Juegos de Amor

El día siguiente, Lívia sale temprano junto con su madre, lleva sus dulces para hacer las entregas, y una bolsa con bikinis y ropa extra para pasar el día fuera en compañía de Ethan.

—¡No olvides llevarlo hasta la tienda, almuerzan por allá!

—¡Déjalo, mamá! Ya le dije, está ansioso por conocerte.

Lívia entrega sus pedidos en las cafeterías, sigue hacia la Barra de Tijuca y sube hasta el cuarto de Ethan.

—¡Hola! ¡Cuánto te extrañé!

—¡Yo también te extrañaba mucho!

Él la levanta en brazos y la lleva adentro, pasan varios minutos intercambiando besos jugosos y llenos de deseo.

—¡Creo que es mejor que vayamos a la playa!

—¿Qué?

Lívia usa el traductor y Ethan se ríe.

—¡Tienes razón, las cosas se calentaron aquí!

—Voy a dejar mi bolsa aquí, pasaremos el día fuera y está muy caliente allá afuera, y puedo ducharme aquí después. ¡A nosotros los brasileños nos encanta ducharnos!

—¡Lo sé! —ríe él.

—Ah... antes que se me olvide.

—Oh... ¡Los dulces!

—¡Pastel de brigadeiro y brigadeiros!

Él toma uno de los dulces y lo come.

—¡Vaya! Esto es... ¡Wow! ¡Delicioso! —come otro más y otro más—. ¡Es adictivo!

Guarda el resto en el frigorífico.

—Lo dejaré para comer más tarde, cuando me sienta nostálgico de ti antes de dormir.

Los dos van hasta Leblon, donde trabaja la madre de Lívia; es sábado y el movimiento ya está intenso.

—Mi mamá es cocinera aquí.

—¡Por eso cocinas tan bien, un talento familiar!

—Prefiero hacer dulces, mi madre prefiere platos salados, especialmente mariscos.

Ella lleva a Ethan a la cocina.

—¡Mamá!

—¡Oh, llegaron! ¡Jesús, qué chico tan alto! ¡Va a golpear su cabeza en el sombrero!

—Este es Ethan. —habla bajo—. ¡Cuidado con lo que dices, estamos traduciendo la conversación con una aplicación! —Ethan, esta es mi madre, ¡Tânia!

—¡Encantado de conocerla, señora Tânia!

—¡Pero qué guapo! ¡Mira el tamaño de esa mano!

Ambos se ríen.

—Lívia, ven aquí, lejos de ese artefacto traductor...

—Hola...

—Si la leyenda es cierta, el hombre que tiene las manos y pies grandes, puede tener otras cosas grandes también...

—¡Mamá!

—¡Es una broma! ¡Ve a disfrutar de tu gringo guapo!

La pareja se sienta en una de las mesas y pide el almuerzo, acompañado de un jugo de frutas de temporada.

Desde la playa, Lívia lo lleva al Jardín Botánico y a Santa Teresa, y él se enamora del barrio bohemio. De regreso a la playa, los dos se besan dentro del agua. Con el traductor lejos, se limitan a hablar con la mirada, y eso les permite conocerse aún más íntimamente.

Viene el atardecer, él publica una foto de los dos en el mar.

"El sol, el mar y el amor de mi vida!"

Salen del agua y Ethan recibe una llamada de su hermana, que está junto con su cuñado; ambos vieron la foto en las redes sociales del jugador.

📲¡Eh! ¡Estás de luna de miel y ni das señales de vida! ¡Mira a James, sin camisa en la playa!

📲¡No hemos dejado de recibir llamadas de periodistas queriendo saber más sobre la mujer que atrapó al nuevo astro de la NBA! ¡Tu madre está alborotada aquí!

📲¡Amor! ¡La chica puede escuchar! ¿Dónde está mi futura cuñada?

📲¡Está aquí, a mi lado!

Él la jala más hacia cerca.

📲¡Esta es mi hermana Megan, mi cuñado James, su hijo, mi sobrino Max!

📲¡Hola! —dice Lívia tímidamente.

📲¡Hola, Lívia! ¡Cuida bien de mi hermano, ¿vale?

Ella no entiende y él activa el traductor en su aparato.

—Ella te pidió que me cuides.

—Dígale que la estoy tratando como se merece, ¡como el príncipe que eres!

Antes de hablar con su hermana, la besa nuevamente.

📲¡Ah, ustedes son hermosos! ¡Dos adorables! ¡Espero que ella venga pronto para que nos conozcamos!

📲¡Disfruta, amigo! ¡Te lo mereces, cuñado!

📲¡Estoy disfrutando y ella vendrá pronto a L.A., eso pueden tenerlo por seguro!

Con la noche cayendo, Lívia piensa en recoger su bolsa en el hotel y marcharse.

—¡No! ¡Quédate conmigo esta noche! Si eso no es un problema...

—No sé si debería...

—¿Qué te impide? Dijiste que había algo que tenías que contarme.

—Eso no es lo que me impide.

—Entonces, ¿qué es?

—¿Y si no regresas? ¿Y si no estamos juntos?

—Lívia... me enamoré de ti en esa tribuna, te busqué como un loco, volví corriendo a Río solo para verte, conocí a tu madre, tú conociste a mi hermana... ¡esto es de verdad! ¡Te amo!

Ella lo abraza fuerte y él le acaricia el cabello.

—Voy a avisar a mi madre.

Tânia parece já ter adivinhado lo que su hija iba a decir.

—Puedes ir, hija, ¡solo ten juicio! Si es posible...

Las dos se abrazan, Ethan se despide de la futura suegra y los dos se van.

—Ahora mi hija va a ser feliz, ¡Messias! ¡Estoy segura!

—Él parece ser un buen chico.

—Sí... tiene algo bueno, se puede sentir un aire ligero, bueno... diferente de ese mocoso de André.

—¿Qué va a hacer si descubre esta relación?

—Ethan vive en Estados Unidos, bastante lejos.

—¡Pero puede hacer algo contra ustedes!

—Quizás sea el momento de que dejemos el Vidigal...

—También podrías pensar en casarte de nuevo...

—¿Qué quieres decir con eso?

—¡Vamos, Tânia! ¿Nunca has notado que estoy loco por ti?

—¡Ah! No seas absurdo, eres mi amigo de años, ¡mi jefe!

—¡Y puedo ser tu esposo y tú la jefa de este lugar! ¿Me das una oportunidad, Tânia? Quiero demostrarte que no todos los hombres son canallas como tu exmarido.

Ella se queda sin reacción.

—¿Aceptas salir conmigo mañana? Te doy el día libre, ¿vamos a ese pagode en Madureira del que todos hablan? Habrá una feijoada...

—¿Feijoada, eh?

—¡Sí! ¿Y entonces?

—¡Está bien! Pero voy por la feijoada y el pagode.

Él ríe.

—¡Ya es un comienzo!

En el hotel, Lívia toma un baño, se cambia de ropa y espera a Ethan en la terraza. En ese momento, llama a Duda.

📲Entonces, ¡esta noche se arma!

📲No sé...

📲¿Cómo que no sabes? Ustedes dos solos, intercambiando besos bajo la cobija y se va a quedar solo en eso.

Ethan, saliendo de la ducha, la encuentra hablando con Duda por videollamada y se acerca.

📲¡Hola, Ethan!

📲¡Hola, Duda!

📲 ¡Dile que te cuide bien!

📲¡Él lo entiende, el traductor no para de trabajar! —ella ríe.

Tan pronto como cuelgan, la pareja, aún un poco incómoda, se sienta en la cama y Ethan le pide que le cuente qué la atormenta y la hace vacilar.

—Cometí un error en el pasado, salí con quien no debía salir. En realidad, fui prometida.

—¿Algún hombre comprometido?

—No, un chico de nuestra edad, me engañó, decía que tenía planes y sueños como cualquier joven, pero cuando estábamos organizando la boda, descubrí que era un traficante, un delincuente y asumió el control del narcotráfico en la favela donde vivo.

—Lo siento mucho, debió ser una gran decepción para ti.

—Y lo fue, pero el problema es que él me atormenta hasta hoy, no acepta el final de nuestra relación. Después de él, salí con otro chico que un día simplemente desapareció.

—¿Cómo que desapareció?

—No me gusta ni hablar de eso... pero probablemente Dé lo mató.

—¡Oh Dios mío! ¡Ese tipo debería estar preso!

—Lo sé, y por eso tengo tanto miedo por ti y por mi familia, no sé de qué es capaz si se entera de nosotros dos.

—No te preocupes por mí, vivo lejos y en cuanto a ti y tu familia, puedo sacarlos de allí.

—Ethan, no puedo aceptar algo así, ¡por el amor de Dios! Me dejas hasta avergonzada...

—Lo siento, no era esa mi intención. Pero no puedo aceptar que seas rehén de este sujeto. Ahora eres mi novia y cuidaré de ti, ¡Lívia! También cuidaré de tu familia, porque tu familia ahora es mía.

Los dos se besan suavemente, y la intensidad va en aumento, y cuando se dio cuenta, Lívia estaba acostada en la cama, Ethan estaba sobre ella. El beso se hizo más profundo y las manos recorrían los cuerpos de forma más ágil en busca de dar placer y recibir placer. Ella lo ayuda a quitarse la camiseta y él hace lo mismo; con el torso desnudo, él desliza los labios por su cuello hasta llegar a sus senos y allí, usa la lengua para succionarlos, lamberlos y darle placer a su amada. Lívia suspira y agarra con fuerza el cabello rubio de él, que baja más y le besa el abdomen. Llegando a su intimidad, él quita la tanga con delicadeza, abre sus piernas y huele como si sintiera el aroma de una delicada flor y con la boca la saborea; coloca la lengua en su hendidura, succionando el clítoris con sus labios, haciéndola tener pequeños espasmos. Lívia retuerce las piernas y estira los pies, era una sensación intensa y Ethan no paraba de darle placer hasta que ella, finalmente, llega al orgasmo, gemando alto y elevando el cuerpo de la cama.

A continuación, él sube, la besa más y la penetra delicadamente, arrancando más suspiros. Ethan comienza a moverse despacio, pero el placer se vuelve más intenso y él acelera su ritmo; ambos van juntos a la misma velocidad, con la misma intensidad. De repente, él la gira y la coloca sobre él, Lívia cabalga encima de él, apoyando los brazos hacia atrás sobre sus rodillas. Él utiliza sus enormes manos para sostener los delicados pechos de ella y en ese ritmo, casi como en un trance, ambos llegan juntos al orgasmo. Lívia se recuesta sobre él, quien la abraza con fuerza, la llena de besos y la hace anidar en sus brazos.

— Voy a comenzar la temporada de la NBA pronto y no podré ir a Brasil tan pronto, pero quiero que vengas a Estados Unidos lo más rápido posible.

— Conseguir una visa de turista es difícil, tarda algunos meses y no sé si voy a poder pasar la entrevista; no tengo ingresos, no tengo un empleo fijo, probablemente pensarán que voy a inmigrar de forma ilegal.

— Entonces entrarás con la visa K1.

— ¿Esa no es la visa para...?

— Novios. Esta visa es más demorada, pero puedo conseguirla para ti con más facilidad, contrato buenos abogados y eso se agiliza. Soy una estrella de la NBA, Lívia, la inmigración nunca cuestionaría el hecho de que estoy llevando a mi novia a Estados Unidos.

— Pero no hay esa historia de tener 90 días para casarse, ¡eso será un problema para mí!

— Creo que podemos organizar una boda en 90 días...

— ¿Qué estás diciendo? ¡Ayer me pediste que saliéramos!

— Y hoy te estoy pidiendo que te cases conmigo. Cuando las cosas tienen que ser, Lívia, simplemente son; no importa el tiempo, no importa el idioma, la nacionalidad, la profesión... Cuando el amor ocurre, nada lo detiene y te amo, y lo que sucedió aquí, ahora, solo refuerza aún más lo que ya sabía desde el día en que te vi en esa cancha, ¡que tú eres la mujer de mi vida!

Lívia se llena de lágrimas, eso la tomó por sorpresa y su corazón se acelera; puede sentir el amor de Ethan y también siente rebosar en su pecho el mismo sentimiento. Se abrazan y se besan, y comienzan a amarse nuevamente bajo las sábanas.