Rose Thompson pierde toda su vida feliz y su libertad en tan solo un día, luego de tanto tiempo sin ver a su padre, este la busca para darle su condena matrimonial.
Cansado de dejar que ella jugara a ser "la enfermera del pobre" como él llamaba de manera despectiva, ha decidido que le dejará su empresa a su nieto varón.
Informándole así que al día siguiente sería su boda, de modo que ella pudiera cumplir con su deber de entregarle su próximo heredero o de lo contrario el hospital donde ella trabajaba perdería a su mayor benefactor.
¿Podrá el amor y la felicidad surgir en una situación de chantaje total? ¿Podrá tener un final feliz?
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Cena
Tres horas antes de la cena familiar, Rose estaba siendo atendida por tres estilista, dos mujeres y un hombre. le arreglaban pies y manos, cabello y maquillaje, cada uno se encargaba de un área del cuerpo de Rose.
El hombre que era quien se encargaba de arreglar su cabello, estaba lamentando el poco tiempo que tenía.
- Lo siento, fuimos informados de este compromiso este mismo día. - se disculpo Rose.
- Tranquila querida, yo estoy encantado de trabajar con este hermoso cabello - dijo el hombre - Solo que hubiera querido tener más tiempo para poder hacerte un trabajo completo, pero, tranquila cariño, que vas a quedar radiante. ¡Verdad chicas!
- Claro nena, tranquila, deja todo en nuestras manos - dijo la mujer que le estaba haciendo manicura
- Va a quedar radiante señora, usted solo relájese - le comento la maquilladora.
- Confío en ustedes muchachos - Rose sonrio.
Luego de dos largas horas, ni Rose se reconocía en el espejo, había quedado hermosa, ella sabía que no tenía mal físico, pero, nunca se ha hecho tales maquillajes, ella no permitía que su padre contratará estilistas para ella. Rose siempre quiso ser lo más independiente posible, por eso, ella misma se maquillaba, pero ni en un millón de años hubiera logrado tal resultado.
- El señor ordenó que realizáramos su belleza y que todo fuera combinado con este bello vestido - el estilista le mostró un hermoso vestido rojo, ceñido a sus pechos, con una caída desde la cintura hacia abajo, en forma de espiral, hasta sus tobillos. Combinado con unos tacones de aguja, el diseño era color negro de tiras con incrustaciones, eran de quince centímetros de alto. Demasiado hermosos para la vista, pero incómodos para los pies de Rose, solo esperaba que la velada no fuera larga.
- Te vez bien patito - Antón paso a ver si ya estaba lista, no esperaba encontrarse con tan hermosa mujer, una versión de su esposa que le encantaba. - Ya estás lista para irnos?
Si, ya estoy lista, podemos irnos- camino hacia la puerta para tomar del brazo de Antón, ya se había hecho costumbre entre ellos el salir de esa forma.
Salieron del edificio y el parking trajo el auto de Antón, este ayudo a Rose a subirse. Llegaron a la cena quince minutos tarde, su padre odiaba los retrasos.
- Siento mucho el haber llegado tarde - Se disculpo Antón con los invitados - Ya saben cómo son las mujeres de lentas para arreglarse - Todos en el lugar comenzaron a reír con el comentario.
Rose le dio un leve pellizco en el abdomen de una forma tan discreta que nadie la vio.
- No seas rencorosa cariño - le susurro a Rose en el oído, mientras aparentaba arreglar un mechón del cabello.
- No te sigas metiendo conmigo Antón - Rose seguía molesta, por la conversación descarada de los dos hermanos en la tarde.
Caminaron por el salón de la mansión, saludaban y en momentos compartían palabras con los invitados, hasta que se toparon con una muchacha alta, de piel clara, cabello negro y ojos color azabache.
- Antón, al parecer te olvidas rápidamente de tu familia no es así? - dijo la mujer
- Por favor, sabes que jamás podría olvidarme de ti, tú eres mi chica favorita - la mujer se sonrojo, por las palabras de Antón.
Rose la miraba fijamente, algo en esa mujer se le hacía muy familiar, pero aún no lograba ver el que.
- Pensé que no la ibas a traer esta noche - la mujer veía a Rose de arriba a abajo - no veo el caso de que quieran aparentar algo que la mayoría sabe que no son, todo en esta fiesta saben que lo de ustedes fue solo por conveniencia.
- Tan picuda como siempre Alejandra - El comentario le molestó a Antón. - Rose déjame presentarte, está señorita irrespetuosa es mi hermana menor, Alejandra.
- Es un placer, soy Rose - Ya tenía la idea de dónde había visto esos rasgos, Alexander, la mujer era idéntica al hermano menor de Antón. El darse cuenta del parecido entre los dos hermanos de Antón, le hizo darse cuenta de que su esposo no se parecía en nada a sus dos hermanos.
- No necesitaba que me presentarás a alguien de tan poca importancia para mí Any.
- Muy bien, haberlo dicho antes - Antón siguió caminando por el salón junto con Rose colgada de su brazo, ignorando por completo a su hermana.
- Al parecer no llevan ni un día conociéndome y tu familia ya me odia - comento Rose muy discretamente a Antón, mientras estaban tomando una copa de champagne.
- Alexander y Alejandra son un poco, excéntricos, pero te acostumbras a ellos - en ese momento Antón volteo y vio a su madre acercándose. - Aquí viene lo peor, prepárate - le advirtió a Rose
- Antón hijo mío, mírate nada más, lo buen mozo que estás - la madre de Antón era una mujer, blanca de cabello negro, color de ojos azules, su estatura era promedio, tenía mucho parecido con los dos hermanos de Antón - Tu padre insistió en hacer está cena para presentarte como casado jajaja.
- Madre déjame presentarte a Rose - Antón la jalo del brazo para dar un paso al frente - ella es mi madre - haciéndole un ademán con la mano a Rose señalando a la señora.
- Un placer conocerla señora - Rose estaba muy nerviosa
Claro que el placer es todo tuyo querida - comento, dejando la mano de Rose extendida.
- Madre, creo que has olvidado tus modales - corrigió Antón la conducta inapropiada de su madre.
- Por favor, no esperes que tenga modales con una mujer que está contigo solo por tu dinero - respondió la madre de Antón, hablando de Rose como si ella no estuviera allí.
- Disculpe que la corrija señora, pero yo no me he casado con su hijo por tal motivo - Rose estaba indignada, pero no perdería su cordura ni armaría un espectáculo - por su usted no lo sabía, yo soy Rose Thompson, hija y legítima heredera de Industrias T, en todo caso, si de busca fortunas hablamos, ese puesto lo tendría su hijo, ya que como verá mi padre es un hombre machista que solo le heredará a otro hombre que comparta su sangre, que ese será el hijo que Antón y yo tengamos - por primera vez el ser la hija de Ryan Thompson le ayudaba en algo - con permiso, me retiro, fue un gusto para usted el haberme conocido. - Apretó el brazo de Antón y este le siguió el juego.
Salieron de la mansión luego de una hora de haber llegado, se podría decir que la cena fue un total fracaso, pero Rose se sentía satisfecha con sigo misma por no haber permitido que la madre de Antón barriera el piso con ella.