Narra la historia de Victoria, una joven de 23 años que es forzada a contraer matrimonio por interés.
NovelToon tiene autorización de Anónimo Y.V. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 9
Narra Emir
Ha sido un día de mucho trabajo en la empresa, ha habido un derrumbe en una de las constructoras, por lo que he estado fuera de casa casi todo el día.
Ya es casi de noche y estoy llegando a casa.
El chofer estaciona la camioneta en la cochera, bajo, tomo mi maletín y me dirijo hacia la casa.
En el jardín frente a la casa se encuentra Emré, lo noto algo preocupado.
- Hola Emré. ¿Qué ocurre? - pregunto. Este duda un poco en responder.
- Emir, es tu esposa. No está, ha escapado - suelta vacilando con la mirada.
- Maldita sea! ¿Cómo es eso posible? Dejé encargado que no la dejaran salir sola - grito enojado.
- Lo siento hermano. Yo acabo de llegar - Emré muerde su labio inferior mirando hacia la gran puerta que da a la calle.
- Reúne a todos los hombres, y saldremos a buscarla. Llama a hospitales, estaciones de policía, todo. No pudo haber ido lejos - tiro de mi cabello con una de mis manos.
- Emir, eso no es todo - agrega Emré.
- De qué hablas ? - lo observo confundido.
- Esto estaba en su habitación, en el bolsillo de uno de sus jeans - dice mientras estira su mano con una pequeña nota, donde se leía :
"Perdóname hija, de haberlo sabido no lo habría permitido jamás. Te sacrificaste por mí y por mi salud, ahora ya no debes hacerlo.
Haz caído en una trampa, en cuanto puedas huye y encuentra la felicidad lejos del mal.
Papá."
- ¡Oh mierda! - susurro.
- La encontraremos hermano, te lo juro! - Emré palma mi hombro.
- Emré ven conmigo, saldremos a buscarla. A los aeropuertos, estaciones de colectivos, donde sea - y salimos corriendo hacia las camionetas.
Van a ser las once de la noche y aún no tengo noticias de Victoria. ¿Dónde se habrá metido?
He sacado provecho a cada una de mis influencias y contactos para dar con su paradero, pero no he podido.
Mi móvil suena, y dudo en contestar por miedo a alguna mala noticia. Finalmente tomo la llamada.
- Habla Emir - respondo con voz firme.
- Señor Emir, cómo le va? Espero que esté bien. Soy Bülent, me recuerda?- la voz de un anciano suena del otro lado de la línea telefónica.
- Oh, señor Bülent! Claro, sí que se le ofrece?- respondo.
- Sí mire. Tal vez le suene raro esto pero debo preguntarle. Su familia aún conserva la joya de compromiso de su madre? - pregunta el anciano.
- A qué se debe esa pregunta? Claro que sí, aún la conservo, de hecho esa misma joya se la di a mi esposa en nuestro compromiso - respondo seguro.
- Y su esposa aún la conserva? No quiero contradecirlo señor Emir, pero jamás olvidaría una joya que yo mismo fabriqué, además con ese diseño tan particular. Estoy seguro de que la joya que tengo en mis manos en este momento es la misma que le vendí a tu padre hace mas de 30 años para tu madre, Emir- exclama.
Entonces todo toma sentido en mi mente, de seguro Victoria fue a empeñar su anillo de compromiso y como la casa de empeños mas cercana es la de Bülent, tuvo que haber ido allí.
- Quién empeñó esa joya señor Bülent? - pregunto en seco.
- Hace unas horas ha venido un jovencito, no es por menospreciar pero su aspecto no daba buena vibra - su respuesta despierta mi preocupación.
- Gracias señor, usted podría hacer un retrato hablado del sujeto? -.
- Claro que sí Emir, lo recuerdo bien - responde y cuelgo la llamada.
Le ordeno a Emré que busque a alguien que pueda hacer un retrato hablado e inmediatamente nos dirigimos hacia donde el señor Bülent.
Al llegar el anciano dio la descripción y el amigo de Emré comenzó a hacer el retrato. Finalmente llegó a un rostro de un joven de no mas de 25 años, de cejas gruesas, ojos grandes y bastante barba.
Antes de salir de allí, Bülent nos dijo que ese joven solía estar siempre en esos alrededores con un grupo de chicos que solían asaltar en la calle.
Mi preocupación no dejaba de crecer, de solo imaginar que Victoria andaría sola por las calles, de noche. O que esos maleantes pudieron haberle hecho daño me hervía la sangre.
- Mira ahí hay otro grupo de jóvenes. Espero que estos sí sean - dice Emré bajando de la camioneta.
Murmuraba algo con los jóvenes que no alcanzaba a oír bien, hasta que uno de ellos quiso salir a correr pero un hábil Emré lo detuvo y lo trajo hacia la camioneta.
- Anda, sube! - le ordenó.
- Qué ocurre?- el jovencito lucía asustado.
- Es él Emir - me dice Emré.
- ¿Qué hiciste con ella? - digo tomando el cuello de su chaqueta.
- Hey hey Emir cálmate - Emré trataba de tranquilizarme.
- Sólo le robamos señor, luego ella salió corriendo asustada - susurró el joven temblando.
- Vas a llevarme a esa dirección. Estamos ? - digo entre dientes.
El muchacho asiente y nos dirigimos. Un par de calles después dijo que allí había sido el robo, pero no había rastros de Victoria.
Observo mi reloj y marcaba 00:45 horas, estaba preocupado como no pensé estarlo nuevamente en mi vida.
Suena mi móvil y respondo.
- Dime Susan
- Señor, debe volver a casa, ella ya está aquí - una nerviosa Susan responde. Sin mas, cuelgo la llamada, le informo la situación a Emré y conduzco a casa.
***********
Al llegar a su gran mansión, Emir bajó rápidamente de la camioneta que conducía, se dirigió hacia la entrada de la casa y de un fuerte empujón abrió la puerta.
- Déjenme solo con mi esposa - ordenó Emir a todos los que se encontraban en la sala junto a Victoria. Cada uno fue a sus quehaceres y los dejaron solos.
- Emir lo siento - susurró Victoria con una débil voz.
- ¡Cállate! Yo hablaré y tú me escucharás - Gritó Emir.
Victoria solo asintió con lágrimas en los ojos.
- No sé en qué demonios pensabas ni me interesa por qué lo hiciste. Solo diré dos cosas:
Uno : deja de comportarte como una niña malcriada.
Dos: jamás, óyeme bien JAMÁS SALDRÁS DE ESTA CASA NI TE QUEDARÁS SOLA.
Me oíste Victoria ? - exclamó Emir muy enojado.
- S sí - apenas susurró Victoria.
- ¡No te he oído! - gritó Emir
- ¡Sí! - exclamó Victoria antes de asesinarlo con la mirada y salir corriendo hacia su cuarto.
- Tuvo suerte - dijo Emré mientras entraba a la sala.
- Es una demente - respondió Emir entre dientes.
- Estaba asustada, un oficial que patrullaba por la zona la encontró. Por supuesto no entendió su idioma, solo entendió cuando ella dijo tu nombres varias veces y entonces decidió traerla aquí - soltó Emré antes de dirigirse a su habitación a descansar.
Emir quedó allí pensativo, con su cabello revuelto, su respiración acelerada, sus ojos negros solo expresaban furia, sus puños apretados a los costados de su cuerpo.
Una rara sensación lo envolvía y él no sabía qué era.
¿Acaso era odio, rabia, dolor? O quizás ¿Amor?.