Gia Giordani es hija del general de las Fuerzas especiales de defensa Mundial, esta es una organización paralela a varios ejércitos unidos, que se encargan de misiones encubiertas y clasificadas, existen varias sedes de estas élites, las cuales se encuentran en varios lugares del mundo.
Gia es la única mujer y la menor de cuatro hermanos, todos pertenecientes a la elite con diferentes rangos, mientras ella solo es la princesa de la casa.
La joven ha estado enamorada desde siempre del hijo del general de división de la elite, el capitán Tomás Decker aunque este no quiere nada con ella, la ve como una Barbie sin cerebro.
El capitán Decker humilla frente a todos a la joven y ella tomará la decisión de cambiar su vida, ya que por aquellas palabras piensa que todos la ven como alguien inútil y sin cerebro.
Podrá esta joven demostrarle a un mundo machista que, si puede, podrá olvidar a este hombre tan ingrato.
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Combates
El lugar era un salón muy grande con un cuadrilátero en medio, alrededor nadie más, solo la capitana Rivers, el capitán Johnson y otro capitán más al que no conocía.
No había nadie más, nada de audiencia, solo ellos.
Hoy no solo era el día que la joven pasaría o no las pruebas, Este día era importante porque dejaba de ser una niña, Gia Giordani Montgomery estaba cumpliendo dieciocho años hoy y recibiría golpes por eso.
Los combates dieron inicio y los dos primeros contrincantes subieron al ring.
La joven observó cada movimiento estaba atenta, ella solo se concentraba en mirar y absorber información era excelente en ese aspecto.
Dos sujetos peleaban por un puesto en la Élite, uno era alto y fornido ruso, sin duda, sus facciones y cabello rubios lo delatarán, aparte del acento, la joven no hablaba con nadie porque según no los entendía, pero eso era una gran mentira.
Gis sabía varios idiomas y entendía a cada uno de ellos, varía veces escuchó en lo que parecía un saludo, el que cuánto desearían tenerla arrodillada entre sus piernas y muchas cosas más, ella solo sonreía como si no entendía nada y ellos morían de risa.
El otro contrincante era un moreno claro como de metro ochenta y muy corpulento, ambos luchaban sin parar, pero el Ganador fue el moreno claro.
La siguiente pareja era un africano de piel muy oscura y ojos de color azabache, su cabello grueso y con un corte muy bajo, este era realmente gigante y su piel oscura brillaba con el sudor.
El oponente de este era un Alemán de ojos verdes, piel clara como la nieve y cabello castaño, era alto, pero no tanto como el africano, este hombre era un niño bonito comparado con la máquina de destrucción frente a él, pero no todo es la fuerza, debes ser ágil y rápido y eso fue la clave para que el africano cayera tendido en la lona, era muy fuerte, pero también muy sobrado y lento, se confió y pereció.
Los próximos fueron un japonés y un italiano, el italiano era de piel clara y ojos azules, tenía buen cuerpo y buen aspecto, pero era otro arrogante más.
El coreano era medio un metro ochenta o un poco menos, piel clara, cabello oscuro, ojos alargados y un cuerpo con mucho músculo, pero no tanto volumen como el del italiano.
Una vez más la agilidad ganó, el coreano comenzó con golpes certeros y rápidos, atacaba por todas partes y se movía mucho, casi se podía decir que danzaba, el italiano era fuerte, pero no le seguía el ritmo al habilidoso coreano.
Las veces que el italiano golpeaba lo hacía muy fuerte y derribaba al coreano, pero solo logró tocarlo dos veces.
El coreano acabó con el italiano y ya solo quedaban dos parejas, la siguiente fue un inglés y qué hombre para guapo, la joven se sonrojó solo de verlo, pero la joven disimuló bien aquello.
El hombre era un Adonis, sus facciones parecían talladas, el cuerpo era como fabricado por un artista, su cabello oscuro y unos ojos color verde claro parecía de mentira.
Su oponente era árabe, también alto y de piel pálida, ojos azules y cabello azabache, era fuerte, pero no era tan atractivo como el otro.
La lucha comenzó y ambos lanzaban golpes certeros, era como ver una lucha de Titanes, se podía sentir la testosterona en el aire, ambos querían ganar y hacía todo para lograrlo.
El inglés fue derribado, pero de inmediato con una llave inmovilizó a su adversario y continuó golpeándolo una y otra vez, este fue alejado con un movimiento del árabe y la pelea continuo.
La cara de ambos estaba hecha añicos, al parecer se tenían rabia porque parecía que se querían matar.
El inglés tomo ventaja y arrinconó a su oponente dándole golpe tras golpe, era una bestia desatada, era sexy verlo así, pero también daba miedo la mirada asesina de aquel inglés.
El árabe cayó tendido y el fornido y sexy demente inglés fue el ganador.
“Dios mío, gracias porque él no fue mi oponente” pensó la joven al ver aquella masacre.
La siguiente era ella, por Dios, ella estaba muy nerviosa, el sujeto frente a ella era Francés, una bestia en su máxima expresión, alto como de un metro ochenta y algo, fuerte como sansón, hermoso, eso sí, pero era quien tal vez acabaría con ella.
La pelea comenzó y su adversario atacó primero y la golpeó varias veces en las costillas, el hombre tenía una sonrisa enorme en su rostro, esta era una pelea fácil y era que la joven como siempre quería estudiarlo y para eso debía recibir algunos golpes primero.
Gia ya tenía el cuerpo adolorido y un golpe conecto en su cara, pero fue el único, el hombre era alto y ella llegaba a la altura de su pecho, la joven golpeó sus costillas y su estómago repetidamente y comenzó a moverse, cada tanto tiempo saltaba y le golpeaba la cara.
La joven tumbó al hombre barriendo sus pies con los de ella y le puso su rodilla en el cuello allí comenzó a golpearlo varias veces en la cara un golpe tras otro, el hombre ya no odia y la empujó lejos, el sujeto tosió y se acercó para patearla y de hecho lo hizo, Gia volvió a tumbarlo y una vez en el suelo vio la cara de Tomás en él y escucho aquellas palabras que la habían marcado.
La joven vio rojo, un golpe tras otro cayó en la cara del sujeto repetidamente, el hombre la empujó y ella se golpeó la cabeza y se levantó de nuevo para golpearlo otra vez, le daba golpes en la cara y costillas estaba como fuera de sí, ya aquel arrogante ya no se reía estaba furioso una mujer no iba a quitarle su puesto en la Élite.
Gia recibió otro golpe y quedó aturdida, la joven se acordó de su hermano y que quizás vería este video y se sentiría decepcionado, ella era rápida y ágil y lo usaría a su favor.
La joven corrió y siguió atacando esta vez con patadas, ese era su fuerte y lo había olvidado, una patada tras otra en las costillas, el estómago y en la cara, la joven ya estaba muy golpeada, tenía sangre en la boca y ojo morado, pero debía seguir.
Gia agarró impulso y lo pateó en la cara, dejándolo fuera de juego, ella se dobló y puso sus manos en las rodillas como si hubiese corrido un maratón y no era para menos, estaba agotada y exhausta, pero ese era el regalo perfecto.
Los cinco ganadores fueron llevados a otra sala donde le darían la bienvenida a la Élite.