Prisionera Del Desierto

Ainara miraba por la ventana, no podía seguir ahí ¿pero a dónde iría?, no contaba con más familia que su madre y su media hermana.

Esa mañana Lily no podía moverse le dolía cada centímetro de su cuerpo.

Ambas caminaban en silencio hacia la universidad.

- Guido no es mi padre comento Lily. Ainara la miro en silencio. Anoche me golpeó y me lo grito en la cara. No sé que me duele más, la humillación, los golpes o darme cuenta que parte de mi vida es mentira comento Lily.

- Al menos tu padrastro no quiso abusar de vos respondió Ainara.

-¿Ainara que estás diciendo?, respondió Lily tomándola de la mano y tirando de ella hasta un árbol que había cerca sentándose en el césped.

- Vamos a llegar tarde respondió Ainara.

- No importa, ¿ahora cuéntame que fue lo que pasó?, respondió Lily preocupada.

- Nada, solo me manoseo y no es la primera vez que pasa respondió Ainara algo avergonzada.

- ¿Y no lo has denunciado?, debes decírselo a tu madre para que lo saque de la casa.

- Ya se lo dije hace unos años cuando era más chica, pero ella dijo que lo invente que le tenía mala voluntad, nunca lo va a echar le importa más su marido que yo.

- Entonces te vienes a mi casa aunque sea unos días, luego buscaremos otra solución.

- Lily tu mamá no va a querer respondió Ainara.

- Mi madre nunca me ha negado nada y así no solo te ayudaré a ti, sino que además no me sentiré tan sola respondió Lily.

- Gracias Lily siempre has sido muy generosa conmigo.

- No me des las gracias, tonta, somos amigas respondió Lily. No te conté lo que pasó con tu adorado Benjamín De La Vega.

- Pobre Benjamín ¿y ahora que le hiciste?, pregunto Ainara.

- Le di un baño de realidad en la fuente del jardín, respondió Lily.

- ¿ Por eso Guido se enojo?, respondió Ainara.

- Obviamente, creo que esperaba que me casará con él o al menos que me lo llevara a la cama respondió Lily con amargura.

- Pero Benjamín es lindo no entiendo por qué no te gusta respondió Ainara.

- No sé Benjamín tiene un no sé que. Me irrita todo de él, como para empezar y para continuar. Nuestra promesa sigue en pie no hay hombre sobre esta tierra que nos separe, yo sé que él te gusta y para mí eso es sagrado dijo Lily uniendo su dedo con el de Ainara, ambas se abrazaron.

¡Vamos por tus cosas!.

Tal como le había comentado Lily, su madre permitió que Ainara se quedara en su casa.

- Iré a realizar unos trámites, no me esperen para almorzar les dijo Concepción despidiéndose de ambas.

Concepción Belluscio condujo hasta el banco, necesitaba sacar dinero de su caja de seguridad.

Acomodó los fajos de dinero tenía suficiente para vivir tranquila un tiempo y si llegaba a necesitar algo tal vez tendría que hacer algunos cambios miro las joyas.

Solo faltaba una pulsera la cual se había llevado Damián la cuál le había costado la vida y una cadena la cual se encontraba en poder de su hija, tal vez había llegado el momento de vender alguna de las joyas, decidió guardar en la cartera una gargantilla, siempre se había resistido a venderlas, primero porque le daba miedo que pudieran rastrearla y segundo porque su valor había crecido considerablemente en veinte años.

Sabía perfectamente que no tendría problemas económicos, su hija jamás la desampararía después de todo ella había sacrificado su vida cuidando de Amira Al-Halabi.

En un principio ella había pensado que todo era un delirio de su hermana. Damián y ella habían pensado en huir, su novio había conseguido documentos falsos para ella, ambos abandonarían el país llevándose la fortuna de Mariana, pero ella nunca regreso.

Pero lo más raro es que nunca dieron una noticia buscando a Amira o a Mariana.

Unas semanas después tal como le había contado a su hija abandono a Damián, no porque la golpeara sino porque el muy imbécil además de robarla intentaba fastidiar sus planes, poniéndose en contacto con la embajada de Durham.

Y no se equivocó en hacerlo, Damián murió dos semanas después en Buenos Aires.

Ella, huyo a Neuquén llevándose a Amira había conseguido documentos falsos para ella y fue una suerte que la niña enfermara. Sus nervios no soportaron el abandono de su madre. A los cinco años Amira no recordaba nada de su vida, anterior, ni siquiera su verdadero nombre. Ella era su madre, pudo convencerla por completo de eso. Guido la adoptó como su hija y vivieron tranquilas durante varios años. Y ahora el muy imbécil revelaba la verdad.

Concepción cerró la caja y abandono el lugar.

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Khalil Hazbun, estrecho la mano de la mujer.

- Disculpará mi español no es muy bueno comento Khalil.

- Como ya le había comentado a su compañero por teléfono, no he vuelto a saber nada de Nadia Montero. Después de que le entregué a su sobrina la madre nunca regreso a buscarla y la pequeña lloraba mucho.

Al día no volví a oír a la niña, pensé que se había ido con su madre. Hasta que tiempo después me comentaron que un hombre había hecho derribar la puerta, yo por ese entonces estaba de vacaciones, supuestamente buscaba a la niña.

-¿Qué sabe de la persona que compró el departamento?, pregunto Khalil.

- Nada en absoluto, tengo entendido que Nadia se lo vendió, pero no sé mucho. Deberían hablar con los actuales dueños

- ¿Así que ella no vino a sacar sus muebles?, pregunto Khalil.

- Creería que no, aunque no puedo asegurarlo. Hará unos años me pareció verla aunque estaba cambiada, fue durante un espectáculo de invierno, estaba a unos veinte metros de mí, estaba con dos jovencitas. Aunque no puedo asegurarlo.

- Gracias por su tiempo respondió Khalil.