mi futuro marido se revolcaba con mi hermana. para evitar que ellos sean la vergüenza de la familia me tendieron una trampa drogandome y dejándome en la habitación con un desconocido.
5 años después la empresa de mis padres cae en bancarrota y me necesitan. pero vuelvo a mi casa con mi pequeña sorpresa.
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11
Franco llegó a la residencia Blass luego de una mañana de bastante ajetreo en el trabajo, pies la empresa que había heredado de sus padres también estaba cayendo en ruina. Al igual que la inútil de su esposa, había hecho toda la parte de contabilidad de manera desastrosa, por eso su plan era poder antes de que quebrara la empresa, abrir otra de cosmética con todas las recetas que había llegado a robar de la compañía de su mujer.
Buenos días, Angélica ¿alguna novedad en la casa?- le dijo al ama de llaves, quien lo miraba con asco como en el último tiempo.
Angélica llevaba al lado de los Blass más de 30 años, había casi criado a las hermanas cuando su mamá decidió reunirse con amigas durante horas, era quien las ayudaba con sus tareas o las cuidaba cuando enfermaba. Ella había sido testigo del enamoramiento de la pequeña Giselle y del dolor de su retiro obligado de la mansión, de hecho ella había decidido irse con la muchacha, pero su hijo había tenido un accidente con la moto y estaba en coma. Falleció un año después y a pesar de que intento buscar a Giselle, jamás pudo dar con ella, pues los propios padres no sabían nada y ahora luego de 5 años había escuchado de su regreso, pero tenía vergüenza de su actuar tiempo atrás. Luego vio como Franco y Florencia se casaban y ahí terminó de cerrarle todo, realmente ellos la habían engañado, mantenía el desagrado por aquellos dos traidores.
No se nada joven- le dijo y se retiró del lugar.
Vieja molesta y desagradable- pensó para sus adentros Franco era bastante consciente de que no le caía bien ahora que era esposo de Florencia.
tú- dijo Guillermo señalando a Franco - te quiero ya en mi despacho-
El mencionado se quedó estupefacto con el trato que había recibido, que mierda había podido pasar en las 4 horas que había estado afuera.
¿Quería verme, suegro?- le dijo entrando con la cabeza casi a gachas.
¿En qué mierda Pensabas cuando robaste las recetas de las cremas y de otros productos de mi empresa? ¿En serio creíste que no me enteraría?- le empezó a gritar.
¿Pero qué está ocurriendo aquí? ¿Por qué le hablas de esa manera a mi marido?- empezó a gritas Florencia quien justo pasaba por ahí y había escuchado todo.
Tu marido le pagó a mi investigador por recetas de mi compañía- decía Guillermo gritando, sus nervios le iban a terminar jugando en contra.
¿Esa zorra ya te vino con el cuento?- escupió Franco.
Mírame y dime que no es cierto- le decía Florencia agarrándolo de las solapas del saco.
Llevaste la empresa a la ruina y si aproveche mi oportunidad, si no era con Giselle, iba a ser contigo, por suerte te entregaste a mí antes que esa santurrona que prefería esperar a casarnos- sus palabras eran tan hirientes, pero no le importaba.
¿por qué? ¿Nunca me amaste?- Florencia cayó al piso de rodillas, llorando.
Guillermo había querido acercarse a darle una piña a Franco, pero desde hacía rato estaba sintiendo una punzada de dolor en su pecho.
¿Amarte? Solo fuiste una estúpida que prefirió traicionar a su propia sangre por un hombre ¿cómo puedo amar a alguien que no se ama ni a ella ni a su familia?- le dijo con desprecio.
Lastime a mi hermana por ti, fui capaz de herirlo de formas impensadas por ti- le replicaba entre lágrimas.
No querida, eso solamente lo hiciste porque eres una zorra- le dijo y pego media vuelta para irse de la mansión.
Pero ni bien cruzó la puerta se encontró del otro lado a Ingrasia que no podía creer todo lo que había escuchado, el sopapo no se hizo esperar, primero uno en su mejilla derecha y luego otro en su mejilla izquierda.
No te atrevas a volver a estar frente nuestro, ya no eres bienvenido en esta casa y si eres hombre en alguna puta célula de tu maldito cuerpo, aléjate de mis hijas- le dijo en tono serio.
¿Hijas? No me hagas reír Ingrasia, ustedes solo tienen una hija. Y tan malo no soy, deberías preguntarle a tu florcita, ¿cómo Giselle fue capaz de acostarse con otro hombre?- se retiró del lugar riéndose.
¿qué hiciste?- le dijo ingrasia a Florencia quien permanecía en el suelo aún llorando -¿qué mierda le hiciste a tu hermana?-
En el momento en que Florencia levantó la vista un ruido sordo se escucha en el lugar, Guillermo se había desmayado del dolor que sentía. La ambulancia tardó solamente 10 minutos en llegar y trasladarlo a la mejor clínica de la ciudad. En la sala de espera solamente se encontraba su esposa, ya que su hija, no había tenido el valor de ir con ellos.
Mientras tanto en la empresa Moon, la empresa había tan productiva que ya se podía empezar a hablar del nuevo lanzamiento de un rimel, no solo resistente al agua, sino también superextensivo y también de una crema antiage con perlas de oro para las arrugas en mujeres de más de 30 años. Giselle estaba supercontenta de poder sacar a la venta esos productos, ya que contaba con que se vendieran bien para empezar la producción de unas cremas especiales para gente diabética.
Todo iba perfecto hasta que la puerta de la oficina de Giselle se abrió de golpe y terminó golpeando en la pared.
Pedazo de zorra astuta, así que fuiste de chismosa con tu padre para contarle de mis robos- decía un Franco sacado.
¿Cómo ingresaste? Los de seguridad saben que no puedes pasar- le dice quedándose detrás del escritorio y con el brazo ubica a yuri, que justo estaba hablándole de su agenda, detrás de ella.
Nadie puede detenerme cuando me lo propongo y esta empresa de mierda caerá contigo o sin ti- dice arrojando al suelo un jarrón que decoraban la mesa ratona que había en la oficina.
Con velocidad Yuri había tocado el botón antipático que estaba en el escritorio para avisarle a la gente de seguridad que había problemas. Ellos no tardaron en llegar, por suerte porque Franco ya se había acercado con malas intenciones a Giselle.
Los de seguridad lo redujeron y le ataron las manos a su espalda para poder sacarlo del lugar.
Te vas a arrepentir de esto zorra. Voy a hacer que te arrepientas de haberte metido conmigo- le gritaba mientras intentaban subirlo al ascensor para sacarlo del edificio.
¿estás bien?- le pregunto Yuri mientras aún le temblaban las manos.
Claro que si, ahora quiero que te tomes el resto del día libre, sé que estás asustada- le dice mientras se sienta en el escritorio y suspira por todo lo sucedido.
No jefa, yo me quedo con usted- le dijo Yuri poniéndose de pie firmemente.
Justo cuando iban a tomarse un té para relajarse por el mal momento subido, suena el teléfono de Giselle.
Hable- dijo secamente, ya que no reconoció el número en la pantalla.
Hermana, papá está internado en terapia intensiva, se está muriendo- del otro lado de la línea una Florencia estaba desesperada por la situación.