Mi Querida Maestra

Camilhe

El otro día me levanté ocupándome de todo lo que hacía Lorena, que era la niñera de Ghinger, levantarla, hacerla tomar su desayuno, sus medicinas y estar lista para que su padre la lleve al colegio.

— Cuando deje a Ghinger hablaré con usted — me dijo el hombre y me tocó esperar, lo bueno es que Alison dormía aún cuando llegó y me reuní con él en su despacho.

Lo seguí a ese lugar y me senté en el mismo lugar que el día anterior.

El hombre toma su lugar y me mira con esos iris azules oscuros.

— ¿Ya firmo? — lo miro confundida — el contrato, me dijo que lo leería y lo firmaría para hoy.

Olvidé hacerlo, estuve tan ocupada con las niñas y luego el cansancio del día me hizo caer dormida en el momento que puse la cabeza sobre mi almohada.

— Lo siento yo…

— Quiero discutir con usted el contrato, ahora que Lorena…— se nota su rabia — necesito que se responsabilice por todo.

— ¿Por todo? — pregunto confundida.

— Si he pensado en un lugar para que cuiden a su hija si es necesario…

— Creí que podría tenerla conmigo y cuidar de las dos — pregunto.

Se pasa las manos por el cabello.

— ¿Cree que pueda hacerlo? ¿No es a demasiado? Mi hija…

— Mi prioridad son las niñas si eso quiere saber. Mi hija y la suya, ¿porque cree que no soy capaz de cuidar a las dos?

Se queda en silencio.

— No quiero que descuide las actividades de Ghinger. Necesito que esté incluida en en el grupo del colegio.— lo veo teclear en su celular — es un grupo de madres solo que por ser yo el único responsable de mi hijo me incluían. Pero solo hablan de cosas triviales que no soporto.

Mi celular suena y veo que me envíe un link.

— Prefiero que no les diga que es su maestra — me mira — nadie sabe que está ahora en mi casa, si le soy sincero prefiero que sigamos así. Conozco a esas brujas y si saben que ahora es la tutora de Ghinger, harán cualquiera de sus fechorías.

— ¿Me tendrá escondida aquí? — le pregunto

— Por un tiempo, si — levanto mis cejas.

— ¿Puedo saber la razón? — pregunto curiosa

— Su salida del colegio no fue precisamente porque la maestra titular regresará, de hecho aún no está recuperada y hay una suplente — no tenía idea de eso — unas madres firmaron para que la sacaran. Por capricho. Por qué es la única estúpida razón que tuvieron.

— Yo no hice nada, solo mi trabajo y que las niñas se sintieran a gusto — me defiendo.

— Lo sé, jamás me involucre en algo del colegio, sin embargo, usted hizo que lo hiciera, y vi como algunos padres sabían que sus hijas estaban contentas. Pero otros no.

— La mamá de Hada Vertte D'Luca — digo.

— Julia es una bruja de primera, le importa una mierda su hija, todo lo hace para presumir y demostrar poder a los demás. — se sienta apoyando su espalda y se inclina hacia atrás— Estar en su contra es perder, según ella. Yo jamás la apoye, otros lo hacen por miedo. Ella puede destruir a quien quiera.

— ¿A mi me quiso destruir? — pregunto curiosa.

— Solo te apartó de su camino, demostrando su poder — dice y sonríe — pero yo no me doblegó delante de una mujer frígida cómo ella.

Al ver mi reacción de la manera en que se refería a la mujer, habló.

— Lo siento si le parezco grosero, pero le dije, soy sincero y franco, no acostumbro a ser un hipócrita. — aclara — Ella sabe lo que pienso sobre ella. Este es mi mundo y se lo que una mujer como ella es capaz de hacer, prefiero mantener mi hogar en paz con mi hija feliz.

Asiento.

— Si usted me dice que puede hacerse cargo, confiaré en su palabra — me dice — si no, le dije ya puedo conseguir dónde cuidan a su hija, Alison estará bien y segura mientras usted cuida de la mía.

— Quiere que me deshaga de mi hija…

— No entiendo porque me juzga tanto, primero me dice que quiero comprarla para que sustituya a la madre de Ghinger, ahora cree que quiero que se deshaga de la suya? — lo siento suspirar — maestra, he hecho todo para que usted esté cómoda incluso con su hija al lado. Le mostré lo que quiero para mi hija. No escondo nada más. Quiero que eduque a mi hija y la cuide, si quiere dedicarle a las dos niñas, estoy de acuerdo, solo que estoy invirtiendo en usted más de lo que haría con cualquiera y quiero que no me falle.

— ¿Es por el dinero? — digo molesta — no le pedí nada, usted se ofreció.

— Mi hija no tiene precio, y si le digo que invierto no solo hablo de dinero, me arriesgo a tenerla aquí, es una mujer con una dudosa reputación, huyendo del padre de su hija o ¿me equivoco?

— ¿Perdón? — me levanto molesta por sus palabras.

— ¿O me negara que el padre de su hija, no era padre de uno de sus alumnos?

Me quedo en silencio.

¿Cómo sabe todo eso? Si me fui de ese lugar solo para que nadie supiera quién es el padre de Alison y desde que me fui, preferí perder todo contacto con él, si no hasta hace poco que necesite ayuda cuando Alison enfermo y lo llame para tener la misma respuesta, que no le importa mi hija.

— No es su problema mi vida, ni la de mi hija — le digo molesta, apretando mis puños.

— Tiene razón maestra, no es mi problema lo que hizo — dice con calma — mi problema es que eso no afecte a mi hija, porque desde ahora ella es su prioridad. Así que firme. Y le aseguro que su hija y usted, estarán bien aquí en mi casa.

No dije nada más, solo firme.