En el corazón de lo que alguna vez fue una ciudad vibrante, solo quedan sombras y ecos de una humanidad extinguida. Hace meses, un brote inexplicable convirtió a la población en una horda de seres desalmados, impulsados únicamente por un insaciable deseo de cazar a los pocos sobrevivientes.
Las calles, antes llenas de vida, ahora son un laberinto de ruinas, donde los edificios se inclinan bajo el peso del tiempo y del silencio. Los habitantes que quedan luchan por sobrevivir en un mundo donde la esperanza es un lujo y cada día podría ser el último.
Nadie sabe con certeza cómo comenzó el brote. Se rumorea sobre un experimento fallido, una maldición liberada, o un simple error humano que desató el caos. Lo único seguro es que la ciudad, que alguna vez simbolizó el progreso, ahora es un monumento a la desesperación y al fin de los tiempos.
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Nos queda camino 🫥🫥🫥
A distancia, se veían a los rápidos, algunos más débiles que otros. Los tres tipos de zombis que existían en la Ciudad de Necropolis presentaban características muy distintas.
Clinton, que había estudiado a fondo a estas criaturas durante sus incursiones, explicaba que los zombis se clasificaban principalmente en tres categorías.
^^^Primero estaban los **caminantes**, que, a pesar de su lentitud, seguían siendo peligrosos debido a su capacidad para moverse con cierta agilidad. Estos zombis tenían un sistema nervioso deteriorado, pero aún mantenían una estructura neuromuscular que les permitía realizar movimientos básicos.^^^
En segundo lugar, estaban los **zombis deformes** con tentáculos. Estos poseían deformaciones severas y estructuras corporales alteradas, con tentáculos que les otorgaban una movilidad sorprendente a corta distancia. Estos tentáculos, de hecho, eran una forma de adaptación evolutiva, permitiéndoles moverse con rapidez y atacar con precisión, aunque preferían no desplazarse mucho.
^^^Finalmente, estaban los **rápidos**. A diferencia de los otros dos tipos, estos zombis demostraban una notable inteligencia. Tenían habilidades de organización y planificación, una característica que sugería un nivel avanzado de degeneración neurológica, en la que su capacidad cognitiva estaba preservada en un grado inquietante. Eran capaces de coordinar ataques y usar estrategias básicas, lo que los hacía extremadamente peligrosos.^^^
Mientras Clinton seguía con su charla sobre el plan, el grupo avanzaba con paso medido hasta que llegaron al garaje secreto. Las motos esperaban como fieras dormidas, listas para ser desatadas.
^^^La discusión sobre quién se llevaría a Lia en su moto estaba en pleno apogeo. Erick se ofreció con una sonrisa que no dejaba lugar a dudas, pero Lia, escéptica de la amabilidad repentina, no podía evitar mirar a su alrededor con desconfianza.^^^
Lia sabía que su novio Etham, que era mecánico, le había enseñado un par de trucos. Así que, con determinación, empezó a buscar un coche que pudiera modificar. Pasaron unos 15 minutos buscando entre la chatarra hasta que finalmente encontró lo que buscaba:
^^^ un todoterreno maltrecho con las ventanas rotas. ¡Victoria! Pensó Lia mientras se subía al vehículo, imaginándose lo orgulloso que estaría Etham por su habilidad para encontrar una pieza valiosa en medio del caos.^^^
Pero el momento de paz no duró. Unos disparos cayeron cerca de Lia, que estaba pegada a la pared, asombrada por el estruendo. Desde la distancia, un grupo de roqueros gritando y disparando a lo loco, se acercaba.
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^^^Lia se subió al todoterreno, con una sonrisa audaz que desmentía cualquier rastro de miedo. El motor rugió al arrancar, vibrando bajo sus manos mientras aceleraba para unirse al grupo. ^^^
El grupo de 17 roqueros, con sus melenas al viento y gritos estridentes, empezaron a perseguirlos, disparando al aire como si el mundo se estuviera acabando.
...“¡Vamos, no dejes que se escapen, malditos rockeros!”, rugió el líder del grupo, con la voz distorsionada por el frenesí. “¡Dejen que su música suene hasta el final, hasta que sean cenizas!”...
^^^ Erick, desde su moto, giró la cabeza y le gritó sobre el estruendo de los motores:^^^
^^^"¡Lia, no te quedes atrás, mantente cerca!""^^^
¡No te preocupes, Erick!" respondió Lia con una risa vibrante, pisando el acelerador hasta el fondo.
El todoterreno se lanzó hacia adelante como un depredador, siguiendo a las motos que serpenteaban entre los obstáculos de la carretera.
^^^De repente, un disparo resonó en el aire. Morgana, que lideraba la carga, apuntó con precisión y abatió a uno de los motoristas con la cara llena de piercings. El roquero, sorprendido, soltó el manillar justo antes de estrellarse brutalmente contra una barrera de metal. La moto se hizo pedazos, pero los demás roqueros ni siquiera parpadearon; sus risas maniáticas se hicieron más fuertes, alimentadas por la adrenalina.^^^
"¡Mira esa chica en el todoterreno!" gritó un roquero con una sonrisa torcida, señalando a Lia. "¡Joder, parece que se lo está pasando en grande!""¡Oye, nena, vente con nosotros y te mostraremos un buen rato!" gritó otro, su voz cargada de lujuria y burla.
^^^Las carcajadas sucias de los roqueros se alzaron sobre el ruido de los motores mientras intentaban acortar la distancia. Pero Lia, lejos de sentirse intimidada, dejó que su sonrisa se ensanchara aún más. Mantuvo su velocidad, calculando el momento justo. Un motorista se emparejó al lado del copiloto, lanzándole una mirada lasciva mientras se inclinaba hacia ella.^^^
..."¿Qué dices, muñeca? ¡Súbete conmigo y te haré vibrar de verdad!" ladró, confiado en su victoria. ...
Sin perder la calma, Lia le sostuvo la mirada y, con un movimiento repentino, abrió la puerta del copiloto de par en par. La puerta impactó con la moto, haciendo que el motorista perdiera el control de inmediato. La moto derrapó violentamente, deslizándose por el asfalto y chocando con otra moto que venía justo detrás. El choque fue un caos de chispas, gritos y metal destrozado.
..."¡Eso fue increíble, Lia!" gritó Erick, viendo el desastre a través del retrovisor....
..."¡Y apenas estamos empezando!" respondió Lia, su risa resonando con la misma intensidad que el rugido del motor. ...
^^^Las balas zumbaban alrededor, perforando el aire y golpeando el todoterreno. Los roqueros restantes seguían disparando frenéticamente, sus motos rugiendo mientras intentaban cerrar la brecha.^^^
..."¡No escaparán de nosotros, bastardos!" bramó uno de los roqueros, descargando su pistola mientras las motos volaban por la carretera....
^^^ Pero Lia no pensaba ceder. Mantuvo el pie firme en el acelerador, zigzagueando entre los disparos, su sonrisa desafiante jamás desapareciendo. Con cada kilómetro que dejaban atrás, la persecución se volvía más intensa, más caótica. Las motos y el todoterreno eran como bestias en una batalla a muerte, donde solo los más feroces sobrevivirían.^^^
^^^Y Lia, con su risa enloquecida y sus movimientos precisos, sabía que la victoria estaba de su lado.^^^
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