Mi Querido Mafioso

Adam se alejó caminando hacia la puerta, se dirigía hacia una especie de sótano que había en la propiedad, la orden era llevar a los dos hombres allí, ese lugar servía de interrogatorio y con el enfado que tenía, aquello sería más una tortura, que un interrogatorio, era raro ver a Adam con un enfado así, y los dos ya sabían lo que se les venía encima.

 Otro que estaba enfadado en ese momento era Oliver, al no recibir noticias de los dos hombres que envió primero, envió más hombres tras ellos y cuando recibió la información de que la casa de Samantha estaba llena de guardias de seguridad de Adam, se enfadó muchísimo.

 - Ese bastardo, no me impedirá ponerle las manos encima a esa mujer, Samantha será mía, cueste lo que cueste - habló tirando una pantalla de lámpara a la pared.

 Sabrina estaba escondida y escuchó todo, aún no sabía quién era la Samantha de la que hablaba Oliver, necesitaba entender de qué se trataba, pero ya sabía que tenía que averiguar quién era esa mujer.

 Samantha siguió a Sophia hasta su habitación, después de entrar se aseguró de presentarse formalmente.

 - Soy Samantha, mucho gusto -habló extendiendo su mano.

 - Un placer Samantha, yo soy Sophia y ya sé quién eres.

 Samantha levantó una ceja y preguntó -¿Ya lo sabes? ¿Cómo lo sabes?

 - Sé que eres la mujer que ayudó a salvar a mi hermano y te agradezco de todo corazón que no llamaras a la policía, también sé quién eres, porque Adam no para de hablar de tu nombre -habló regalándole una sonrisa.

 - Espero que hayas hablado bien.

 - Dadas las circunstancias en las que sucedió todo, diría que incluso demasiado bien, observaré algunas cosas para no ser injusta en mis palabras, pero sospecho que ni siquiera él se dio cuenta de lo que siente por ti.

 Samantha pensó que lo mejor era cambiar de tema, toda esa charla que escuchó durante esa noche sobre lo que él sentía por ella podría terminar haciéndola pensar demasiado en ello, ya que Adam ni siquiera la miró directamente a los ojos cuando llegó, debían estar equivocados, todo era pura gratitud, pensó.

 - ¿Son solo ustedes dos hermanos? - preguntó, cambiando de tema.

 - No, aún queda Andrés, debe estar en algún bar a estas horas, no para quieto, espero que encuentre a alguien que le haga callar, independientemente del sexo.

- ¿Acaso no le importa el género?

 - A decir verdad no, pero para los machistas de la organización sí importa, a pesar de todo, sé que mi hermano es una buena persona y cuando encuentra a alguien que sacuda sus estructuras, realmente puede hacer feliz a esa persona.

 Después de oír hablar a Sophia, no supo por qué, pero su pensamiento fue directo a Peter, su amigo también necesitaba a alguien que hiciera tambalear sus estructuras. Sophia sacó algunas cosas de su armario y se las entregó.

 - Bueno, yo no tengo tantas curvas como tú, pero creo que todo esto de aquí te servirá, hay ropa interior nueva y un camisón también, un vestido que estoy segura te quedará muy bien, el cepillo de dientes nuevo, lo encontrarás en el cajón del baño de tu habitación y los artículos de aseo también están ahí, te llevaré a tu habitación, cuando venga el doctor, lo llevaré a que te vea.

 Sophia tomó todas las cosas y salió de su habitación, dirigiéndose a la habitación que sería de Samantha, al entrar se sorprendió de su tamaño, era casi del tamaño de la habitación de Sophia, la decoración era luminosa y muy acogedora.

 - Espero que te guste la habitación, el baño está después del armario, si necesitas algo puedes llamarme - dijo Sophia y salió de la habitación.

 Dejó todas las cosas sobre la cama, Samantha pasó la mano por encima, viendo lo suave que era la colcha y lo cómoda que era la cama, se dirigió hacia el baño observando lo elegante y bonito que era todo, había una bañera enorme y una ducha separada con una ducha enorme, definitivamente ese baño serían dos o más de los suyos.

 Samantha regresó a la cama tomando las cosas que Sophia le había prestado y se dirigió a la ducha, como habían dicho, pronto llegaría el doctor y ella ya debería estar bañada.

 Mientras Samantha disfrutaba de su baño, en un lugar de la casa que no tenía idea de que existía, el gemido de dolor de uno de los hombres que la había atacado resonó en la habitación.

 - Despiértalo - ordenó Adam.

 El hombre que había golpeado a Samantha se había desmayado de dolor y él le ordenó que lo despertara echándole agua, en cuanto despertó, Adam tomó un puñetazo inglés y un pequeño cuchillo que tenía sobre la mesa, se acercó nuevamente al hombre que antes estaba inconsciente, dándole otro puñetazo, sacándole más sangre.

 Ese puñetazo hizo que Adam sintiera su herida, puso su mano en ella, sintiendo el ardor en ese lugar, saco el nudillo de latón de su mano, tomando el pequeño cuchillo y clavándolo en el hombro de ese hombre, haciendo que otro grito de dolor resonara en el lugar.

- Por suerte para ti decidí enviarle una advertencia a Oliver\, de lo contrario ya estarías muerto\, dile que se aleje de Samantha o le pasará lo mismo - habló empujándolo con el pie.

 - Envíale esta basura a Oliver, dudo mucho que los deje con vida, deja a los hombres en casa de Samantha, parece ser muy obstinada y cuando le diga que se quede, querrá ir a su casa personalmente a buscar sus cosas, necesito estar seguro de que todo está a salvo antes de dejarla ir.

 Después de dar todas las instrucciones a Caio y Marcos, Adam subió a ducharse, tenía sangre en la ropa y no podía aparecer así delante de ella, entró en su habitación, por suerte sin ser visto por nadie, yendo directo a la ducha.

 Adam se quitó toda la ropa y se metió bajo la ducha, se apoyó en la pared sintiendo como el agua caía sobre su cuerpo, necesitaba calmarse y relajarse, no quería ir a verla igual que cuando llegó y la vio herida, verla así le molestaba más de lo que quería admitir, por no decir que le traía recuerdos desagradables de su pasado.

 Adam y sus hermanos vieron varias veces a su madre con moretones en el cuerpo y en la cara, su padre era un hombre agresivo, no solo con sus enemigos sino con ellos y con su madre, no bastaba con golpearla, su padre seguía llevando amantes a la casa y ella no tenía derecho a decir nada.

 Adam creció traumatizado por algunas cosas, tomó la decisión de que muchas de ellas fueran diferentes, porque vio el sufrimiento de su madre y por petición propia, por todo eso, Adam no golpeaba, ni violaba mujeres como la mayoría y no le gustaba ver a una mujer lastimada como lo estaba Samantha, no importaba que tan lejos tuviera que llegar, protegería a Samantha de todo y de todos.