Isabella Villareal se encuentra envuelta en una grave situación, solo ve una salida, necesita un arma para salvarse y cobrar lo que le han hecho, Alessandro Castillo es justamente lo que ella necesita, pero ¿acaso podrá ella utilizarlo a su antojo? ¿será él la arma que ella necesita o por el contrario una en su contra?
Descubramos que nos trae EL TRATO, ¿VENGANZA O AMOR?
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Capitulo 24
Mi niña, creo que tu guardia de seguridad se dio cuenta de tu ausencia. – Le informa a Isabella, la señora Carmen quien es la administradora de la cafetería.
- Está bien señora Carmen, era probable que pasara en algún momento, Rafael es muy bueno en su trabajo. – Responde Isabella, tranquilizando a la señora Carmen, que sabe que ahora ella estará en problemas, algo que no es desconocido para Isabella, pero como siempre encontrara alguna solución en el camino.
- ¿Estarás bien? – Sigue preocupada Carmen.
- Si no te preocupes, ahora me voy, lo mejor será que llegue temprano a casa. – Menciona Isabella, tiene una idea en mente que puede funcionar, para diluir un poco la situación.
- Muy bien.
Una vez en el vehículo, Isabella puede notar que Rafael está un poco nervioso y le esquiva la mirada, así que decide interpelar.
- Rafael, ¿pasa algo? – Cuestiona Isabella, aunque se imagina, quiere saber de una vez, que clase de persona es Rafael.
- Señora de antemano me disculpo, pero debo decirle que me di cuenta de su ausencia durante un largo rato en la cafetería, así que tuve que notificarla, es probable que el señor ya este enterado, como usted sabe mi deber es cuidar de usted y en caso de que algo pasara, era mi deber informar inmediatamente. – Explica con pesar Rafael, en este tiempo ha tomado mucho cariño por su jefa, pero no puede desobedecer ordenes, menos si estas pueden afectar la seguridad de la misma.
- Está bien Rafael, espero no haberte causado problemas con el señor, de todas formas, yo hablare con él. – Isabella está contenta con la respuesta de Rafael, parece que puede ser alguien confiable.
- No se preocupe por mi señora, espero que usted no tenga inconvenientes. – Sonríe Rafael al ver que su jefa no se enojó con él, se sentiría mal si ella se hubiera molestado por la situación. Pero parece que la señora es una mujer sensata y eso lo alegra mucho.
Isabella al llegar es recibida como siempre por Beto, quien está más que feliz de poder recibir a sus señores todos los días, pues desde que la señora vive en la casa, Alessandro llega todos los días.
- Señora bienvenida, llego temprano el día de hoy. – La saluda Beto.
- Hola Beto, así es, ¿sabes si la nana está en la cocina? – Pregunta Isabella, sorprendiendo a Beto.
- Si señora. – Responde Beto intrigado, viendo como ella se dirige a la cocina. ¿Quién sabe que estará planeando su señora?, piensa Beto entusiasmado, desde que ella llego, es como si hubiera vida en esa casa.
Por su lado, en la mansión Castillo, Irene solloza mientras Federico tristemente le dice que lo mejor es que busque a alguien que la ame, que Alessandro definitivamente no va a ceder.
- Abuelo Federico, no nos podemos rendir, esto es justamente por el bienestar de Alessandro. - Solloza Irene, intentando que Federico no se rinda, pues si ya de por si con su ayuda era difícil, sin Federico no tiene oportunidad.
- Hija, sabes el profundo cariño que te tengo, es por eso que lo único que puedo hacer por ti es aconsejarte, que encuentres a alguien que te ame y quiera formar una feliz familia contigo, créeme si hubiera al menos una pequeña posibilidad de que ese hombre fuera Alessandro, eso me haría muy feliz, pero no la hay y no puedo permitir que te hagas daño. – Consuela Federico, esto sin decirle que en realidad Alessandro está casado y por lo que ha averiguado lo más probables es que ese matrimonio vaya muy bien.
- Abuelo y el proyecto, sé que Alessandro está muy interesado en ello. – Intenta nuevamente Isabella.
- Mi niña, ya lo intenté, pero créeme no hay nada que podamos hacer, más adelante me darás la razón. – Finaliza Federico.
Irene al ver que no había forma de convencer a Federico decidió retirarse, dejándolo bastante afectado, al final de cuentas se siente culpable de haberle dado falsas ilaciones a Irene, aun conociendo a su nieto, aunque jamás pensó que en realidad se casaría y con una mujer como Aria.
- Señor era lo mejor, el joven Alex, nunca le daría una oportunidad y ahora mucho menos. – Declara Walter con una sonrisa.
- Podrías ocultar un poco tu preferencia por la esposa de Alessandro sobre Irene. – Reclama Federico.
- No puedo. – Sonríe nuevamente Walter.
Irene salió furiosa de ese lugar, además se notaba que había llorado, preocupando a su chofer y jefe de seguridad.
- Señorita, ¿se encuentra bien? – Pregunta el hombre con preocupación.
- Necesito que averigües, ¿Qué paso?, Federico de un momento a otro se rindió con el compromiso, eso no es normal, algo debió pasar, necesito que saber que fue. – Ordena histérica Irene, la actitud de Federico le dejo claro que algo lo había hecho cambiar de opinión y necesita saber que es, para así ver cómo puede resolver el problema, pero no se va a dar por vencida, ella se debe convertir en la señora Castillo, Alessandro terminara casándose con ella, está segura.