La Venganza De Una Dama.

Los días siguientes, Vladímir y yo nos volvimos insaciables, no había un solo momento en el que ambos no pensáramos en el otro. Nuestras citas se habían vuelto tan frecuentes que prácticamente nos veíamos todos los días. Mi familia había logrado limar asperezas y no sabia muy bien en que andaban, pero estaba segura de que su plan contra los Cappola estaba en marcha, puesto que mi seguridad se había reforzado y mi casa tenía más seguridad que la misma casa blanca.

Todo iba marchando bien, y aunque estaba consciente de que mi relación con Vladímir solo iba a ser algo temporal, cuando ese hombre me tocaba, me besaba y acariciaba mi cuerpo, por un momento olvidaba porque estaba haciendo todo aquello.

Con respecto a Eric y Verónica todo en ellos parecían ir normal, pero el rumor de que la pareja no era tan feliz como aparentaba se hacía cada vez más fuerte en todas las redes sociales. Muchos fans de Eric los habían visto discutir y los medios los seguían día y noche para ver si podían descubrir si eso era verdad.

Por otra parte, en la mañana mi primo había ido a mi casa para informarnos que ya estaba todo listo para nuestra partida y que mañana mismo ya podíamos viajar. El abuelo se había encargado de conseguir una casa de seguridad en Milán, y un buen lugar en París, él sabía que debíamos hacer primero una parada para reconectar con mis antiguos mentores y es por eso que se estaba encargando de hasta el más mínimo detalle.

Esa noticia aunque era algo que estaba esperando, me había tomado algo por sorpresa. No esperaba irme tan pronto y mucho menos ahora que mi relación con Vladímir había avanzado tanto.

Luego de esa conversación, llame a Vladímir y pidiéndole vernos, me indico que ese día estaría en su departamento finalizando algunos asuntos de trabajo, pero que si quería ir, podía hacerlo. Ya había ido algunas veces a su departamento y aunque sabía por qué él quería verme allí, el motivo de mi visita iba a ser para informarle de mi partida.

Saliendo de mi casa, los hombres de seguridad me llevaron hasta el edificio de Vladímir y al llegar subí hasta su departamento. El ascensor no se había terminado de abrir cuando vi como Vladímir se acercaba a mí y tomándome en sus brazos me beso apasionadamente. Sonreí al ver ese acto y envolviendo mis brazos en su cuello me separé un poco y dije.

— Vaya... parece que alguien me extraño...

Vi como su sonrisa creció un poco más y sin soltarme me tomo de mi trasero para cargarme en brazos como siempre lo hacía.

— Nena, sabes que siempre estoy pensando en ti...

Sin dejarme contestar a sus palabras, Vladímir me volvió a besar y caminado conmigo en brazos, me llevó hasta la sala donde me dejo suavemente sobre el sillón. Sus besos se sentían como siempre, necesitados, apasionados, fogosos, cada vez que nuestros cuerpos se encontraban, las chispas y el fuego que había entre ambos crecían aún más. Pronto nuestra ropa empezó a molestar y en cuanto intentamos desvestirnos el ascensor del apartamento se abrió y Verónica, quien se veía completamente borracha y desalineada, apareció.

Vladímir frunció su rostro e intentando abotonar su camisa rápidamente dijo.

— Verónica ¿Qué haces aquí?

Veo como aun tambaleándose me mira furiosa y completamente desquiciada grita.

— La pregunta seria ¿qué hace esa mujerzuela aquí Vladímir? ¿No te advertí que no te metieras con mi hermano?

Veo como intenta acercase a mí, pero Vladímir rápidamente se acerca a ella y tomando en brazos dice.

— ¿Qué sucede contigo? ¿Bebiste?

Verónica aun sin quitarme la mirada de encima grita.

— Suéltame, ¿acaso la estas defendiendo? Hermano esta mujer lo único que busca es hacerme daño, ¿o es que acaso no lo entiendes?

Al ver que su nivel de histeria subía, me senté en el sillón y abrochado mi blusa dije.

— Vladímir iré al baño, y luego me marcharé.

Veo como este solo asiente y dejando a los dos solos en la sala camine por los pasillos y ocultándome para que no me vieran, escuche toda su conversación.

— Suficiente Verónica, no puedes venir aquí sin avisar, ya no eres una niña. Compórtate como la mujer que eres...

— Vladímir, ¿no lo entiendes? Esa perra es la culpable de todo lo que me está pasando. Eric aun la ama, yo lo sé, él intenta fingir que todo está bien, pero sé que todo cambió desde el momento que esa mujer fue a buscarlo. Estoy segura de que se ven a escondidas.

— ¿Verónica te escuchas lo que dices?

— Digo la verdad hermano, no solo me quiere quitar a mi prometido, sino que también se está metiendo contigo. No te dejes engañar hermano, esa zorra solo busca dañarte, pero no lo voy a permitir.— Pronto empieza a caminar en dirección a donde me había ido y Vladímir sujetando su brazo dice.

— Basta Verónica, suficiente, no puedes venir aquí e intentar echar a nadie de mi casa. Cálmate bebiste demasiado y no sabes de lo que estás hablando.

– Sé perfectamente de lo que habló Vlad, esa mujer volvió para acabar con mi vida. Ella misma me lo dijo.

Al oír aquello me reproché internamente por haber hablado de más creyendo que no lo recordaría.

— ¿De qué estás hablando?

Sin esperar más salí de mi escondite y al verme Verónica dijo.

— Dile maldita... cuéntale a mi hermano porque estás con él.

Veo como Vladímir me mira y contestó.

— ¿Quieres que le diga la verdad?— Veo como ambos me miran con diferentes expresiones en sus rostros y agregó. — Bien, estoy con él porque me gusta, es apasionado inteligente y además de eso es muy atractivo. — Veo como Verónica enfurece y digo— Verónica deja de vivir en el pasado, yo no volví para nada de lo que tú acabas de mencionar, estoy reintentando rehacer mi vida. Porque te empecínas en culparme a mi de todos tus males, te advertí que Eric era así. Si fue capaz de dañar nuestra amistad iba a ser capaz de cualquiera cosa.

— Cállate, Eric solo está confundido, pero él me ama a mí, desde que tu apareciste arruinaste mi vida.

Veo como Vladímir mira a su hermana y es por fin que dice.

— Bella, creo que es mejor que nos dejes. Mi hermana no está bien y debo encargarme de ella.

Vi la mirada que Verónica me dio y no sabía por qué, pero en el pecho sentí como si algo pesado hubiera caído en él. Sabía que aún no me había ganado el corazón de Vladímir, pero el hecho de que me echara de su casa para quedarse con ella me dolió. Y creo que pudo notarlo en mi mirada porque al oír aquello solo me dirigí al ascensor y él dejando a Verónica en la sala me siguió.

— Bella, espera...

— Tranquilo Vladímir, sabíamos que esto un día iba a pasar. Es bueno que haya pasado antes de involucrar los sentimientos.

Veo como su mirada cambia de pronto y pregunta.

— ¿Qué quieres decir? Perdona, pero mi hermana no está bien...

— No, no lo está, espero que puedas ayudarla.

— Te llamaré luego para...

— No es necesario. — Veo como guarda silencio intentando descifrar mi rostro y agregó — Mira, me divertí mucho contigo, creo que ambos la pasamos bien juntos, pero creo que es mejor dejarlo hasta aquí.

— Espera, ¿estás terminando conmigo? ¿Por esto que acaba de pasar?

— No... es que si lo piensas bien esto de igual forma no iba a funcionar. Tu hermana me odia y yo no puedo estar temiendo siempre a que si te tocara elegir entre ambas, la elegirías a ella.

Vemos como Verónica se acerca a nosotros nuevamente y dice.

— ¿Qué esperas para irte?

— Verónica es suficiente...

— Tranquilo señor Salvatore, ya dije lo que tenía que decir, me voy.

Subo al ascensor y Vladímir sube conmigo.

— Te acompañaré a tu auto. — Iba a negarme, pero al ver mi intención agregó — No fue pregunta, tú espérame aquí.

Dijo finalmente mirando a Verónica y las puertas del ascensor se cerraron. Pronto un silencio incómodo se formó entre los dos y al llegar al estacionamiento salí del ascensor sin mirar atrás. No sabía por qué esto me está afectando tanto, yo sabía que esto iba a pasar, pero aun así mi pecho dolía. De pronto la mano de Vladímir tomo la mía y volteándome para quedar frente a él dijo.

— Entiendo que estés enojada por esto que acaba de pasar, pero es mi hermana no puedo darle la espalda...

— No te pido que lo hagas, pero tampoco me pidas que sea blanco de sus frustraciones y me quede en silencio aceptando todos sus insultos. Me trató de zorra e incluso insinuó que me veo a escondidas con Eric, cuando tú sabes que eso no es así. No hiciste nada para callarla dejaste que me insultara como ella quería y... — Veo como sus ojos se llenan de culpa y suspirando agregó — Mi historia con ella es complicada, no debí empezar algo contigo sin pensar en las consecuencias, nunca vamos a poder empezar nada mientras ella siga creyendo que soy la culpable de todas sus desgracias.

Me suelto de su agarré y volteandome para dirigirme hacia mi auto dice.

— ¿Eso quiere decir que se acabó?

— Eso creó...

Sin más me subí al auto y mirando por última vez hacía él, vi como en su mirada había dolor. Habían pasado solo tres semanas desde que nuestra aventura había empezado, creí que ese tiempo había sido poco para haberme enamorado, pero mi corazón era un traicionero que sin importarle mis verdaderas intenciones con Vladímir, se había enamorado de ese hombre hasta los huesos...