Nerea, luego de terminar con una relación por más de diez años, se ve en la obligación de buscar otro prometido antes de que su familia se entere que ya no se va a casar.
NovelToon tiene autorización de Leóylu para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capítulo 18
En la mañana, como siempre lo hacía, me cambie para ir a correr. No estaba nerviosa por lo que había pasado la noche anterior, pero no quería encontrar con Dylan tan temprano.
Como si del destino se tratase, al bajar Dylan estaba abajo preparándose para ir a correr. Al verme se acercó y besando mis labios dijo.
— Buen día... te estaba esperando.
Sonreí algo apenada por eso y correspondiendo a su saludo. Luego de estirar nos dirigimos hacia el parque. Esa era nuestra rutina diaria, pero por alguna razón ese día se sentía diferente. Al terminar volvimos al edificio y en cuanto estaba por ingresar a mi departamento Dylan me abrazo por la espalda y empujándome hacia adentro dijo
— Anoche te escapaste ¿Por qué?
Sus labios estaban tan cerca de mi oído que provocó una sensación de hormigueo al decir aquello por todo mi cuerpo.
— No me escapé, quería descansar.
Sin soltarme él siguió guiándome hasta llegar al baño y allí dijo.
— Yo quería ducharme contigo. – Sin más me volteó y comensandome a besar sus manos empezaron a desnudarme de nuevo.
Mentiría si digiera que eso no me estaba gustando, pero debíamos ir a trabajar. Me separé de sus labios y entre suspiros al sentir como sus manos ya estaban tocando mi punto de excitación dije.
— Dylan... debemos ir a trabajar...
— Cariño soy el dueño de la empresa... podemos llegar más tarde.
— No... Quie...– Y mis palabras se detuvieron al sentir como uno de sus dedos ingreso en mi interior.
— ¿Estás segura de que no quieres?
Sus manos me estaban volviendo loca, me sostuve de sus hombros para no caer y abriendo mis ojos lo miré con deseo.
Solo basto eso para que Dylan lo tomara como una confirmación y sin esperar me guio a la ducha para hacerme suya bajo la regadera.
Como lo había dicho anoche, estaba perdida. En que momento se me había ocurrido aceptar este trato. No iba a negar que el estar entre sus brazos me encantaba, pero era la primera vez que tenía una aventura de este tipo, no sabía como se suponía que debía actuar después.
Luego de ducharnos juntos y de tener sex... Salimos del baño y le entregué la bata qué nos habían dado en el centro comercial de regalo, dije.
— Ponte esto, no puedes volver a ponerte tu ropa está toda sudada.
— Debería dejar algo de ropa aquí...— Lo miré en silencio y este agregó — Tú también deberías dejar en mi departamento, por si sin querer tu ropa se desgarra...
Veo como se acerca a mí e intenta besarme nuevamente, pero pongo mis manos en su pecho y digo.
— Para... debemos ir a trabajar, ya es tarde.
Veo como Dylan sonríe y sin importarle nada me besa de igual manera y despidiéndose dice.
— Cámbiate, te esperaré en el auto.
No podía creer el nivel de cinismo de este chico. Creía conocerlo, sabía que era un descarado, pero al conocerlo más a fondo estaba impactada.
Sin pensar más en ello me dirigí a la habitación y luego de arreglarme baje al estacionamiento. Pasaban de las nueve de la mañana y nosotros llevábamos una hora y media de retraso.
Subí a su auto y al ver como me miraba dije.
— Ya, deja de mirarme así. Me pones nerviosa.
Veo como sonríe y acercándose a mí toma el cinturón de seguridad y abrochándolo, contestas.
— Puedo notarlo.
Sin decir nada más encendió el auto y digo.
— Antes de ir a la empresa pasemos por una farmacia, necesito comprar la píldora.
Veo como solo asiente y arrancar el auto. No podía permitir que algo así volviera a pasar, la noche anterior, y bueno esa mañana, a ambos se nos habían ido las luces. No podíamos permitir que nuestro deseo nublara nuestro juicio.