Un hombre de personalidad fuerte, fría, arrogante, egocéntrico, déspota y con una autoestima más arriba del cielo mismo, acostumbrado a tratar a todos por debajo de él, así estén por encima, se cruzará por casualidad con una hermosa joven y quedará obsesionado con ella.
Nicholas Elliott Windsor, descendiente de una familiar importante, con un ego inmenso, acostumbrado a obtener cualquier cosa, es el segundo en la cadena de mando de la elite; General de cuatro estrellas, casado y con 32 años, querrá a la hermosa Lia Harrington en su lista de las mujeres que usa y desecha.
Lía Harrington es una joven de 22 años, que aparentemente es una simple profesional, es modelo y una abnegada novia de un teniente coronel, pero que en realidad es una coronel en la organización secreta de la Élite.
Lía no solo es la mejor espía de su tiempo, sino que tiene una personalidad tan fuerte como la de Nicholas y le enseñará a jugar su propio juego.
Podrá Nicholas doblegar a la hermosa Lía.
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Secuestro y rescate
—Todos a sus puestos, cero errores. —Ordena Lia.
—La niña Eloise Pompidou, está dentro de ese edificio, en un rato, estoy se llenará de elementos de la Élite, debemos ser rápidos. —Volvió a decir.
—Conde Black, la reina, reina oscura, el duque, el príncipe nefasto, rey oscuro, y la condesa, cubrirán la parte de abajo y la de atrás, Reina estás a cargo.
—Entendido, emperatriz, ya escucharon andando. —Dice y se van con sigilo.
—El resto sígame, ustedes dos revisen el lado este, ustedes el sur y los demás revisen el frente yo voy a subir. —El grupo se divide y Lia camina con el arma lista.
Emperatriz está vestida toda de negro, el pasamontañas y los lentes cubren su identidad, su arma como siempre lleva silenciador, es una sombra en cuanto al sigilo, la chica camina por un pasillo y al terminar se asoma, hay un hombre parado en la puerta la mujer lo apunta y lo mata.
Lía arrastra el cuerpo del hombre y sigue adelante, comprueba las habitaciones y nada, sube por las escaleras y al escuchar voces se detiene.
—La elite viene para acá, debemos reforzar la seguridad abajo y el que se acerque lo vuelan.—Lía escucha y ve salir a uno de los hombres, ella se esconde y luego sale con cautela y toma por el cuello al hombre que quedó en la puerta y se lo rompe, luego aguarda.
—Sam… Que se hizo el idiota ese, Sam. —El hombre se acerca a ver y Lia le pone el arma en su cabeza cuando este sale, el sujeto levanta las manos y ella lo aparta cuando están lejos, le dispara y va por el otro, pero hay dos en vez de uno.
La mujer le lanza una patada a uno y lo tumba, el otro se le va encima y ella le dispara y cae, el que está en el suelo la hace caer y el arma cae lejos.
El hombre la toma del cuello y ella lo golpea en los costados hasta que la suelta.
La se levanta y el sujeto también, Lia lo golpea varias veces en los costados y le da un cabezazo allí y se le coloca en la espalda para luego romperle el cuello.
—Aquí emperatriz área despejada. —Informa y sigue subiendo, la joven observa el lugar hay muchos hombres.
—Maldición.
—Aquí emperatriz Necesito refuerzos.
—Aquí la reina, la élite nos sacó del caso, estamos afuera, son órdenes del General Windsor.
—Maldito hijo de puta, por qué los sacaron, más tarde me respondes por eso.
—Aquí rey oscuro voy para allá.
—Princesa de hielo y duquesa en camino. — responde parte del grupo de emperatriz.
Lía no piensa esperar más, debe actuar, entonces los hombres se alejan y escucha un sollozo, entra y es la hija del presidente, está asustada y llorando.
—Shh, pequeña, no hagas ruido, salgamos de aquí, debes hacerme caso de acuerdo. —La niña asiente y ella la sube a su espalda, es una niña de cinco años, la menor se aferra a ella y salen en silencio.
—Te quedarás aquí, pase lo que pase, no salgas ni llores, lo entiendes. —La niña afirma y ella la esconde.
—Ya casi llegamos —Anuncian y el infierno se desata.
Lis dispara y se cubre, los demás se apuran al escuchar el alboroto y la apoyan.
—No dejen a nadie vivo. —Ordena y sigue disparando, ella se va de frente sin cubrirse, así acaba con varios.
Duque, monarca, emperador y el resto llegan hasta donde están los otros y apoyan.
Lía acaba con el líder y deja a los demás encargándose del resto.
La joven agarra a la niña y la resguarda se la pone en el pecho y sale con ella, el equipo de la Elite en Francia está allí y el coronel de esa sede se le enfrenta.
—Que hace con esa niña…
—Habla el arrogante coronel.
—Haciendo lo que usted no hizo, ahora no estorbe
—Usted no me habla así… —Replica el hombre
—Usted no se meta en mis asuntos, sabe que tengo inmunidad, así que permiso. —Lía pasa, por un lado, y el presidente se le acerca.
—Pequeña, estás bien, muchas gracias coronel— Lía asiente y la niña la abraza y luego ella se aleja.
Su grupo sale y lía los felicita y se va contra el otro grupo que se dejó sacar.
—Que sea la última vez que se dejan sacar… Odio este tipo de incompetencias.
—Fue orden del general de la élite — Se excusa la reina y Lia pierde la cabeza
—Maldita sea reina, somos el escuadrón imperial y tenemos inmunidad, mi maldito nombre y cargo pesan… —Dice molesta.
—Ves porque no eres coronel, por más hija de quién eres… Eres una inútil ahora largo de mi vista. —Dice y se acerca a los de la élite.
—Quién es el idiota que sacó a mi equipo de la operación.
—Fui yo… —Habla un hombre alto, cabello negro y ojos igual.
—Con qué autoridad haces eso, somos el escuadrón imperial y no le lamemos las botas a nadie.
—El general wind…
—Tú y el general me valen poco, ellos no me rigen a mí ni a mi equipo, esto lo sabrán los presidentes y los ministros de defensa imbécil… —Habla Lia, el presidente le vuelve a agradecer y ella se retira con su equipo a Italia.
—Vámonos de aquí, ahora tendremos que esperar una nueva información, ahora regresemos. —La mujer y su grupo se retiran.
El avión parte y Lia está apartada, de todos no tolera a ese desgraciado que aunque no conoce lo detesto.
Las horas pasan y los llega a suelo italiano, la joven ya se había cambiado en el avión, así que llega a su casa donde su familia está reunida y su novio también.
—Lía, estás bien, me tenías preocupado. —Dice Alessandro y ella lo mira y retira la cara para que no la bese
La familia de Lía sí sabían que estaba trabajando, por eso están tranquilos.
—Mi niña, cómo te fue. —Dice Gia besando y abrazando a su hija.
—Me fue muy bien mamá, hola a todos, ahora solo quiero dormir.
—De acuerdo mi amor, ve y descansa. —Ese fue su padre.
Todos la saludan y ella se retira a la habitación, Alessandro trata de hablar con ella sobre cosas de la boda para que nadie se dé cuenta de que pelearon, pero ella camina a la habitación y él se va detrás.
—Lía debemos hablar.
—Estoy cansada, además sabes que odio que actúes así. —Dice y él se acerca.
—Amor, todo se resuelve hablando, discúlpame sí, son los nervios de la boda, solo eso, sabes que te amo. — Se acerca y trata de besarla.
—De acuerdo, pero ahora estoy muy cansada. —Ella no lo besa y él se retira más tranquilo porque el compromiso sigue adelante.