Otávio Montana—veintiséis años, para no perder su pequeña propiedad, acepta hacerse cargo del hijo de otro hombre...
Eloise Vargas—veintidós años, enamorada de un hombre que la dejó embarazada y se casó con otra...
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Capítulo 9
Otávio-- quedó en silencio....
Eloise-- voy a la consulta y después voy a vender la ropa.
Otávio-- te acompañaré hoy, no tengo entregas que hacer. Fueron al consultorio; pronto la llamaron y entraron... El médico examinó-- el momento de la ecografía-- Eloise se emocionó al escuchar el corazón de su hijo.
Médico-- ustedes van a ser papás de un niño.
Eloise-- sonrió y apretó la mano de Otávio.
Otávio-- la abrazó y dijo: ¡felicidades, mamá! Ambos salieron sonriendo... Otávio la llevó a la tienda de ropa.
Eloise-- ¡vendió todo! Luego fue a una tienda de electrónicos de segunda mano y compró una computadora portátil; después compraron helado y se sentaron en la plaza... Aparcó una Mercedes plata del año. Ariel se aseguró de estacionar cerca de ellos.
Eloise-- cuando se dio cuenta de que era él, bajó la cabeza y continuó disfrutando de su helado.
Ariel-- cerró el coche y se dirigió al restaurante.
Eloise-- cuando quieras irte, ya terminé.
Otávio-- ¡vamos! Abrió la puerta de la camioneta y fue a ayudarla.
Eloise-- resbaló y Otávio la sujetó; sus rostros quedaron tan cerca que pudieron sentir los latidos de sus corazones. Fueron interrumpidos por Ariel.
Ariel-- ¿puedes mover ese coche viejo? ¡Quiero salir!
Otávio-- la ayudó a entrar y se sentó del lado del conductor; se marcharon.
Ariel-- no me gusta cómo actúa esa perra; me está ignorando, nunca más mandó un mensaje. El desprecio de Eloise dejó a Ariel extremadamente irritado. Se fue a su mansión; al llegar, se dirigió a la oficina y cerró la puerta de un golpe.
Soraia-- fue hasta allí. Hola querido, ¿todo bien?
Ariel-- sí.
Soraia-- ya que llegaste temprano, ¿vamos a la piscina y luego a la sauna para hacer el amor muy bonito?
Ariel-- hoy no, ve tú.
Soraia-- ¡vamos, vida!
Ariel-- recordó que solo esa perra lo llamaba así. ¿Te crees sorda? ¡Dije que no quiero! ¡Déjame en paz!
Soraia-- ¿qué te pasa?
Ariel-- eres muy molesta, me voy... Agarró el coche y salió.
Soraia-- estoy segura de que es por una mujer...
Otávio-- llegó, hizo sus quehaceres, cenó con Eloise y cada uno se fue a su cuarto. Ella se sentó en la cama y recordó que Otávio casi la besó. Su cuerpo sintió la necesidad de ser tocado... Se dio una ducha para calmarse; se puso una braga blanca que cubría su trasero y un crop top holgado; su barriga ya comenzaba a notarse. Se puso un albornoz de seda, uno de los pocos que tenía, y fue hasta el cuarto de Otávio. Tocó la puerta; nadie respondió, así que entró.
Otávio-- salía del baño, tal como vino al mundo. No se escondió ni se cubrió; se giró hacia la puerta donde estaba Eloise y se quedó parado.
Eloise-- bajó la mirada hasta llegar a su miembro; lo miró y quedó impresionada por lo que vio, saliendo rápidamente y cerrando la puerta... Se sintió avergonzada por haber mirado a Otávio de esa manera... Se quitó el albornoz y se acostó.
Otávio-- se acostó, sintiendo su cuerpo caliente, recordando la mirada de Eloise sobre su miembro. No era repulsión ni desprecio, era deseo. Otávio-- no aguantó y tomó con fuerza su miembro, moviéndolo lentamente de un lado a otro, aumentando la velocidad pensando en ella, y alcanzó el clímax; luego se dio la vuelta y se durmió.