Amara Brennan, heredera de Brentic Global, una empresa multinacional, criada para ocupar de forma cabal y capaz el cargo de presidenta cuando llegue el momento. Madre de un pequeño de apenas tres años de edad. Se encontraba siendo empujada a una situación difícil en su vida, enfrentando un divorcio por la infidelidad de quien era su esposo, haciendo frente a la disputa por la custodia de su hijo Martyn, una de las artimañas del hombre para obligarla a doblegarse ante él.
Sus problemas aumentan en el momento en que conoce a Rafael Castel, supervisor encargado del nuevo proyecto que realizaban en conjunto con Industrias Zhang un hombre quien se creía era Beta, surgió su Subgénero en el justo momento en que estuvieron frente a frente. Ahora Amara no solo debía enfrentarse a un divorcio y pelear por tener a su hijo a su lado, sino que también debe lidiar con un Alpha que no sabe controlar sus feromonas y quien es su pareja destinada.
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Capitulo 8. Un método poco ortodoxo
Antes de comenzar con este capitulo, quisiera invitarl@s a unirse a mi grupo Amores, donde podran hablar conmigo y sus miembros de forma directa, compartir sus experiencia al leer mis obras, brindar su opinion y sugerencias. Por ese medio quisiera acercarme un poco mas a ustedes 😊😊😊
¡Ahora si Empecemos!
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Rafael sentía que su cuerpo se ahogaba, la cabeza le estallaría, su garganta se comprimía y sus extremidades se sentían pesadas y débiles, provocando que callera de rodillas al suelo, mientras el causante de tanto dolor se encontraba frente a él, a pesar de haberse ofrecido a ayudarlo, podía ver en su rostro la satisfacción de verlo en tal estado.
- Eso que estas sintiendo ahora es la presión de las feromonas de otro Alpha – le dice Maximiliano quien estaba matándolo con sus feromonas.
- Siento que no respiro – le dice con dificultad para hablar.
- Eso imagine que sucedería, ya que soy dominante, con un Alpha común solo sentirías la presión – le dice y luego respira profundo y detiene sus feromonas – ahora sabes lo que se siente las feromonas de un Alpha, con los Omegas es casi igual, pero en el sentido reproductivo, lo que tienes que aprender a dominar es tus feromonas para poder controlar los impulsos – le dice de forma severa, mientras Rafael se levantaba reponiéndose.
- No se cómo hacerlo – le dice agitado
- Es fácil, como respirar – le dice serio – nadie te enseño a hacerlo, tu cuerpo lo hace porque sabe que debe – suspira al notar que Rafael no lo entendía - demonios – dice entono tedioso – cierra los ojos y piensa en un grifo el cual puedes cerrar y abrir a placer – le dice tratando de simplificarle la explicación.
- ¿Un grifo? – le dice Rafael confundido.
- Solo hazlo, maldición – le dice perdiendo la paciencia
Rafael cerro sus ojos
- Relájate, imagino que puede tomarte algo de tiempo, pero debes hacerlo – le dice Maximiliano.
- Bien- le responde intentando concentrarse
- No me respondas, solo concéntrate idiota – le dice serio.
En su cuerpo, algo comenzó a sentirse diferente, no era incomodo o doloroso, pero se sentía como un torrente de agua que corría por sus venas.
Se centró en ese torrente y pensó en detenerlo, estuvo algún tiempo en ello hasta que sintió como la fluctuación disminuía.
- Bien – dice Maximiliano notando que las feromonas del hombre se habían disminuido hasta casi no sentirse – ahora practícalo todos los días hasta que sea tan fácil como respirar – le dice.
- S… Si señor – le dice Rafael conforme con el avance que había logrado obtener y de la persona quien menos creería que lo ayudaría – muchas gracias – le dice sonriendo agradecido.
- Si, lo que sea – le dice restándole importancia.
- Entonces, me retiro señor – le dice al notar que debía ponerse a trabajar cuando el gerente tomo otra de las carpetas del montón que tenía sobre su escritorio.
- Al salir, cierra la puerta – le dice leyendo un documento – oh, espera un segundo – le dice recordando la parte más importante.
- ¿Si? – le dice Rafael devolviéndose.
- Si Talia te pregunta, no le digas que caíste al suelo mientras te ayudaba – le dice de forma amenazante – solo dile que te ayude y evita entrar en detalles – le dice serio.
- Si señor – le dice antes de darse la vuelta y salir del lugar.
Volviendo a su oficina, pudo sentir su cuerpo más ligero, era una suerte que pudiera contar con el gerente para explicarle de forma breve el dominio de algo tan tedioso como lo son las feromonas, aunque todavía podía sentirse un poco extraño, definitivamente había mejorado en mayor cantidad.
El trabajo en la oficina comenzó a fluir de forma rutinaria y tranquila, aunque tenía que mantenerse concentrado en la fluctuación de sus feromonas para mantenerlas bajas, casi imperceptibles.
- Señor, los reportes que solicito sobre la distribuidora para los materiales – le dice Talia entrando en su oficina entregándole una carpeta.
- Gracias Talia, esto me servirá para sacar el presupuesto – le dice de forma amable.
- Se ve diferente – le dice sonriendo de forma amigable – un poco menos preocupado, será que, ¿le sucedió algo bueno el día de hoy? – le dice en tono curioso – alguna mejora con su tema ¿quizás? – sonríe.
- Talia, debo agradecerte por haberle pedido al gerente que me ayudara con mi problema – le dice abordando el tema sin tapujos – sé que su altruismo conmigo fue debido a ti y te debo agradecer – le dice sonriendo.
- No hay de que – le dice sonriendo – aunque le dije a Maximiliano que lo hiciera parecer que fue iniciativa propia – dice
- Se esforzó en ello, te lo aseguro – le dice riendo.
Cumpliendo su promesa de no contarle del método poco ortodoxo que utilizo el gerente para ayudarlo, después de todo, a pesar de que había sido rudo, le fue muy útil.
- Está bien – le dice riendo – ya debo volver a mi puesto de trabajo o la pila de trabajo se acumulará – le dice
- Tu jefe es un verdugo despiadado, deberías denunciarlo por exceso de trabajo – le dice riendo.
- Creo que debería, pero escuche que tiene problemas horita – le dice siguiéndole el juego.
Talia se retiró de la oficina de Rafael y este se sumergió nuevamente en su trabajo, como si de un día normal se tratara, fue de tal manera hasta llegada la tarde cuando recibió una llamada por el intercomunicador.
- Señor – le dice su secretaria – el gerente desea hablar con usted, quiere que suba a su oficina – le dice
- Bien, iré en un momento – le dice terminando de leer la propuesta de proyecto.
Suspiro antes de levantarse del asiento, se sentía cansado de trabajar teniendo que centrarse en controlar sus feromonas.
- Esto es más complicado de lo que pensé – dice meditando, los Alphas que había conocido a lo largo de su vida lo hacían parecer tan fácil que no creía que fuera de tal manera.
Se levantó y salió de su oficina, camino por el pasillo hasta llegar al ascensor, subió hasta el piso de gerencia por segunda vez en ese día, al llegar allí la asistente le hizo señas para que entrara directo, así que toco dos veces la puerta y la abrió.
- Señor, me dijeron que me solicitaba – le dice entrando a la oficina, luego se quedó impactado.
- Si, al parecer el personal que fue en su reemplazo no dio la talla – le dice Maximiliano de forma tranquila – es por eso que la directora ha venido aquí en persona, debido a que se sintió ofendida, así que solicito hablar personalmente con usted – le dice señalando a la mujer.
Allí estaba nuevamente esa Omega con la cual Rafael sentía que podría perder el control en cualquier momento, quedo pasmado mientras sentía que el torrente de su cuerpo se salía de control poco a poco.
- Usted y yo, debemos hablar seriamente – le dice la mujer de forma determinada.