les ha pasado que a veces la vida nos tiene preparados giros inesperados, situaciones imprevistas en las que no hubieras podido imaginar verte envuelta. Esta es la historia de uno de esos reparos del destino cuyas consecuencias aún no he podido imaginar que sucedieron de esta manera.
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decisión
Alexander llevó a Milena a su departamento, preocupado por su seguridad. Al llegar, encontraron a Lucía, la amiga de Milena, esperándola con ansiedad.
"¿Dónde estabas?", preguntó Lucía, abrazando a Milena. "Estaba preocupada por ti".
Milena se sintió aliviada al ver a su amiga.
"Lo siento", dijo. "Tuve un problema".
Lucía miró a Alexander, y de repente, se quedó hipnotizada.
"¿Quién eres?", preguntó, su voz baja y sensual.
Alexander se sintió sorprendido, pero también se quedó hipnotizado mirando a Lucía.
"Soy Alexander", dijo, su voz igualmente baja.
Los dos se miraron fijamente, como si estuvieran bajo un hechizo.
Milena se sintió confundida.
"¿Qué pasa?", preguntó.
Lucía y Alexander no respondieron, seguían mirándose hipnotizados.
Milena _ que pasa hey ,reacciónen, vamos a sentarnos.
Milena se sentó en el sofá con Lucía, que aún estaba hipnotizada por Alexander.
"Amiga, ¿qué te pasa?", preguntó Lucía, sacudiendo la cabeza para despejarse. "Estás toda ensangrentada".
Milena suspiró y comenzó a contarle todo.
"Es Gabriel", dijo. "Es un vampiro".
Lucía se quedó con la boca abierta.
"¿Un vampiro?", repitió. "¿Estás segura?"
Milena asintió.
"Sí", dijo. "Y lo amo asi como es . Pero hay alguien que quiere hacerme daño, Eduardo. Es un vampiro malvado".
Lucía se sintió horrorizada.
"¿Qué pasó?", preguntó.
Milena le contó todo, desde el momento en el que se fue al departamento con Gabriel hasta el ataque de Eduardo.
Lucía escuchó con atención, su rostro lleno de preocupación.
"Milena, ¿estás segura de que quieres estar con él?", preguntó.
Milena asintió.
"Sí", dijo. "Lo amo. Y él me ama. No importa qué es".
Lucía sonrió.
"Entiendo", dijo. "Te amo, amiga. Y estaré aquí para ti, no importa qué".
Alexander se acercó a ellas.
Alexander _ Lucía será que me puedes dejar un momento a solas con tu amiga, necesito hablar algo con ella.
Lucía _ claro ya me voy ," amiga si necesitas algo solo llámame.
Alexander miró a Milena con una mirada seria.
"Milena, por favor", dijo. "No sigas buscando a Gabriel. Él está en peligro, y si sigues involucrada con él, solo empeorarás las cosas".
Milena se sorprendió por la sinceridad de Alexander.
"¿Qué pasa?", preguntó.
Alexander suspiró.
"Gabriel es un vampiro, Milena. Y hay personas que quieren lastimarlo. Si sigues cerca de él, solo lo pondrás en mayor peligro".
Milena se encogió de hombros.
"No me importa", dijo. "Estoy dispuesta a arriesgarme por él".
Alexander se frustró.
"Milena, no entiendes", dijo. "Gabriel es como un hermano para mi. Y no quiero que le pase nada malo. Tú solo lo estás poniendo en peligro".
Milena lo miró con sorpresa.
"Lo siento, Alexander", dijo. "No sabía que te preocupabas tanto por él".
Alexander asintió.
"Sí", dijo. "Es mi familia. Y no quiero que le pase nada malo".
Milena miró a Alexander con una mirada firme.
"No", dijo. "No voy a dejar a Gabriel por nada del mundo. Lo amo, y no me importa el peligro que pueda representar".
Alexander se frustró.
"Milena, por favor", dijo. "Piensa en Gabriel. Piensa en su seguridad".
Milena se negó a ceder.
"Gabriel es capaz de cuidarse a sí mismo", dijo. "Y además, no voy a abandonarlo porque tengas miedo por él".
Alexander se sintió desesperado.
"Milena, no entiendes", dijo. "Mi amigo está en peligro. Y si sigues con él, tú también lo estarás".
Milena se levantó, con una mirada decidida.
"No me importa", dijo. "Estoy dispuesta a arriesgarme por él. Y no voy a dejar que nadie, incluido tú, me separe de él".
Alexander se dio cuenta de que no podía cambiar la mente de Milena.
"Está bien", dijo. "Pero recuerda que te lo advertí".
Milena asintió.
"Lo recuerdo", dijo. "Pero no voy a cambiar de opinión".
Alexander se alejó, sintiendo que había perdido la batalla.
Pero antes de irse , le dio en un papel con el número de Gabriel.
Alexander _ toma llámalo te necesita.
.
Milena marcó el número de Gabriel y esperó ansiosa a que contestara.
Gabriel contestó al primer timbrazo.
"¿Hola?", dijo.
Milena se alegró de escuchar su voz.
"Hola, Gabriel. ¿Cómo estás?", preguntó. "¿Cómo está todo después de todo lo que paso?"
Gabriel suspiró.
"Estoy bien, gracias", dijo. "Solo un poco cansado. Pero ¿y tú? ¿Cómo estás?"
Milena se rió.
"Estoy bien", dijo. "Solo un poco preocupada por ti. Alexander me dijo que como recién te has estado conteniendo de tomar sangre humana , por eso actuaba así al verme con sangre.
Gabriel se calló por un momento antes de responder.
"Sí", dijo. "No quería que te preocuparas por mí. Pero sí, estaba un poco... afectado por lo que pasó".
Milena se sintió culpable.
"Lo siento", dijo. "No quería que te preocuparas por mí".
Gabriel se rió.
"No es tu culpa", dijo. "Es solo que... no puedo soportar la idea de que te pase algo malo".
"Gabriel, eso significa que te importo", dijo.
Gabriel se calló por un momento antes de responder.
"Sí, Milena", dijo. "me importas mucho. Más de lo que puedo expresar".
Milena sonrió.
"Te amo, Gabriel".
Gabriel suspiró.
"Yo también te amo, Milena".
Milena _ amor buenas noches, que sueñes lindo y que en esos sueños este yo.
Gabriel _ igual tu mi Osita hermosa cuídate buenas.
Gabriel se sentó en su habitación, mirando la oscuridad exterior. Su mente estaba llena de pensamientos y preocupaciones por Milena.
"¿Qué pasaría si le sucede algo malo?", se preguntó. "¿Qué pasaría si no puedo protegerla?"
Se levantó y comenzó a caminar por la habitación, tratando de calmar su ansiedad.
"Debo mantenerla a salvo", se dijo a sí mismo. "Debo asegurarme de que no le pase nada malo".
Pensó en la pelea que había tenido con Eduardo y en cómo Milena había estado tan cerca del peligro.
Gabriel_"Si algo le hubiera pasado...", se estremeció al pensar en la posibilidad.
Se detuvo frente a la ventana y miró hacia fuera, hacia la ciudad que parecía tan tranquila y segura.
"Debo encontrar una manera de mantenerla a salvo", se dijo. "Debo encontrar una manera de protegerla de todo".
Su mente comenzó a trabajar en posibles soluciones, pensando en formas de mantener a Milena alejada del peligro.
"Podría llevarla a un lugar seguro", pensó. "Podría encontrar una manera de mantenerla oculta".
Pero entonces recordó la determinación de Milena, y que no le gustaba estar encerrada.
"No puedo mantenerla encerrada", se dijo.
Sonrió, recordando la manera en que Milena lo hacía sentir.
y si tengo que dejarla para que ella pueda estar segura así será a un que con ella se valla mi vida y felicidad.
"La amo", se dijo. "La amo más que nada en el mundo".