Hace años, Ilán le mintió a su exmarido, Damon, diciéndole que el bebé que había dado a luz había muerto. Lo hizo por la profunda decepción que sentía hacia él, quien lo había abandonado en el momento más vulnerable, cuando estaba a punto de dar a luz.
Ahora, Ilán se ve obligado a enfrentarse nuevamente a Damon, ya que su hijo/a necesita desesperadamente un donante de médula ósea.
¿Cómo reaccionará Damon al descubrir que su hijo/a sigue vivo y está gravemente enfermo debido a la enfermedad que padece?
—Cásate conmigo otra vez, Ilán —dijo Damon, su voz impregnada de autoridad, mientras las feromonas alfa llenaban la habitación, abrumando a Ilán con una mezcla de tensión y deseo reprimido.
—Acepto... —respondió Ilán, conteniendo la respuesta instintiva de su cuerpo al poder que emanaba Damon—, pero después de que quede embarazado y dé a luz, nos separaremos.
El aire cargado de feromonas hizo que la atmósfera se volviera insoportable, incrementando la tensión entre ambos...
NovelToon tiene autorización de Josh27 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
19
—¿Entonces, qué se supone que debo hacer, Zack?— preguntó Damon, exhalando con frustración después de desahogarse con su asistente personal. Su mente estaba enredada, luchando por encontrar una solución.
—Creo que deberías, señor…— Zack apenas pudo continuar su respuesta cuando el sonido abrupto de la puerta abriéndose capturó su atención.
—¡Sorpresa!— gritó Juan con una sonrisa amplia, irrumpiendo en la oficina sin previo aviso.
El omega corrió hacia Damon sin detenerse a notar la expresión de asombro y tensión en el rostro de su pareja. El aire comenzó a llenarse del aroma dulce y embriagador de las feromonas de Juan, haciendo que el alfa se sintiera aún más atrapado.
—¿Tú aquí?— Damon apenas pudo disimular su sorpresa. El corazón le latía con fuerza, y su mente se aceleraba al ver a Juan frente a él. El problema con Ilán aún no estaba resuelto, y ahora ese omega, con quien compartía noches apasionadas, había aparecido de repente, complicando las cosas aún más.
Juan, con una sonrisa traviesa, se acercó y selló los labios de Damon en un beso intenso. Las feromonas de omega que desprendía eran intoxicantes, envolviendo a Damon en una neblina de deseo incontrolable.
—¿Te gustó la sorpresa? Apuesto que estás contento de verme aquí— dijo Juan mientras se sentaba en el regazo de Damon, frotando su cuerpo de manera provocativa contra él. —Te extrañé muchísimo, mi amor— susurró, mientras su aroma seductor invadía por completo los sentidos de Damon.
El alfa sintió su cuerpo tensarse. Aunque estaba intentando mantener la compostura, las feromonas de Juan estaban logrando su efecto, encendiendo su instinto protector y posesivo. Sin embargo, la situación era mucho más complicada. Damon, incómodo, intentó apartar a Juan, pero el omega se negó a moverse. Al contrario, se apretó más contra él, provocando aún más.
—¡Oye!— Juan lanzó una mirada desafiante hacia Zack, que seguía de pie en la habitación. —¿Qué? ¿Quieres quedarte a ver cómo nos divertimos? ¡Fuera de aquí!— espetó con irritación. El ambiente se cargó de feromonas de dominancia, haciendo que Zack sintiera la presión del omega y de la incomodidad de la situación.
—Señor...— preguntó Zack, esperando la aprobación de Damon para retirarse.
Damon, con una mezcla de vergüenza y enojo, asintió.
Una vez que Zack salió de la habitación, Juan volvió a centrarse en Damon. Sus labios se acercaron a su oído, dejando una línea de besos tentadores.
—Vamos, cariño. Sigamos, no puedo esperar más...— susurró Juan con un tono cargado de deseo, sus manos empezando a desabotonar su propia camisa.
—¡No, Juan!— Damon lo empujó con más fuerza esta vez, rompiendo el beso y tratando de aclarar su mente nublada por el aroma. Su respiración era rápida, no por pasión, sino por la tensión que lo carcomía. —Vete a tu apartamento. Tengo mucho trabajo por hacer aún— mintió, intentando controlar la situación.
No quería discutir temas personales en su oficina, sobre todo conociendo lo temperamental que podía ser Juan. La situación podía explotar en cualquier momento si no la manejaba con cuidado.
Pero Juan, con una sonrisa desafiante, continuó. Se desabrochó un par de botones de su camisa, exhibiendo su pecho mientras se acercaba una vez más.
—¿Qué crees que estás haciendo?— Damon estaba atónito. El aroma de Juan, esa mezcla dulce y seductora, lo estaba volviendo loco, haciéndolo cuestionar su autocontrol.
Justo cuando Juan lo besó de nuevo, forzando el contacto, la puerta se abrió de golpe, interrumpiendo la escena.
—¡Papá…!— la pequeña voz de Gio resonó en la habitación, cortando la tensión en el aire.
Damon reaccionó de inmediato, empujando a Juan con brusquedad, haciendo que el omega cayera al suelo con sorpresa y furia en sus ojos.
—Ilán…— Damon apenas podía pronunciar su nombre. Su esposo estaba de pie en la puerta, con una expresión neutral, pero sus feromonas contenían una furia sutil que no podía ocultar. Detrás de él, Gio, su hijo, se escondía tímidamente.
—Lamento si te estamos interrumpiendo— dijo Ilán con una frialdad que hizo que el corazón de Damon se detuviera. Sus palabras eran corteses, pero el alfa podía sentir la tensión bajo la superficie. Las feromonas de Ilán estaban controladas, pero el ambiente entre ellos era espeso y tenso.
Ilán no estaba simplemente molesto por lo que había visto. Lo que realmente lo enfurecía era que Gio, su hijo, había presenciado aquella escena inapropiada. Y eso, para Ilán, era imperdonable.
—Será mejor que nos vayamos. Parece que estás… ocupado— dijo Ilán con frialdad, mientras levantaba a Gio en brazos, protegiéndolo de la atmósfera cargada de deseo y confusión que impregnaba la habitación.
—¡No, Ilán, por favor espera!— Damon se levantó rápidamente, con desesperación en la voz, queriendo alcanzar a su familia. Pero Juan, aún furioso y herido, lo agarró del brazo, deteniéndolo.
—No te vayas, Damon. ¿Por qué estás tan nervioso? ¿Quiénes son ellos?— preguntó Juan, con los ojos llenos de sospecha, observando a Ilán y a Gio. Algo en la cara de Ilán le resultaba vagamente familiar, pero no lograba ubicarlo en ese momento.
—Ellos son mi hijo... y mi esposo— respondió Damon con frialdad, apartando bruscamente la mano de Juan mientras salía corriendo tras Ilán.
El miedo le corroía por dentro. ¿Y si Ilán lo malinterpretaba? ¿Y si su esposo empezaba a odiarlo más de lo que ya lo hacía? Sabía que la culpa era completamente suya por no haber terminado su relación con Juan mucho antes de que esta situación se saliera de control.
—¡Damon!— gritó Juan furioso, viendo cómo el alfa lo dejaba atrás sin miramientos. El omega se quedó en el suelo, con las manos apretadas en puños, temblando de rabia. —¿Esposo e hijo?— murmuró con incredulidad y se enojó aún más cuando recordó la foto que Damon siempre llevaba. —Ilán... sí, Ilán— Apretó el puño de rabia.
...
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
...Juan...
...Omega...