Una Esposa Para El Príncipe Maldito

Al dia siguiente, la plaza central de Deira estaba repleta. Los estandartes ondeaban, las flores colgaban de los balcones y el aire se llenaba de música y gritos de alegria. El rey, radiante, observaba desde el balcón principal mientras su hijo y su futura nuera eran escoltados al centro de la plaza..

Nora mantenia la sonrisa más perfecta que podia fabricar. Su vestido color marfil brillaba bajo el sol, y su mano reposaba con fingida dulzura sobre el brazo del principe Jahir.

Nora: Que escena tan conmovedora.. Miralos, te adoran.

El principe le lanzó una mirada burlona.

Principe: ¿Celosa porque no te miran a ti?

Nora: Por favor.. yo soy la que los convence de que no les arrancarás la cabeza.

El soltó una risa suave.

Principe: Tal vez deberia hacerlo, solo para ver tu cara.

Antes de que ella pudiera responder, un grupo de niños corrió hacia ellos con flores y cintas, gritando el nombre del principe. Jahir los saludó con un gesto sorprendentemente amable.. quizás demasiado amable.. y luego, sin aviso, Jahir la rodeó con un brazo y la atrajo contra si.

Principe: Sonrie, amor mio.. No querrás que crean que te maltrato.

ella se tensó, intentando soltarse con discreción.

Nora; Sueltame, Jahir.. estás exagerando.

Principe: ¿Exagerando?

 Bajó la cabeza y le rozó la mejilla con un beso, prolongado y descarado..

El pueblo rugió de emoción. Algunos comenzaron a gritar..

—¡Que viva la pareja real! ¡Vivan los enamorados!

ella, con la sonrisa petrificada, se inclinó apenas para susurrarle al oído..

Nora: Te juro que pagarás por esto.

Principe: Entonces ya tenemos algo en común..

mientras la tomaba de la mano y la alzaba para que todos los vieran.

Ella lo fulminó con la mirada, pero el gesto se perdió entre los vitores y las flores que llovian sobre ellos. Jahir disfrutaba de cada segundo de su venganza, mientras Nora fingia ternura y planeaba cuidadosamente cómo devolverle el golpe.

A su alrededor, el pueblo gritaba de felicidad..

El rey, desde el balcón, exclamó emocionado..

Rey: ¡Asi se ve el amor verdadero!

Nora apretó los dientes detrás de su sonrisa.

[Si, Majestad... amor verdadero y mortal]

El bullicio del mercado llenaba el aire. Los puestos rebosaban de frutas, flores y telas de colores. La gente gritaba el nombre del principe con júbilo, y cada saludo parecia una pequeña victoria para el rey que los observaba desde lejos.

Nora caminaba junto a Jahir, su brazo enganchado al de el, sonriendo con la dulzura más falsa que habia aprendido en su vida.

Nora: El pueblo te adora, alteza ¿Ves? Nadie te teme.

Jahir arqueó una ceja.

Principe: Eso parece… aunque quizás están más interesados en ti que en mi.

Ella sonrió con picardia.

Nora: Entonces habrá que cambiar eso.

ella se volvió hacia un grupo de niños que los observaban con timidez y exclamó con voz alegre..

Nora: ¡Niños! ¿Sabian que al principe le encantan los abrazos?

El rostro del principe se endureció de inmediato..

Principe (susurro): Nora… no te atrevas..

Pero ya era tarde. Los pequeños corrieron hacia el gritando su nombre, rodeándolo por completo. Lo abrazaron por las piernas, por el torso, uno incluso le colgó de un brazo.

El principe quedó inmóvil, tenso como una estatua, mientras el pueblo reia con ternura ante la escena.

Nora: ¡Vamos, alteza! ¡Dales tu bendición!

Principe: Cuando terminemos… te hare arrepentirte de cada palabra.

Nora: Promesas, promesas..

Aprovechando la distracción, Nora caminó con paso ligero hacia un elegante salón de te que daba a la plaza. Sus guardias la siguieron, acostumbrados ya a su imprevisibilidad.

Una vez dentro, pidió una taza de te de jazmin y se sentó junto a la ventana. Desde alli, observó al principe, aún atrapado entre abrazos y risas. La incomodidad se le notaba incluso desde la distancia..

Cuando el levantó la mirada, la vio sonriendo con dulzura detrás del vidrio, agitando la mano con aire triunfal.

El principe, con los niños todavia colgados de su capa, cerró los ojos y apretó la mandibula.

Nora soltó una risita baja y dio un delicado sorbo a su te.

[Brillante mañana.. El principe más temido del reino, abrazado por un ejercito de niños cariñosos jajaja ahí quedaste principito ya no seras el mas temido..]

Afuera, Jahir la miraba con una expresión que prometia venganza… y ella sabia perfectamente que lo cumpliria..

Jahir logró finalmente librarse de los niños, sonriendo con esfuerzo mientras se quitaba los petalos de flores del cabello y la capa. Pero cuando alzó la vista y vio a Nora en la ventana del salón de te, saludándolo con una sonrisa triunfal, algo dentro de el ardió de orgullo herido.

[Muy bien, Nora… Dos pueden jugar este juego.]

Con paso firme, se volvió hacia la multitud que aún lo aclamaba y, fingiendo una expresión melancólica, dijo en voz alta..

Principe: Mis buenos amigos del mercado, debo despedirme por ahora… mi prometida me espera.

El público reaccionó con risas y murmullos alegres.

Principe: Si.. la pobre no soporta estar lejos de mi. Está tan… enamorada, que seguro ya me está buscando con desesperación.

Los presentes rieron con ternura. Algunas mujeres suspiraron, y un niño gritó..

—¡Vaya, el principe es tan romántico!

Nora, desde la ventana, abrió los ojos indignada.

El notó su reacción y, disfrutando cada segundo, levantó la voz para que todos pudieran oir..

Principe: ¡Tranquila, querida! ¡Ya voy! ¡No llores, que pronto estare contigo! ¡es que me ama demasiado!

El mercado entero estalló en carcajadas. Varias personas comenzaron a aplaudir y a lanzar flores al aire.

Nora se puso de pie de golpe, fulminándolo con la mirada mientras la multitud coreaba el nombre del “enamorado principe”.

[Ese… maldito… farsante]

Jahir se inclinó teatralmente hacia el público, saludando con una reverencia perfecta.

Principe: No puedo hacerla esperar.. Cuando una mujer ama asi… uno debe corresponder.

La gente lo ovacionó mientras el caminaba hacia el salón de te, saboreando cada paso de su venganza.

Cuando entró, Nora estaba de brazos cruzados, el ceño fruncido y las mejillas encendidas.

El se inclinó ligeramente hacia ella y susurró con malicia..

Principe: ¿Me extrañabas, querida? El pueblo ya sabe que no puedes estar sin mi.

ella apretó los puños, resistiendo el impulso de lanzarle la tetera a la cabeza.

Nora: Ten cuidado, alteza.. el amor puede ser… tan peligroso como la magia.

Jahir sonrió, divertido, inclinándose para susurrar en su oído..

Principe: Entonces será una guerra encantadora.