Diana es una chica que fue criada en un orfanato, donde al cumplir la mayoría de edad debe emprender su camino. Mientras tanto fue ocultada del sacerdote del orfanato por una monja, ya que aún no era capaz de alzar el vuelo sola. Veremos qué le dejará el futuro a la joven Diana
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Capítulo 8
Diana despertó temprano, arregló la cama, se alistó para ir a ver al sacerdote Alexander. Eligió con sumo cuidado su vestimenta no quería hacer nada que hiciera dudar al sacerdote de dejarla allí, sabía que su conducta debía ser perfecta y ser ejemplo para los pequeños que convivían en el lugar.
Optó por una saya larga hasta los tobillos y una blusa sobre lo ancho de hilo, metida por dentro, con unas balerinas negras. Lucia, preciosas, no necesitaba de usar ropa ajustada para llamar la atención y realzar su belleza. Esto le daba un aire misterio, capaz de hacer girar a todo el que la viese pasar.
La hermana sol Inés la esperaba para darle su bendición, ella estaba muy orgullosa de Diana, para ella era la hija que nunca tuvo. Ambas se despidieron y Diana fue hasta donde estaba Alexander, el sacerdote. Ya estaba sudorosa de los nervios cuando llegó a donde él estaba, tocó la puerta.
- Adelante, dijo él.
Ella siguió su orden, con una mano tomó la puerta y la abrió mientras entraba.
- Su bendición padre, dijo ella haciendo una reverencia.
Él la miró de arriba hacia abajo, esta acción la puso más incómoda, ya que no sabía si se había vestido correctamente, pero él no estaba molesto, más bien fue una mirada de admiración. Seguidamente, el sacerdote le explicó el trato que había hecho con la hermana, le preguntó si estaba de acuerdo, él estaba al tanto de que trabajaba, así que podía hacerlo en las noches, después de comida. Diana aceptó y él le encomendó sus primeras labores.
Como Alexander había ingresado nuevo le pidió que organizara todos los documentos por años, calificara según su interior y los colocara en inestable vacío que había en el lugar, ya que donde se encontraba estaba un poco desordenado y en mal estado el inmueble, ella así lo hizo, comenzó su labor mientras que el sacerdote se marchó del lugar para que estuviesen cómoda, antes de irse volvió a mirarla de una manera extraña, como si admirara su belleza.
Diana ignoró esa actitud en el sacerdote, ya que por su cabeza no podía pasar la idea de que él pudiese pensar así, era un sacerdote, era guapo, pero sacerdote, él no estaba interesado en la carne, el pasaje de San Mateo 19:12, que reza "En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!".
Diana sabía que era imposible que él tuviera esas ideas, ya que los sacerdotes juraban. Los sacerdotes practican el celibato. Así no están divididos entre el amor a su esposa y el de Dios, ese es uno de los motivos de su actuar. También se basan en otros pasajes como Lucas 19:27-30 y Marcos 10:20-21, que subrayan la renuncia de posesiones y relaciones personales en favor del servicio religioso y la dedicación a Dios, siguiendo el ejemplo de Jesucristo.
Diana llevaba tantas horas inmersa en su función que casi había organizado todo el registro de bautizos, no había notado la presencia del sacerdote que la observaba en la entrada de la habitación. Al verlo Diana doy un salto de la impresión.
- Por hoy es suficiente, mañana nos vemos a las ocho de la noche. Dijo él.
- Está bien, termino estos y salgo, le contesto ella.
El sacerdote se despidió y se marchó del lugar, ella en cuanto terminó fue a su habitación, quería tomar un baño para disponerse a comer algo, eran las seis y du estómago ya le recordaba que era hora de cenar. Ya estaba lista, con un bello vestido verde, aunque conservador pero le quedaba de lujo cuando fueron a por ella, había un hombre en la entrada preguntando por ella.
Que quedarce con el sacerdote siempre algunos siempre les gana la tentación.
esta buena la novela