Amores Ocultos En La Mafia

Valentim.

Pietro desapareció toda la tarde, probablemente andaba callejeando por algún lugar. Por la noche, cuando salgo de la habitación para irme, me encuentro con él.

Pietro: Voy a extrañar México.

Valentim: Vámonos rápido, no tenemos toda la noche, y ya estoy harto de esta mierda.

Pietro: Grosero.

Lo miro con mala cara y me dirijo al ascensor, entro y luego él entra, llevaba un perfume muy bueno, que le sentaba muy bien. Estuvimos todo el tiempo en silencio, al llegar a la recepción nos encontramos con Iago.

Pietro: Iago.

Iago: Tenía que darte algo antes de que te fueras.

Lo veo cogiendo una cajita y entregándosela a Pietro, cuando la abre era una gargantilla de oro blanco.

Pietro: Qué lindo.

Valentim: Vámonos Pietro, tenemos que irnos.

Pietro: Solo un momento.

Valentim: No tenemos tiempo para charlar.

Iago: Ve, ángel, no quiero causarte problemas, llámame cuando llegues.

Pietro: Ve a visitarme a Italia.

Valentim: ¡PIETRO!

Él me mira con mala cara, pero no le hago caso, ya estábamos retrasados y él se pone a charlar con ese tal Iago. Le da un abrazo al amigo y empieza a caminar hacia mí, ya había un coche esperándonos y entramos en el asiento trasero, estuvimos todo el camino en silencio, pero Pietro no dejaba el maldito celular. Rápidamente llegamos al jet privado, cada uno se sentó en el mismo lugar que antes, de lejos lo vi usando Instagram y veo que era el de Iago, entonces me acerco a él.

Valentim: No deberías confiar en todo el mundo.

Pietro: No confío.

Valentim: No lo parece, besas a cualquiera en las discotecas.

Pietro: ¿Y cuál es tu problema con eso? La vida es mía.

Valentim: Vives solo, eres solo un adolescente que cree que besar a cualquiera es divertido.

Pietro: Ya tengo 18 años, y soy más maduro que muchos hombres por ahí, si es que me entiendes.

Valentim: ¿Me estás llamando inmaduro?

Pietro: Te pusiste todo nervioso por un beso, parece que tengo alguna enfermedad contagiosa, besar a otro hombre no te hace gay, puedes estar tranquilo.

Valentim: Cierra la puta boca, no sabes nada.

Pietro: ¿Puedes actuar como un adulto? Vamos a tener que convivir juntos en el día a día, o superas el beso o va a ser difícil trabajar juntos.

Valentim: No le hables de ese beso a nadie.

Pietro: Sí, jefe.

Valentim: Y tira la mierda de la gargantilla, puede tener un rastreador, no queremos que nadie sepa nuestra ubicación.

Pietro: No es necesario, ya revisé la gargantilla y no tiene nada, no olvides que soy el mejor en estas cosas.

Me alejo de Pietro y vuelvo a mi lugar de antes, cierro los ojos para poder dormir un poco, pero en vez de eso me quedo recordando el beso, nunca había besado a alguien de esa forma, debo estar volviéndome loco, Pietro es un niño, tiene solo 17 años, pero por qué no puedo olvidar la mierda del beso.

Después de mucho tiempo finalmente llego a Italia, mi padre me estaba esperando en la pista de aterrizaje, Pietro y yo bajamos del jet privado sin intercambiar una palabra y fuimos hasta mi padre.

Heitor: ¿Cómo fue el viaje?

Valentim: Como tenía que ser.

Pietro: Conseguimos alguna información, le enviaré el informe por correo electrónico.

Heitor: Muchas gracias Pietro, tú como siempre haciendo un excelente trabajo.

Pietro: Gracias señor, voy a casa y en cuanto llegue le envío los archivos.

Él me mira y entra en el coche en el asiento trasero junto conmigo, mi padre va en el asiento de copiloto al lado del conductor, miro a un lado y veo que Pietro está intercambiando mensajes con Iago, estuvimos todo el camino en silencio, mi padre pasa por la casa de sus padres donde él aún vivía y después me deja en mi ático.

En cuanto llego a casa me doy una ducha, salgo del baño solo en calzoncillos y me acuesto en la cama, necesitaba descansar, cierro los ojos y la mierda del beso de Pietro viene a mi cabeza, hasta el olor del maldito perfume que usa empiezo a sentir.