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Capítulo 14
"¿Qué?, ¿no es mejor así?, tal vez finalmente pudo recapacitar"
"Solo quiero que me respondas", repitió Emmett por segunda vez.
"... No se nada de él, no lo he visto, siempre está deambulando por tu casa como un guardián, ¿cómo podría encontrarlo en otro lugar?", respondió Einar.
"No tienes ninguna responsabilidad sobre él, son solo todos estos años a su lado los que te hacen preocuparte por él, además, ¿qué podría pasarle?, es mejor que se haya ido, así podrás continuar con tu vida", dijo Einar.
Emmett llegó a su casa a preguntarle directamente sobre el paradero de Yeisan, entendía que tantos años juntos llegarían a afectar de alguna manera a Emmett, pero solo era eso, costumbre.
Aun así, era molesto verlo preocupado por alguien como Yeisan.
"¿Por qué no te quedas a cenar?", ofreció Einar.
"Debo irme", Emmett salió de la casa de Einar y volvió a su auto.
Condujo por varias calles de la ciudad, pero no encontró a Yeisan.
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Ya en el tercer día, no hubo noticias de Yeisan.
Como la fecha de su rut había llegado, Emmett se quedó en casa y tomó varios supresores para sobrellevarlo.
Se quedó encerrado dentro de su habitación recostado sobre la cama.
Cuando cayó dormido, soñó con el inmenso campo de rosas amarillas que había visto en el palacio, llevaba puesto la vieja armadura que le recordaba su pasado y caminaba por el campo de rosas buscando un objeto preciado.
Buscó todo el camino hasta atravesar el campo de rosas y al levantar la vista, se encontró con una hermosa aparición, ahí de pie observándolo, se encontraba el radiante príncipe del palacio mirándolo con esos hermosos ojos, ese hermoso par de ojos de tono violeta que parecían atravesar su alma.
No recordaba que había pensado en ese momento, todo en él parecía haberse detenido y solo pudo hacer una reverencia para ocultar su rostro.
Cuando trató de avanzar hacia el príncipe, una mano que lo sujetó de su vestimenta lo detuvo, volteó a ver al dueño de esa mano, y ahí estaba aquel omega de cabello color fuego que lo sujetaba con fuerza.
"... Lucien", pronunció en sus sueños.
Al oír ese nombre, la mano que trataba de acariciar el rostro del dormido alfa, se detuvo.
Un alfa dominante que atravesaba su rut, llamaba el nombre de otra persona.
Yeisan apartó su mano con cuidado y dejó la habitación.
"... Lo siento", dijo antes de salir.
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Esta vez, el rut de Emmett duró más tiempo, no lo sentía, pero Yeisan sabía que toda la casa estaba repleta de las feromonas del alfa, unas feromonas inestables.
Yeisan se quedó en el jardín junto con su jardín de rosas amarillas, debido al prolongado rut de Emmett, Einar llevó a la casa a un doctor para que pudiera atenderlo.
Aunque lo vio, Einar no se acercó a Yeisan, solo lo miraba con desprecio y dejaba la casa junto con el doctor.
Fue después de una semana y media que Emmett logró reincorporarse.
"Así que decidiste aparecer"
"Supongo que es una gran ventaja el poder desaparecer cuando se te plazca", enunció Emmett con burla, había buscado tanto a Yeisan y ahora este aparecía como si nada.
En lugar de responder, Yeisan caminó hacia Emmett y se sujetó suavemente de la manga de su camisa.
"... Emmett, hay algo que quiero pedirte, por favor"
Después de varios años, esta era la primera vez que Yeisan le pedía algo a Emmett otra vez.
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Cerca del jardín de rosas amarillas, dos pequeños cachorros blancos paseaban meneando la cola con alegría.
Al volver al bosque, luego de buscar afanosamente, Yeisan encontró un segundo cachorro blanco y lo llevó al veterinario.
Ambos cachorritos dormían juntos después de ser atendidos, viéndolos así de indefensos, Yeisan no podía dejarlos solos.
"¿Fue por esto que desapareciste?", preguntó Emmett observando a ambos canes.
"No podía dejarlos, gracias por traerlos", agradeció Yeisan.
Como la casa era espaciosa, Yeisan pensó que sería bueno que ambos cachorros vivieran en la casa, así que le pidió a Emmett ir hacia el veterinario para recogerlos, no creyó que el alfa aceptara, pero los trajo a casa sin decir nada.
Eran dos pequeños cachorros adorables, juguetones como todo cachorro e inteligentes.
Tofu y nieve.
Yeisan decidió nombrarlos así, sabía que crecerían y cuidarían la casa y a su dueño.
Los medicamentos que Emmett tomaba, habían aumentado en cantidad, era raro para un alfa dominante el tener que tomar varios medicamentos, razón por la cual, Einar odiaba mucho más a Yeisan.
"¿No te sientes mal por ser el culpable de su muerte otra vez?", preguntó kisho.
"Oh, y por si no lo sabías, tu esposo trajo a un joven omega a casa la otra vez que no estuviste presente", se burló.
Yeisan vigilaba a los dos cachorros mientras kisho lo atormentaba con sus palabras.
"Pero, ¿sabes algo?, Emmett añora a alguien más", dijo kisho.
"... Lucien", murmuró Yeisan, Emmett pronunciaba ese nombre algunas veces en sus sueños y cuando atravesaba su rut.
Viendo la tristeza de Yeisan, una gran sonrisa se formó en los labios de kisho.
"Tu esposo ya va casi por la mitad de su vida, ¿qué harás al respecto?, ¿continuarás con esto?", preguntó kisho.
Emmett era un alfa dominante que tomaba varios supresores para controlar su rut, con la intervención de Yeisan, no se acercaba a ningún omega para poder liberar sus feromonas de manera natural, algo que terminó por acortar su vida y solo le daba sesenta años de longevidad, un período demasiado corto para un alfa dominante.
Esta era ya su sexta vida y terminaría de la misma manera, una muerte solitaria con un fuerte desorden de feromonas.
"Creo que simplemente te gusta verlo sufrir", sonrió kisho.
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Dentro de la taza caliente de leche, no faltaba mucho para que el bombón de chocolate explotara dejando salir pequeños malvaviscos.
Algo que a Yeisan le gustaba de este mundo, eran esos bombones de chocolate, siempre esperaba hasta que se derritiera dentro de la taza de leche caliente y se lo llevaba a Emmett.
"Es una lástima que no puedas saborearlo", sonrió Emmett tomando un sorbo de la taza.
Yeisan se sentó en el sofá alejado de Emmett y preguntó después de unos minutos.
"¿Hay algo que quieras en especial?", preguntó con nervios, como la época navideña estaba cerca, no pudo evitar preguntar.
Esperaba oír la misma respuesta de siempre, no quiero nada de ti, pero no esperó oír la siguiente respuesta de Emmett.
"Una familia"
"Lo que quiero es tener todo lo que una persona normal y mortal desea, una cálida familia compuesta por una esposa e hijos, salir juntos de paseo, cenar juntos en un restaurante familiar, y cuando vayamos a dormir, sentir el cálido cuerpo de mi compañero"