Melissa Moreira, de 25 años, es veterinaria. Perdió a su madre durante el parto, pero su padre siempre cuidó muy bien de ella y de su prima Valentina, quien perdió a sus padres en un accidente. Melissa tiene una relación complicada y abusiva. Tras un acontecimiento trágico, se aferra a la amistad de Augusto, un empresario del sector agroalimentario. Hermoso, rico y heredero de una fortuna millonaria, el Agroboy más deseado.
Quizá un cambio de ambiente le ayude, pero ¿será capaz de liberarse de su relación abusiva? Melissa es muy decidida en muchas cosas, pero en asuntos de amor es totalmente ingenua. Después del trauma, una nueva amistad puede convertirse en un vínculo inesperado, un amor que transforma y sana.
A pesar de su dulzura y ternura, nuestra querida Melissa también es ruda, directa y celosa.
¡Y ahora el Agroboy ya está completamente hechizado por la belleza de la dulce y celosa Melissa!
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Capítulo 23
Augusto On
Estaba a punto de hablar con mi mujer y me acordé de que ni siquiera le he pedido que sea mi novia todavía.
Necesito hacer las cosas bien.
Me quedé sentado esperando a que se arreglara para salir. Ni siquiera sé por dónde empezar, quiero presentarle la hacienda y tengo miedo de que se asuste con lo que hice.
Creo que vamos a dar una vuelta por la ciudad y después, cuando todo esté más arreglado, la llevaré a Mirassol.
- ¡Estoy lista, vamos!
- Vamos. Pero antes quiero llevarte a la ciudad. Necesito pasar por un lugar primero, después vamos a la hacienda.
Seguimos el camino hacia la ciudad y la expresión suave de antes había desaparecido del rostro de Augusto.
- Augusto, ¿todo bien? Si necesitas ir a esa reunión, siéntete libre, yo espero y después seguimos para hacer las otras cosas.
- Nada de eso. Hoy soy todo tuyo. Quiero este tiempo para nosotros, que el trabajo espere.
Fuimos al centro de la ciudad y pronto las miradas se posaron sobre nosotros. Para empezar, la camioneta llama la atención y el hombre a mi lado arranca suspiros por donde pasa. Ya veo que tendré problemas con esto. Puedo ser buena y no tonta. Que esas chicas ni se metan en mi camino.
Paramos y bajamos. Augusto enseguida toma mi mano y fuimos a una tienda, que era muy elegante, por cierto. Y una chica viene enseguida a atendernos.
- Buenos días, Augusto. Cuánto tiempo. ¿Qué vas a necesitar hoy?
Ella le habla como si yo ni siquiera estuviera allí, a pesar de estar siempre agarrados de las manos.
- Buenos días, Sara. Quiero lo mejor como siempre, tengo un evento para ir el sábado.
No me gustó la intimidad de ellos.
Enseguida Augusto suelta mi mano y se va con ella. Echo un vistazo a la ropa y era una más linda que la otra, el precio ni se diga.
Estaba distraída cuando la tal vendedora viene hacia mí.
- Augustinho me pidió que te ayudara a elegir algo. Puedes sentirte libre de elegir, pues el dinero no es un problema para él.
- Agradezco, pero no necesito nada hoy.
La dejé y salí de la tienda.
Caminé algunas tiendas adelante y paré en una confitería. Los pasteles olían demasiado bien.
Pedí una rebanada de pastel y me senté. Estaba apreciando mi pastel y otra chica se sienta a mi lado.
- Buenos días, me llamo Tereza. Debes ser la nueva "Maria butina" que el imbécil de Augusto está agarrando. Te voy a dar un consejo, no te enamores. Aquel solo es sexo y nada más. Solo usa y pasa a la siguiente.
Miro a la chica y ni siquiera le doy respuesta.
Sigo comiendo mi pastel y ella se va.
💭Ay Augusto, este negocio no va a funcionar.
Termino de comer, pago y vuelvo al frente de la tienda. Me apoyo en la camioneta y me quedo esperándolo.
💭Está loco, este hombre debe estar comprando toda la tienda. Qué demora.
Enseguida él aparece con varias bolsas, las coloca en la camioneta y viene hacia mí.
- Disculpa la demora. Pensé que estabas eligiendo algo para ti.
- No estoy necesitando nada.
Respondí corta y groseramente.
- Vamos hasta allí, te van a encantar los pasteles que venden allí. Sé que amas los pasteles.
- Ya fui hasta allí y comí. Ahora, si no te importa, quiero irme. Para mí ya fue suficiente por hoy, otro día conozco tu hacienda.
Dije eso y subí a la camioneta. Que sea tonto para allá. El tipo me llama para salir y me trae a la tienda para que él compre ropa mientras su amiguita vendedora viene con ese rollo de "AUGUSTINHO". Mi paciencia no da para esas cosas. Pero como siempre me quedo callada y lo dejo pasar.
Augusto enseguida entra y arranca sin decir una palabra.
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