Más lo siento yo, ahora te pido que mantengas tu distancia.- dicho eso se fue dejándome destrozado.
Solo pude ver cómo se marchaba, después de lo que hice, no podía exigirle nada, a final de cuenta, era lo que quería que se alejara, para no hacerla sufrir ahora, el que sufre soy yo.