Alquilé una esposa

Elena había caído dormida y no se había dado cuenta de que Thomas había puesto el contrato en la mesita. Se levanta y ve que todo lo que había pedido estaba allí, detalle por detalle.

Elena: ¡Wow... qué fácil!

Coge una pluma y firma el contrato, luego va a buscar a Thomas de nuevo. Baja las escaleras y empieza a buscar por la casa, pero no encuentra nada. Llega frente a la puerta de la oficina y golpea tres veces.

Elena: ¿Thomas? ¿Estás ahí?

Después de unos segundos, él responde.

Thomas: ¡Sí! ¡Puedes entrar!

Elena entra y Thomas está sentado en el escritorio con la computadora encendida y varios papeles, parecía muy ocupado.

Elena: Perdona interrumpirte... ya he firmado el contrato...

Thomas: Ah, bien, voy a hacer una copia, solo un segundo.

Thomas toma el contrato de las manos de Elena y hace dos copias, le devuelve una a ella.

Thomas: Esta copia es tuya, la otra es para el dueño y el original se quedará con el abogado... ¿alguna otra cosa?

Elena: No, gracias.

Elena está saliendo, pero se recuerda de algo y vuelve despacio.

Elena: Oye... Thomas... ¿cuándo vuelves?

Thomas: A la hora del almuerzo mañana... por ahí...

Elena: Ah, vale... gracias... ahora me voy risas

Elena se va y decide ir a la cocina a ver si hay algo para comer. Come un trozo de pastel con jugo y luego vuelve a la habitación. Estaba nerviosa por conocer finalmente a la persona con la que compartiría la casa durante un año y medio.

Con Thomas

(en manos libres) Ethan: ¿Se han vuelto amiguitos ya?

Thomas: Nadie te mandó quedarte ahí escuchando la conversación, y sí, Elena es una persona muy amable, así que le dije que me puede llamar por mi nombre.

(en manos libres) Ethan: Hum... Elena... Voy a adelantar el viaje, llego de madrugada, pero no hace falta que se lo digas, voy a pasar por otro lugar antes de ir a casa.

Thomas: Vale...

Al día siguiente

Elena se despierta lentamente con la luz del sol entrando en su habitación. Se estira y se levanta despacio, decide darse una ducha y ponerse ropa cómoda, dejando el pelo suelto.

(Mira Elena)

Ella sabía que el hombre llegaría más tarde, así que estaba tranquila, aunque aún no se sentía totalmente cómoda, Elena siempre había sido así, se adaptaba rápido a los lugares, aunque en su corazón se sintiera incómoda.

Arregla la cama y baja despreocupada observando la casa, aún no había visto todos los detalles y observa todo con atención, sin darse cuenta de que Charles se acerca.

Charles: Señorita Elena...

Elena: Ah, hola Charles, no te vi llegar...

Charles: ¿La señorita va a bajar a desayunar?

Elena: Mmm, no comí mucho después del almuerzo, así que tengo hambre risas

Charles: Bueno... sería mejor que la señorita volviese a la habitación, yo le llevo el desayuno...

Elena no entiende por qué Charles le está diciendo que vuelva a la habitación e intenta pensar en alguna razón.

Elena: ¿Hay... algún problema? ¿Crees que mi ropa es inapropiada?

Charles la mira y estaba a punto de hablar cuando una voz grave y profunda suena detrás de Charles.

Ethan: ¡Sí lo está!

Elena se asusta y mira por encima del hombro de Charles y ve el mismo rostro que había circulado en su memoria hace unos días, se siente instantáneamente nerviosa bajo la mirada de ese hombre, siente que se está hundiendo en el suelo y cuando se da cuenta, solo están ellos dos en medio de esa inmensa sala.

(Ethan)

Los ojos de Ethan recorren su cuerpo haciendo que ella se sienta insignificante, parecía que él estaba quemando su piel con su mirada, su rostro era serio, no mostraba ninguna reacción, luego sus ojos encuentran los de Elena y ella instintivamente contuvo la respiración.

Ethan: Por tu reacción, pareces recordarme...

Elena: S-sí...

Ethan: No esperaba recibir a tu esposo de esta manera...

Ethan mira su atuendo y Elena sigue la dirección de su mirada, dándose cuenta de cómo estaba vestida, ella mira al suelo y su rostro se ruboriza de vergüenza.

Elena: Perdón, señor, no sabía...

Ethan: Parece que olvidaste lo que te dije en el restaurante, Elena.

Elena frunce el ceño y, al mismo tiempo, levanta la vista y se encuentra con los ojos de Ethan, los cuales tienen un extraño brillo.

Elena: Lo siento, creí que llegarías más tarde y me puse esta ropa para estar más cómoda, por favor... perdona mi error.

Ethan la observa calmadamente y nota que ella sigue mirándolo fijamente a los ojos.

Ethan: Como dije, no estaría seguro de si te perdonaría la próxima vez, pero... parece que dices la verdad. Por lo tanto, no uses este tipo de ropa fuera de tu habitación, solo si estás sola en la casa... o solo conmigo... ¿entiendes? No es necesario que muestres tanta piel...

Elena: Sí, señor, cambiaré de ropa ahora mismo, con permiso...

Elena sube las escaleras rápidamente y entra en su habitación, soltando un suspiro de alivio. Va al armario y se pone unos pantalones y un suéter de lana, recogiéndose el cabello.

Elena: ¿Por qué dijo eso? ¿Solo cuando esté sola en la casa o solo con él? qué hombre más loco, no tiene sentido alguno.

Se mira en el espejo y se siente mal al recordar cómo Ethan la miraba. Se pone una camisa de franela encima y baja de nuevo, encontrándose con Charles. Se acerca a él con el ceño fruncido y una expresión enfadada.

Charles: ¿Algún problema, señorita?

Elena: Charles... sé que es tu jefe, pero desaparecer y dejarme a solas con él fue cruel... estaba a punto de desmayarme de nerviosismo, y entonces... ¡te fuiste!

Charles: Señorita... ¿está enfadada conmigo?

Elena lo mira y se da cuenta de que no captó lo que ella quería decir, suspira soltando los hombros.

Elena: No, Charles risas, solo... ayúdame un poco la próxima vez, incluso desde lejos, ¿de acuerdo?

Charles sonríe ligeramente y asiente con la cabeza. Se dirigen al comedor y los nervios de Elena regresan cuando ve a Ethan sentado. Se sienta frente a él y comienzan a comer sin decir una palabra, aunque Elena tenía preguntas que no quería hacer.

Elena: Señor... ¿puedo hacer una pregunta?

Ethan: Depende de la pregunta.

Elena: Es que... aún no sé su nombre...

Elena lo mira con expresión aprehensiva y ansiosa, él la observa por un momento y pregunta.

Ethan: ¿No le preguntaste a nadie en la casa?

Elena: Bueno... como usted no dijo nada, pensé que no debía saberlo por ahora... así que no pregunté...

Ethan:... Bien... Ethan, Ethan Heddle... pero solo debes usar mi nombre en apariciones públicas, aquí adentro puedes llamarme Señor, ¿entendido?

La última palabra de Ethan sonó como una amenaza a los oídos de Elena, ella quedó congelada ante la frialdad de su mirada y volvió su atención a la comida.

Elena: Sí... señor...

Terminan de comer y cada uno se retira a su habitación. Elena se tira en su cama y mira el techo, intentando calmarse. Acaba durmiéndose allí mismo y, una vez más, no come nada más en todo el día, y como si supiera, nadie aparece para llamarla por el resto del día.