Diana León, una joven de 24 años que lucha día a día por sus sueños. Ilusionada con el amor.
Marcus Smith, un joven de 27 años, hijo de familia adinerada, trabajador, mujeriego y odia el compromiso.
Sus caminos se verán cruzados con una incómoda situación, alguien los ha casado por error y los jóvenes deberán asumir esa responsabilidad sin ninguna otra opción.
Podrán Marcus y Diana sobrellevar la situación sin involucrarse sentimentalmente?
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Capítulo 4
Diana
Luego de aquel incomodo momento, un silencio invadió aquel despacho, que segundos después se vio interrumpido por el juez.
- Si me disculpan, yo debo irme - dice poniéndose de pie.
- Lo acompaño - dice Samuel caminando tras de él.
Yo estaba en shock, no podía creer lo que me estaba ocurriendo. No podía creer que Marcus, o mas bien Mauricio me hiciera esto. No podía dejar de llorar.
Sin decir nada salí del despacho, y me dirigí hacia la entrada, donde había dejado mis cosas. Ya era de noche y no tenía a donde ir, pero eso no me importaba entre tanto dolor.
- A dónde vas muchacha? - oí la voz de Eva a mis espaldas.
- Aún no lo sé, intentaré regresar a mi casa- dije secando mis lágrimas.
- De ninguna manera, ya es de noche. Esta ciudad es peligrosa, no puedes estar sola en la calle, te quedarás aquí a pasar la noche - dice ella con voz firme.
- No es necesario, soy una desconocida, no tienen la obligación de hacerlo - digo apenada.
- Claro que sí, fue nuestro hijo y su falta de hombría lo que te trajo hasta aquí, es nuestro deber darte por lo menos un techo esta noche - dijo el señor Samuel uniéndose a la conversación.
- mi esposo tiene razón. Iré a pedir que te preparen algo de cenar y un cuarto - dice Eva y se va, dejando el resonar de sus tacones.
- Me siento muy apenada señor - digo con voz débil.
- Y yo ni te imaginas, aún me cuesta creer que mi hijo mayor haya perjudicado a su hermano de esa forma y también a ti muchacha. Ellos desde niños nunca se han llevado bien, pero no pensé que fuera a llegar a tanto - dice el señor con la mirada fija en la nada, parecía triste y decepcionado.
La familia Smith me acogió esa noche, me brindaron un cuarto cómodo para que pudiese descansar.
Al día siguiente desperté y una de las muchachas de la cocina me dijo que si quería desayunar con ellos , a lo que accedí.
Ellas dijeron que ninguno de los señores estaba, que todos fueron a trabajar, que regresarían a la media tarde, excepto la señora Eva, ella regresaría a media mañana.
Las horas pasaron y finalmente la señora llegó a casa, ella me buscó en la cocina donde estuve toda la mañana y me invitó a caminar por el jardín, podía notar que estaba muy apenada, y a cada rato repetía que disculpe a su hijo, que él es bueno, que no sabía por qué lo habría hecho.
Luego comenzó a preguntarme sobre mi vida. Le conté todo, la muerte de mi madre, la mala relación que tengo con mi padrastro y hasta mi sueño de ser diseñadora.
Ella se sorprendió mucho cuando le conté esto último, la verdad no entendí el por qué.
Dentro de mí había mucha decepción, el hombre que creí que me amaba me engañó, jugó con mis sentimientos, traicionó mi confianza. Jamás podré perdonarle. Solo quiero olvidarme de él y poder salir adelante.