Enzo Y Lori

Irina salió del encuentro con Enzo con una sensación de triunfo frío. Sabía que había cerrado el círculo: Enzo, cegado por la protección y el amor que ella había cultivado, haría exactamente lo que ella quería, priorizando el "nuestro" sobre su propia ambición. Su camino a Atherton College estaba ahora prácticamente garantizado.

Mientras se dirigía al dormitorio, la mente de Irina se sumergió en una retrospectiva orgullosa. La gente creía que la vida de una porrista de élite era fácil; purpurina, sonrisas y saltos. Nadie entendía el arduo trabajo que había puesto en esta maniobra, un trabajo que se había ejecutado en los últimos meses, con cada uno de los juegos de baloncesto de Enzo.

Irina no era una simple fanática en las gradas. Cada partido era un escenario de negocios perfectamente orquestado. Su objetivo nunca fue solo animar al equipo, sino asegurarse de que, cuando los reclutadores de las universidades de élite vieran a Enzo, también la vieran a ella.

Recordó vívidamente el último partido contra los Bulldogs, donde los ojeadores de Blackwood University estaban sentados en la primera fila.

—Míralos, Irina. Vienen por Enzo —le había susurrado una de sus amigas durante el descanso.

—Vienen por Enzo, pero nos necesitan a nosotros —corrigió Irina con una sonrisa glaciar.

Su táctica era simple, ejecutada con una belleza y una precisión despiadadas:

La Presencia Visual: En la cancha, su actuación era impecable, atlética y llena de energía contagiosa. Pero su verdadero espectáculo comenzaba cuando el reloj se detenía. Se aseguraba de que sus uniformes fueran más llamativos, su maquillaje y cabello perfectos. Ella era el complemento visual perfecto para el talento de Enzo.

El Acercamiento "Casual": Durante los descansos o al final del partido, mientras Enzo era asediado por los periodistas, Irina ponía en marcha sus siete minutos de encanto. Se acercaba a los reclutadores de las universidades como si fuera la azafata perfecta. Nunca hablaba de baloncesto o de su relación.

La universidad Blackwood, valoraba la tradición y la etiqueta, por lo que en esa ocasión se acercó con un falso candor.

—Disculpen, ¿podrían decirme dónde está el baño de damas? Viendo su pin, asumo que son de Blackwood. ¿Podría preguntarle rápidamente sobre el club de debate? He estado siguiendo el programa de ciencias políticas. ¡Me parece tan prestigioso!

Su interés no era en la porra, sino en los académicos, posicionándose como una "novia inteligente", Lo que hizo que los reclutadores la tuvieran en un buen concepto.

Para el reclutador de Veridian Institute of Technology (VIT), con su enfoque empresarial, el discurso fue diferente.

—Estoy fascinada con el uso de la analítica en el baloncesto. Vi su presentación en línea. Como futura estudiante de Marketing Estratégico, ¿creen que el programa de VIT podría ayudarme a entender cómo construir una marca personal alrededor de un atleta de élite?

El reclutador quedó encantado con la futura socia de negocios.

Una vez más lo había conseguido, la Conexión de Valor en cada interacción, siempre dejaba caer la misma frase, elegantemente disfrazada.

-Enzo es increíblemente talentoso, pero es una persona de tierra. Su mejor rendimiento siempre vendrá de la estabilidad, de saber que tiene a su familia y a mí cerca. Estamos buscando un lugar que sea un hogar para ambos.

Ella no usaba solo su belleza; usaba su capacidad de análisis social. Había estudiado el perfil de cada universidad para saber qué tecla tocar: prestigio, innovación o estabilidad emocional.

Irina recordaba la tensión que sentía al ejecutar estas tácticas. Si se excedía, parecería desesperada o manipuladora. Si no hacía lo suficiente, solo sería "la novia del jugador". Tenía que caminar sobre un filo: ser lo suficientemente impresionante como para que el reclutador la recordara, pero lo suficientemente casual como para que pareciera que el encuentro era fortuito.

El éxito de su campaña fue innegable. Las llamadas de los reclutadores a Enzo siempre venían con una línea adicional: -Por cierto, tu novia es muy elocuente/inteligente/madura. Parece una gran líder. Ella había conseguido que su presencia fuera considerada un factor en la ecuación de reclutamiento.

Ahora, la cereza del pastel: había dirigido la elección de Enzo hacia Atherton College, un lugar donde sus habilidades en Medios y su historial deportivo le aseguraban un lugar, mientras que Blackwood y VIT, aunque más prestigiosas para el baloncesto, eran una apuesta mucho más arriesgada para su admisión personal.

—El amor y el apoyo pueden mover montañas —murmuró Irina para sí misma, mirando su reflejo en el cristal de una ventana. Su sonrisa se amplió, una sonrisa de arquitecta que acaba de terminar su obra maestra. Lori y sus problemas eran polvo; el camino hacia su futuro millonario con Enzo estaba despejado, y ella lo había pavimentado con cada sonrisa, cada salto y cada palabra cuidadosamente elegida. Solo quedaba el juego final de Enzo, su graduación y la boda. El juego estaba casi ganado.

Mientras la maquinaria de Irina giraba, Lori intentaba enfocarse en sus estudios con Sahir.

Estaban en la biblioteca, inmersos en un libro de diseño. Lori sentía la calidez segura de Sahir a su lado, pero la escena del museo aún la perseguía.

—¿En qué piensas? —preguntó Sahir, notando su quietud inusual.

—En nada. Solo... en la complejidad de las intenciones —murmuró Lori, sin saber cómo explicar que el recuerdo de Irina fingiendo interés por Enzo.

—Las intenciones suelen ser simples, Lori. Es la gente la que las complica —dijo Sahir, cerrando su libro. Se inclinó y la besó suavemente en la frente.

El beso de Sahir era tranquilo, una afirmación. Pero Lori se preguntó si esa simpleza era suficiente. Al otro lado de la universidad, Enzo, ajeno a la compleja red de engaños tejida por Irina, se preparaba para el partido de su vida, impulsado por una "estabilidad" que era una farsa muy bien ejecutada. ¿Cuánto duraría ese frágil castillo de mentiras antes de que la verdad se impusiera?