UNA NUEVA OPORTUNIDAD

DAINIS: ¡sabes! voy a venir a esta empresa más seguido, los que no van a poner más un pie son ustedes, ¿Ever nunca te dijo que esta empresa es de mi padre? Y por lo tanto va a ser mía, el no tiene nada aquí, pero el padre si tiene un 20% que no es nada; Ever ya sabes que hacer.

Dainis salió de la oficina, la mujer miró a Ever y este le dijo que todo era cierto, ella no podia creer, estaba segura que con el iba a tener todos los lujos con los que habia soñado. Dainis llegó hasta la secretaria y le agradeció por lo que había hecho, la secretaria le dijo que justo y necesario.

Dainis salió de la empresa, se fue en su auto sin rumbo fijo porque quería alejarse de todo, a lo lejos vio un parque natural y decidió llegar, bajo de su auto y camino hasta llegar encontrar una banca para sentarse, cuando lo hizo sintió que algo en su pecho se quebró, las lágrimas corrieron libres por sus mejillas y algunos gemidos lastimeros salieron desde su alma, Dainis se sentía frustrada y con mucha rabia, en su mente revivía lo que había escuchado y retumbaba en su oído una y otra vez, le llegaba la escena de como tenia sexo con la mujer.

Ella intentaba calmarse pero no podía, se dio cuenta que lo mejor era dejar salir todo, le dolía mucho por todo lo que estaba pasando, quería desahogarse sola, no quería que su padre o su amiga la vieran destrosada por un hombre que no valía la pena, ella misma lo sabía, pero su dolor y su llanto era por ella, por no darse cuenta de todo desde un principio, sabía que no iba a ser fácil reponerse, pero lo tenía que hacer por su bien.

Dainis hacia siempre el intento de calmarse, intentó respirar profundo, pero no lo conseguía; sus manos temblaban, cerca de ella no había ninguna persona y por lo tanto eso le facilitaba más su desahogo, quería quedarse en ese lugar porque no quería estar encerrada entre cuatro paredes.

Dainis se reprochaba por ser una estúpida, porque había estado haciendo el papel de idiota por mucho tiempo, acomodando su vida a las exigencias de Ever, ella dio un suspiro profundo y dijo en voz alta.

DAINIS: ¡Qué idiotas las mujeres que cambiamos nuestras vidas a fin de satisfacer a los demás! para luego no valorar lo que uno hace.

Tenía la boca seca, le dolía la cabeza y todo le daba vueltas, el pecho le dolía, nunca quiso sufrir tanto, tampoco se lo merecia, sentia como si alguien hubiese estrujado su corazón.

Ella continuó llorando, una mujer de 40 años pasaba en ese momento y se dio cuenta en el estado que se encontraba Dainis, la mujer se acercó y dijo:

— ¿ Qué tienes, te hicieron algo?

Dainis llorando miró a la mujer y comenzó a llorar nas fuerte, la mujer se acercó más y la abrazó diciendo.

— llora mi reina, saca lo que te hace daño.

Dainis sintió un alivio con las palabras y el abrazo reconfortante que aquella mujer extraña le daba, después de varios minutos llorando en los brazos de la mujer se reconpuso, miró a la persona y sintió paz, le sonrió y dijo.

DAINIS: mi matrimonio, el que yo creí que era perfecto, se derrumbado ante mis ojos, el hombre que había elegido amar hasta el final de mis días, me engaño, nunca me amo, solo estaba conmigo por dinero.

— Desafotunadamente existe ese tipo de personas, pero tienes que ser fuerte, ¿ cómo es tu nombre?

DAINIS: soy... Dainis

— Mucho gusto Dainis, soy Maricela Romero

 Dainis se dio cuenta quien era la mujer cuando mencionó nombre y apellido, era una de los dueños de la mejor empresa de perfumería en el país, nunca se ha sabido quien era el otro dueño. Manivela le preguntó si podía llamar algún familiar para que la llevara a casa, ella no sabía que estaba frente a la hija de Felipe Sandoval, Dainis negó porque no quería ver a nadie ni dar explicaciones de nada.

MSICELA: Pueden estar preocupados por ti, llama y avisa que estás bien.

DAINIS: nadie sabe que estoy asi, bueno, estaba, porque tenía que desahogarme, sacar lo hace tiempo tenía guardado.

MARICELA: Ok, ya entendí, mira te dejo mi número para cuando necesites una amiga mayor jajaja porque te llevo ventaja en años.

DAINIS: ja ja ja ja la edad es solo un número.

MARICELA: ¿Te vas a quedar aquí?

DAINIS: No quiero ir a casa, quiero estar en un lugar tranquilo para relajarme un poco, creo que aquí estoy bien.

MARICELA: si deseas te puedes ir conmigo, tengo una casa de campo a una hora de aquí.

DAINIS: ¿de verdad? claro que voy, solo le voy avisar a mi papá y a mi amiga.

Efectivamente ella le informó a su padre para donde iba y con quien, Felipe siempre había admirado a Maricela por su perseverancia y entrega en su empresa.

Después de una hora llegaron a su destino, Dainis quedó atónita por el hermoso lugar, al bajarse del auto respiro aire puro, cerró sus ojos y sintió paz.

Maricela se dio cuenta de la seguridad que ke brindaba el lugar a Dainis, se acercó a ella y le dijo.

MARICELA: puedes quedarte el tiempo que quieras, ah... se me olvido decirte que vivo aquí con mi sobrino, es mi único familiar y dueño de la empresa, vivimos aquí porque nos gusta la tranquilidad.

DAINIS: Entiendo.

Las dos mujeres entraron a la casa y fueron recibidas por una empleada, Maricela le pidió a la mujer llevar a Dainis a una habitación, después la misma Maricela le llevó varias prendas de ropa para que tuviera cambio durante su estadía, eran conjuntos deportivos.

A las 7 de la noche estaba Maricela en el comedor junto a su sobrino esperando a Dainis para cenar, al llegar ella se impresionó con el hermoso hombre que la miraba con una ceja arqueada y uno sonrisa de burla, Dainis lo fulminó con la mira y se sentó junto a Maricela, ella los presentó, el sobrino era Daifer Romero, el sonrió nuevamente y dijo.

DAIFER: pensé que eras la hermana gemela de mi tía.

MARICELA: ¡Daifer por favor!

DAIFER: ja ja ja ja lo digo por su ropa.

DAINIS: ja ja ja ja que chistoso.

Maricela se dio cuenta que los jóvenes al parecer no iba a tener buen trato, pero estaba segura que con paso de los días podían ser muy cercanos.