Zaira es una joven que creció alejada de todo y todos, únicamente con la compañía de la mujer a la que considera su madre, pero a pesar de su aislamiento, Zaira siempre supo quién era y cuál era su propósito en la vida, y la joven está más que dispuesta a llevarlo a cabo.
Uniendo así su destino con los otros tres elegidos, Zaira deberá de derrotar al malvado dios Daotan, quién solo busca la destrucción del mundo, esta misión la llevara por un camino desconocido y lleno de peligros, un camino que no recorrerá sola, puesto que a su lado, lo quiera o no, estará un hombre que desde su nacimiento siempre supo que Zaira era su destino, y la ayudara aunque ella no lo desee.
Esta es la tercera historia de la tetralogía “Los 4 Guerreros de los Elementos”.
La primera historia es “El Guerrero de la Tierra”
Y la segunda historia es “La Guerrera del Aire”
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Capítulo 3
NARRADOR
Tras las palabras de la oráculo, había cosas que debían de cambiar, sobre todo para la familia Itsi y la familia real.
Al llegar a casa la duquesa le informo a su esposo lo ocurrido con la oráculo, puesto que ambos debían de tomar una decisión con respecto a quien sería el futuro heredero del ducado.
El ducado Itsi era el único de los ducados que tenía una duquesa y no un duque, puesto que a pesar de haberse casado, era ella quien tenía el título y no su esposo, algo que hizo historia en el reino del Agua, donde desde hacía muy poco, se les había permitido a las mujeres heredar un título.
La antigua reina del Agua, desde que había ascendido al trono, lucho por la igualdad entre hombres y mujeres, logrando, después de mucho tiempo, que las mujeres pudieron heredar el título de sus padres, pero a pesar de eso, eran muy pocos los nobles que heredaban su título a sus hijas, aun cuando estas eran sus primogénitas, en este caso preferían heredárselo al hijo varón de mayor edad, y en los casos donde eran hijas únicas, mejor buscaban un hombre de buena facial para casarlas, dándole al esposo el título y no a su hija, el antiguo duque Itsi, fue el primer noble de gran posición que le paso el título a su hija, algo que no fue muy bien visto al principio, por lo que Cary había luchado con uñas y dientes para demostrar ser digna del título de su padre, y con el tiempo sus esfuerzos fueron “recompensados” de una manera un tanto extraña.
Cary se casó con un el segundo hijo de un conde, del cual estaba enamorada, y al poco tiempo dio a luz a gemelos, pero lo que llamo la atención de todos, es que ambos habían nacido con la bendición de la gran Koi, y no solo el primogénito como suele ser, debido a este acontecimiento, Cary fue aceptada por completo como la nueva duquesa Itsi, a pesar de llevar varios años más desempeñado ese papel, y la duquesa sabía que el hecho de que su familia fuera la elegida para traer a la gran Koi, solo elevaría más su estatus.
- Malek ha demostrado ser alguien un tanto perezoso, y se nota que no desea heredar el título de duque, mientras que Maxwell ha demostrado ser muy diligente en sus estudios, si bien es un tanto problemático, ambos gemelos los son, así que no veo ningún problema en que nombres a Maxwell como tu heredero, como el padre de la gran Koi, siento que él debe de ser el próximo duque, más adelante podremos buscarles a Malek un matrimonio ventajoso, así nos aseguraremos de que tenga una buena vida – le dijo su esposo a Cary.
Cary reflexionaba las palabras de su esposo, y debía de admitir que su razonamiento era correcto, seguramente todos esperarían que Maxwell sea el siguiente duque, debido a las palabras de la oráculo, por lo que lo mejor sería nombrarlo a él el heredero y no a Malek, afortunadamente ambos habían nacido con la bendición de la gran Koi, por lo que no causaría problema alguno quien heredara el título, solo esperaba que esta decisión no generara conflicto alguno entre los hermanos.
Ese mismo día ambos padres se reunieron con sus hijos adolescentes y les comunicaron su decisión, decisión que aparentemente ambos chicos tomaron de buena manera, lo que causo gran alivio en la duquesa, quien sentía que se quitaba un peso de encima.
Mientras que en la mansión Itsi todo parecía estar bien, en el palacio real todo era muy distinto.
- Eres una completa inútil – gritaba la reina, quien golpeaba con una vara las manos de su hija.
La joven tenía la mejilla inflamada, debía a la cachetada que su madre le había dado nada más entrar, Jenna apretaba los labios para no lanzar ni un solo quejido de dolor, sabía que de hacerlo, su madre se enojaría aún más con ella.
- Te lo dije una y otra vez, debes de ser mejor que el estúpido de tu hermano, debes de superarlo en todo, solo así serás reina, pero al parecer no me escuchas, porque de haberme hecho caso, la oráculo te hubiera considerado a ti y no a ese bastardo – gritada la mujer sumamente molesta – vete, no quiero verte – le digo la reina a su hija, quien a pesar del dolor que sentía en sus manos, tomo su vestido y haciendo una perfecta reverencia, salió de aquella horrible habitación.
El matrimonio entre los monarcas del agua, había sido por todo, menos por amor, la actual reina, era la segunda hija del duque Atemoc, Amaya, siempre deseo hacerse con el ducado, puesto que se considera mejor que todos sus hermanos, pero no fue así, a pesar de todo su esfuerzo, su padre nunca la considero, algo que molesto mucho a Amaya, a quien poco lo importaba no ser la primogénita, ella se creía superior, y nada podía hacerla cambiar de opinión.
Usando las influencias de su apellido, Amaya, se colocó como la mejor candidata a reina, tenía el apoyo de los nobles más influyentes del reino, y de los propios reyes, su ascenso era inevitable, pero entonces ella apareció, Kendra Nandá, hija de un simple Vizconde, quien con tan solo unos pocos encuentros logro enamorar a Beck, quien quedo encanto con la belleza y amabilidad de la joven, todo lo contrario a su prometida, por lo que decidió romper el compromiso para casarse con Kendra y esto era algo que Amaya no permitiría.
Amaya una vez más uso todas sus influencias para que se le presionara a Beck para casarse con ella, cosa que funciono la perfección, puesto que por mucho que Beck amara a Kendra, no tenía la fuerza ni la determinación suficiente para pelear por ella.
Pero las cosas hechas mal, nunca terminan bien, el tiempo paso, y el matrimonio no había sido consumado, algo que presionaba constantemente a Amaya, quien sabía que su puesto estaba en riesgo sin la llegada de un heredero.
Por su parte el rey aún no olvidaba a su amada, y un día, sin siquiera esperárselo se reencontró con Kendra, quien aún no se había casado, por lo que no dudo en ningún segundo en pedirle ser su concubina, algo que la joven acepto sin dudar, puesto que ella amaba al rey y se conformaba con solo estar a su lado
A pesar de su plan para convertir a Kendra en su concubina, Beck no podía hacerlo sin la aprobación de Amaya, debido a las leyes para fomentar la igualdad de la antigua reina, un hombre no podía tener concubinas, a menos que su esposa las aceptara, esta fue la manera que encontró la anterior reina para evitar que las esposas legales sean maltratadas por las concubinas de su esposo, que muchas veces eran más favorecidas, al principio quería abolir el sistema de concubinas, pero al no poder lograrlo, opto por esta opción.
Con total descaro, Beck busco a Amaya para que esta diera su autorización, puesto que en su cerrada mente, la mujer aceptaría sin rechistar, obviamente Amaya se negó por varios días, pero la reina al ver la desesperación de su esposo por traer a esa mujer al palacio, decidió usarlo a su favor, a Amaya no le hacía mucha gracia tener a esa mujer cerca, pero sabía que Beck era un estúpido sentimental, y cumpliría con lo que sea que ella le pidiera, con tal de estar junto a la mujer que decía amar, así que a cambio de dar su permiso, Amara le pidió al rey consumar el matrimonio, para así asegurar su lugar como la reina.
Así Beck visitó a Amaya todas las noches por varias semanas, hasta que la reina queda embaraza, y una vez con el futuro heredero en el vientre, Amaya le dio luz verde a Beck, quien no dudo en ir por su amada para casarse.
El día de la boda, Amaya, para asegurarse que su hijo fuera el único heredero, le dio a Kendra un veneno para dejarla estéril, pero las cosas no salieron como ella lo había planeado.