Sebastián, un gran mercenario y mano derecha del hombre más temido del país, termina siendo asesinado por azares del destino o quizás por su propia voluntad. Por los daños causados a otras personas deberá redimirse para tener la oportunidad de reencarnar en el cuerpo de alguien más, para eso tendrá que vivir la vida de otra persona.
¿Podrá hacerlo?
¿Qué tan difícil será adaptarse a su nueva vida?
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Momentos
Cómo estaba oscureciendo, informó que saldrían al amanecer, por esa razón prepararon todas las cosas que necesitarían en su estadía con el archiduque, al final toda la gente de su padre, estaba emocionada por la mejoría de la emperatriz, pues eso daba la oportunidad a su señor de tener más poder, ya que él solo quería al heredero consigo.
—Sara, pase lo que pase mañana, tienes que quedarte con mis hijos, no los abandones, solo recuerda que yo preparé todo para que nada malo le ocurra a mis hijos, promételo—
Su expresión mostraba preocupación, pero también confiaba en aquella chica que no pasaba de los veinte años, La veía capaz de ayudarla con el cuidado de sus hijos, lo había presenciado y su intuición se lo decía.
—Majestad no debe dudar que así será, protegeré a los príncipes con mi vida si es necesario— volvió a afirmar
En el rostro de la chica se podía ver seguridad y firmeza, así que hizo estar solo un poco más tranquila a Alana.
Cuando todo estuvo listo, las dos se fueron a descansar y esperaron con algo de incertidumbre el amanecer, esperando que todo lo planeado, saliera como quería la emperatriz.
Durante la noche, Alana comenzó a tener sueños, aparecían imágenes en su mente sobre la vida de la antigua poseedora del cuerpo.
»¿Qué demonios significa esto?«
Se preguntaba, pues las imágenes mostradas eran de una mujer totalmente diferente a la Alana que había visto en sus recuerdos, pero al final parecían ser la misma persona.
»No te sorprendas mucho, soy la otra mitad de Alana y por su culpa yo también morí, solo debía darme tiempo para poder completar los planes que tenía, pero fue bastante tonta«
La voz de una mujer prepotente y frívola se escuchaba, y es que era ella, Alana aunque parecías ser alguien diferente, otra persona en el mismo cuerpo.
»¿Eres hermana de Alana, su gemela de casualidad?« incrédula cuestionaba, ya que si se tratara de algo así, sería casi imposible diferenciar una de la otra
»Yo soy Alana, viví durante un año con ella. Mi deber era defenderla de los malos, pero la muy tonta nunca dejó de esperar que el maldito emperador la amara y nos dejó morir a las dos« se desahogaba
»Ya entiendo, ¿qué es lo que quieres de mi?« por motivos de intuición, sabía que no solo lo buscarían para hablar
»No puedo volver a ocupar el cuerpo donde el alma fue cambiada, por esa razón te pido que cuides a mi hija, ella es una mujer y correrá más peligro que nadie. No quisiera que fuera débil como mi otra parte, enséñale a ser fuerte y defenderse, además no dejes que nadie sepa sobre su verdadero origen, yo jamás amé a su padre, pero él a mí sí, no quisiera que sufriera por la estupidez de la Alana original« daba la sensación de que realmente se preocupaba por la pequeña bebé.
Algo que desconcertó a la Alana actual, fue el hecho de que dijo “mi hija” y jamás mencionó al príncipe. Cada palabra se unía a otra y una historia se iba formando.
»Ahora, necesito que me confirmes algo. ¿Tu y Alana son la misma persona?, la defendías en momentos malos o que ella no podía soportar, al decir que la princesa es tu hija y no mencionar al príncipe, debo suponer que él es hijo de tu otra parte, ¿cierto?«
Sus dudas ya habían sido aclaradas al ver la expresión en el rostro de su contraparte, pero no estaba demás escucharlo.
»Justo así, el príncipe es hijo de la original y la princesa es mía, entenderás con esto que los dos son hijos de padres diferentes y aunque en el mismo cuerpo, también de madres diferentes« corroboró lo dicho
»Cuidaré de ambos, lo prometo« afirmó y enseguida despertó.
—«Carajo, no me esperaba algo así. ¿Cómo puede ser posible que Alana sufriera de personalidad múltiple, además que los pequeños sean de padres diferentes. Eso solo lo había escuchado en estudios dados a conocer por universidades en mi mundo. Como sea, mis hijos no serán diferentes, los dos estarán bajo mi protección sin importar si son hombre o mujer»—
Aclarando su mente y pensamientos, al seguir sus planes iguales, tenía que descansar, así que se durmió.
Al llegar la mañana, los más interesados en salir del pequeño Palacio eran las personas que conformaban la comitiva, urgidos por demostrarle a su señor el buen desempeño que tuvieron con lo encomendado.
—Estamos listos, vamos— ordenó Alana, terminando de subir al carruaje principal, junto a los pequeños y Sara
Comenzaron a avanzar al archiducado Vorgues, que estaba a medio día de camino, las primeras horas fueron sin ningún inconveniente, sin embargo cuando ya había pasado algo de tiempo, los pequeños comenzaron a llorar, aprovechando esto, Alana pidió que se detuvieran para descansar un poco, pues si los bebés no se calmaban, incluso podrían enfermarse.
Al escuchar esto, claro que se preocuparon, uno de los bebés era el heredero, no podían ponerlo en peligro, por eso aceptaron la petición de Alana.
Bajaron del carruaje y los guardias armaron una tienda para que pudieran descansar las mujeres y los bebés, de esa manera también les daba un poco el aire fresco.
—Debemos irnos, un grupo de hombres se dirige a este lugar— gritó uno de los soldados que iban en la comitiva
—Pongan en resguardo al príncipe, es él quien no debe salir lastimado— exigió el líder
—¿Qué hay de la princesa y mi señora?— furiosa cuestionó Sara
—Ellas no son tan importantes, nuestra prioridad es el príncipe— aclaró uno de ellos y comenzó a dirigirse a dónde estaba Alana, para quitarle al bebé.
Sus planes fueron fallidos, ya que una flecha atravesó al soldado que intentaría quitarle el bebé a Alana.
—Escucha Sara, este es el momento del que te hablé, planee el secuestro de mis hijos, tendrás que ir con estás personas y cuidarlos por mí, iré pronto con ustedes. Cuídalos, te los encargo mucho— le susurró a la joven e hizo que se pusiera atrás de ella.
Pronto llegó el grupo de hombres que se dirigía a su ubicación, estaban enmascarados y todos vestían de negro, esto para que nadie supiera quién había sido el perpetrador.
Si no les gusta pasen a otra novela y no jordán a los demás y si tan incas son aún sus propias novelas 🤷 🙄