BUSCANDO LA VERDAD TRAS MI MUERTE

Keira se para en la puerta de entrada en el salón de clase donde recordaba que fue el lugar donde tomó alguna vez clases al lado de Camy. No reconocía a nadie, de hecho, nunca se fijó en nadie, pues no le interesaba quedar bien con nadie de la clase, solo con su ‘adorada hermana', de la cual esperaba que la alabara por cualquier cosa. Por lo mínimo que hiciera, se avergüenza de sí misma por ser así de miserable y estar implorando un poco de cariño, por estar pidiendo unas migajas de amor de personas que no tenían corazón. ¿Cómo podían amar, si solo están podridos por dentro?

En fin, tiene que entrar, buscar una butaca donde nadie la moleste ni se preocupen por quién o qué hace ahí; lo único que quiere es estar en paz, sacar el primer lugar y terminar el colegio para ir a la universidad y así destruir a esa familia.

Si no logra obtener alguna forma de conseguir los medios para tener dinero, no puede iniciar su venganza.

Keira encontró una butaca en la parte de atrás; estaba sola y se sentó sin prestar atención en cómo la están observando todos en el salón. Tantos los hombres como las mujeres, se preguntaban quién era esa chica alta y bella que estaba ingresando al aula de estudios.

—”Oye, tu chica bonita, esa butaca es la preferida de nuestro jefe, así que tienes que moverte de inmediato de ahí" —de pronto un chico delgado sin mayor relevancia le dijo a Kiara que se moviera del lugar que había escogido.

—”¿Qué dijiste?Si tu jefe quiere esta butaca, que venga y me la quite, yo no me muevo de aquí. — Respondió Kiara con total naturalidad, como si un mosquito fuese quien le hubiera pasado por el oído.

—”Tendrás que soportar las consecuencias de molestar a nuestro jefe; él no hace diferencia entre hombre o mujer, cuando está enojado, así que te va a golpear" —sentió el mismo chico.

—Keira, ya no se molestó en responder, pero notó que una chica tímida en la fila principal no dejaba de girar su cabeza para mirarla, como si quisiera decirle algo. Trató de hacer memoria si la había visto en la ocasión anterior que había estado en esta clase, pero no lograba saber quién era. Mientras estaba tratando de pensar en la chica, entró una niña en la que no se había puesto a pensar, y ahí estaba con el uniforme todo sucio, el pelo despeinado y los zapatos rotos. Quien pensaría que la encontraría tan pronto, estos sí que son grandes giros de los acontecimientos. Ya no tendrá que ir a buscarla: ella llegó sola a sus manos.

—”Aquí viene esa chica de los barrios sucios, que sucia está"—.

—”No comprendo cómo es posible que dejen entrar a pordioseros en esta escuela”.

—”Con el pretexto de dar buena imagen y dar becas por altas calificaciones, entran lo peor de lo peor de la gente pobre, que asco”.

Varios chicos de las familias más ricas, acostumbrados a despreciar a su prójimo, sin vergüenza alguna, comenzaron a decir cosas despreciables sobre la chica que estaba entrando en ese momento. Era algo de verdad muy desagradable de presenciar, si fueran gente común, pero dentro de su círculo social, era de lo más normal.

Keira guardó silencio mientras veía el espectáculo que se desarrollaba ante sus ojos.

No mucho después, Cloti vio a Keira sentada en la butaca de la parte de atrás del salón de clases. Se sorprendió un poco cuando la vio, pero recordó que se corría el rumor en los barrios bajos de las afueras donde ella vivía, que unos ricachones la buscaron para decirle que ellos eran sus padres, así que seguro ahora era rica, y tenía dinero de sobra; ya no era una muerta de hambre como antes, ahora podría darle dinero, aún más de lo que le daba cuando vivía en los arrabales con ella como amiga.

Cloti no perdió el tiempo y corrió hacia Keira.—”Amiga, eres tu verdad, me recuerdas, soy Cloti; todos en el barrio dijeron que ahora eres muy rica que…”—Keira, la corte de tajo.

—”No sé quién eres, nunca te he visto en mi vida”. Y de verdad no estaba mintiendo; esta era la primera vez que la veía en esta vida, después de su regreso, pero eso quería decir que no recordara todo el daño que le hizo. Ella le pagó bondad, con desgracia, y así le pagará ahora. Cuando acostumbras a un zángano a vivir de lo que le das, nunca será suficiente; siempre va a pedir más, incluso tu propia vida.

—”Pero tú y yo nos criamos juntas desde pequeñas; recuerda que vivíamos una al lado de la otra" —insistía Cloti.

—”No sé quién eres”. En ese momento entró Camy. Pensó en aprovechar ese momento para desacreditar a Keira.

—”Pobre chica, pero si está diciendo que se criaron juntas en los barrios bajos, seguro que sí la conoces, ¿no es así Keira?”—

Keira solo suspiró y pensó que Camy no aprende a quedarse callada.—”Camy, ¿por qué crees que tengo que conocer a esta persona?”—

—”Pues tú acabas de llegar de vivir en los barrios bajos, seguro que tienes que conocerla; así como ella dice, vivían en el mismo lugar, ¿no es así?”—

—”Desde que llegue a la Familia Cox como la hija biológica perdida, te refieres a eso, porque es así como me trajeron, como hija legítima de la familia Cox”.

Camy no esperaba que sus palabras provocaran lo que tanto temía, que todos se enteraran de que Keira era la hija de la familia Cox. Entonces, ahora donde quedaría ella, si todos en la sociedad de la ciudad sabían que la familia Cox solo tenía un hijo mayor y una hija menor; ahora qué explicación dará ella; estaba profundamente confundida, que no podía hilar una sola idea coherente en ese momento.

—”Camy, te encuentras bien, qué te pasa, estás muy pálida, quiero que te acompañe a la enfermería". —Ofreció su mejor amiga Liliana Marc.

—”No pasa nada, estoy bien, de todos modos está por llegar el profesor ya”.

—”Camy, tienes que explicarme qué es eso de que esa chica es hija de la familia Cox; nunca me contaste que tuvieras una hermana" —comentó Liliana.

—”Lo haré, Lili, es una complicada historia de nuestra familia, y como sabrás, no queremos que lo conozcan muchos en la alta sociedad”. En realidad era ella la que deseaba que nunca nadie se enterara de la existencia de Keira.

Y haría hasta lo imposible para que así continuaran las cosas.