EXTRAÑANDO-TE

—Presentía que hoy sería un día diferente a todos lo que había tenido, así que hoy estaba feliz, muy feliz.—

Saroth: Buenos días, don Louis.

—Salude al portero dándole una palmadita en su hombro.—

Saroth: Buenos días a todos.

—Salude en recepción, todos me quedaron mirando extrañados, pues, no solía saludar así a la gente que trabaja en mi empresa, pero lo que estarán más confundidos serán las personas que trabajan conmigo. Tome el ascensor, subí, salí de el y obviamente salude.—

Saroth: Buenos días, chicos!, buenos días, Sue. Puedes pasar a mi oficina, sue, debo comentarle algo.

— Todos sorprendidos, solo se quedaron mirándome. A Sue, debía contarle lo de Mia.—

Saroth: Pasa Sue. Siéntate.

—Ella se sentó frente a mi escritorio, yo hice lo mismo. Ella se veía asustada, creo que piensa que la voy a regañar o a despedir, pero no haría eso, es obvio.—

Sue: Hice algo malo, señorita Russell.?

Saroth: Hiciste algo malo, Sue.?

—Le dije seria, quería jugar con ella un poco. Apoye mis codos sobre el escritorio, uní mis manos y apoye mi barbilla en ellas.—

Sue: Lo siento señorita, si hice algo malo le pido que me perdone y me de otra oportunidad.

—ahora se veía asustada. Si ella sabía que no había hecho nada malo, porque se comporta así.?—

Saroth: No te preocupes, no te voy a despedir, si sabes que no hiciste nada malo, porque pides perdón.?, además, no te llame para eso.

Quiero que estés pendiente, alguien vendrá, pero no sé si venga hoy o no, de todos modos éste pendiente. Ella vendrá para el puesto de mi asistente personal, cuando ella venga me la traes aquí, si estoy ocupada no importa, solo traela, y quiero que le enseñes todo.

—Quería reírme cuando vi su cara de pánico.—

Saroth: Ni creas lo que estas pensado, tu seguirás siendo mi secretaria, ella será mi asistente personal, tú seguirás siendo la secretaria que se encargue de casi todo, ella solo tendrá un poco de tu trabajo para que no sea sospechoso, míralo como si ella viniera a ayudarte, pero solo le dirás lo que yo te diga que le digas, entendido.?

Sue: Entendido señorita.

Saroth: No te preocupes, bueno.?. Y ya puedes irte, solo era para eso.

—Ella salió de mi oficina, apenas eso ocurre mi mente vuela al día de ayer, no logro evitar sonreír.—

{Pov Mia.}

Joyce: No deberías ir, sabes que puedo darte trabajo en la empresa de mi familia, puedo ayudarte, y lo sabes, además, se nota que gusta de tí.

Mia: Sabes que no puedo aceptar eso, ya bastante has hecho por mí, no quiero abusar de tu generosidad, y deja de decir que ella gusta de mí, ella es una empresaria multimillonaria, y yo soy una chica pobre y sin que caerme muerta, y sin contar que ambas somos mujeres.

—Desde el día en el bar, no puedo olvidarme de ella, es como si un virus se fuese incrustado en mi cerebro y lo único que puede pensar es en ella, y era obvio que no le diría eso a mi mejor amiga, no por ahora. Nunca he salido con una chica y es la primera vez que siento este raro sentimiento hacia una chica, no sé si gusto o admiración, podría decir que es un sentimiento nuevo para mí, tengo 22 años y nunca había sentido esto, ni cuando tuve mi primer novio a los 18, que según yo... él  era el amor de mi vida, la persona que pasaría  el resto de mi vida, él  en ese momento era mi mundo, pero cuando más lo necesite... no estuvo para mí, y hasta el día de hoy... no lo he vuelto a ver desde hace 3 años, es como si la tierra se lo hubiese tragado, pero no importa, ya no significa nada para mí, ahora estoy feliz con mi niña y mi mejor amiga, ellas son las únicas que se quedan sin importar que.—

Joyce: Y sí puedes aceptar lo propuesta de esa señora.?

Mia: Sabes que ella no es una señora, y sabes que odio que hables con desprecio o soberbia.

—Ahora estábamos en su carro, veníamos de dejar a mi niña en el jardín. Sinceramente estaba considerando ir a esa entrevista donde la Srta Saroth, pero mi mejor amiga estaba furiosa por eso, ya que ella hace tiempo me esta diciendo que ella le puede pedir a su padre para poder trabajar con su familia, pero no puedo permitir eso, ella ya ha hecho demasiado por mí.—

Joyce: Lo siento, no volveré a hablar así, pero por favor, no vayas con ella, no me cae muy bien, además, ella está comprometida y lo sabes.

—Lo sabía, nadie que tenga un televisor en casa o un celular, no sabe sobre la señorita Saroth y su familia, de ella hablan mucho, que es mandona, que le gusta todo a la perfección, que no perdona ningún error, que las personas que trabajan para ella no duran mucho con ella porque nadie la soporta, que su carácter es insoportable, que es algo engreída y malcriada, y también se de su comprometido, lo sabía, pero yo iría a buscar trabajo, no más.—

Mia: Me llevas o voy sola.?

—Debía tener trabajo, y no iba a desaprovechar esta oportunidad, además de... no importa, solo quiero trabajo y darle las cosas que necesita mi niña.—

Joyce: Enserió iras con ella.?

Mia: No voy con ella, voy a buscar trabajo, solo.... apoyame como lo has hecho hasta ahora, ¿sí.?

—Tomé su mano y le sonreí, ella tenía su mirada al frente, luego me miró mientras sonreía.—

Joyce: Siempre, eso no lo tienes porque pedir.

Mia: Gracias, por eso te amo.

—Ella me miró de reojo con una sonrisa en su rostro.—

Joyce: Con eso no me vas a convencer.

Mia: Lo sé.

Joyce: Te llevaré, pero te esperaré, y no quiero escuchar lo contrario.

—Ella es mi mejor amiga desde hace años, y estoy demasiado agradecida con ella por ayudarme y estar allí en mis momentos más difíciles.—

Mia: De acuerdo.

—Llegamos, y ahora que estoy aquí... no quiero bajarme, sería muy desesperante de mi parte sí voy a pedirle trabajo apenas me lo ofreció.?, sé que ella fue la que lo ofreció, pero no me siento cómoda ahora que estoy aquí.—

Joyce: No iras.?, ya te arrepentiste.?

—Creo que sí, creo que ya no quiero. La volteé a mirar, ella me sonrió.—

Mia: Creo... que no estoy lista aún.

—Le digo mirándola fijamente a los ojos.—

Joyce: Entonces vamonos, vendrás después.

Mia: No deberías decirme, como, tú  puedes, o no te preocupes... lo harás bien.?

—Ella sonrió.—

Joyce: No te diré eso, no quiero que trabajes para ella, pero sí quieres, lo diré.

Mia: Esta bien, no importa, ya estamos aquí, iré.

—Le dije quitándome el cinturón de seguridad, puse mi mano en la manecilla para abrir la puerta, respiré profundo y salí.—

Joyce: ¡Tú puedes, eso es seguro.!

—Sabía que me animaría, solo se hace la dura. Me di media vuelta y le di una sonrisa, levante mi mano y la moví para despedirme, ella hizo lo mismo.—

—Tenía nervios, no se si me dejarían entrar, no sé si la señorita Saroth me esté esperando, si era así, creería que no podría entrar, pero lo intentaré. Llegué a recepción, y debía preguntar pero... ellos me dejarían pasar.?—

Mia: Hola, buenos días.

—Dije con un poco de nervios.—

-Buenos días, como podemos ayudarle.?

Mia: Eeh... Esta la señorita Russell.?

—No podría llamarla por su nombre, sería grosero de mi parte llamarla por su nombre en su empresa.—

-Quien es usted.?, ya tiene cita con ella.?

Mia: Soy Mia, no tengo cita con ella, pero ella me dijo que viniera para una entrevista.

—Creo que no me creerán, estoy muerta de nervios. Las dos mujeres detrás de esta barra me miraron confundidas, luego una de ellas, me dijo.—

- Sí no tiene cita, no puede pasar, le pido que se retire.

Mia: No estoy mintiendo...

—Saque la tarjeta que ella me dio y se las pase.—

Mia: Mire... ella me la dio ayer, no estoy mintiendo.

—Ellas observaron la tarjeta, creo que la reconocieron, luego se miraron entre ellas.—

-Un momento, por favor.

—Una de ellas se fue con la tarjeta, yo me quedé allí con la espetactiva de que hará ella, con mi tarjeta que me dio la señorita Saroth. Luego de un rato, la señorita volvió.—

-Por favor, Sigame.

—La miré preguntándome para donde me llevaba, pero supongo que me lleva a la oficina de la Srta Saroth, así que la sigo, tomamos un ascensor, subimos hasta el último piso, luego se abrió el ascensor, al salir de allí, otra muchacha me estaba esperando.—

-Es ella, Sue.

—Ella me observó de pies a cabeza, frunci el ceño, que cree que hace.?—

-Buenos días, señorita Mia, me presento, me llamo Sue, soy la secretaria de la señora Russell, ella la está esperando. Por aquí por favor.

—Ella hace un anden con sus manos para que la siguiera. Al escucharla decir que ella era su secretaria.... me sorprendí, si ella tenía una secretaria, para que quería otra.?. Llegamos a una puerta después de pasar por un pequeño pasillo, ella toca una vez, una voz al otro lado le dice que pase, ella abre la puerta permitiéndome ver a la señorita Saroth sentada al otro lado del escritorio, detrás de ella una gigante pared de cristal que tiene una hermosa vista de la ciudad. Entro y me doy cuenta que esta oficina podría ser  mi apartamento de lo grande que era, a mi lado izquierdo... había un gran sofá color negro, en la pared había una hermosa pintura de unas flores, a mi lado derecho había una mini cocina, diría que solo para preparar café o té, entonces me pregunte, para que ella querrá una oficina tan grande.?. Después de quedar embobada y observar toda su oficina, caí en cuenta que ella estaba escuchando música, balada para ser precisos, aunque solo se escuchaban los instrumentos. Luego miré en dirección a ella que tenía puestas unos lentes mientras hacía algo en su computadora, se veía realmente bien.—

Sue: Srta Russell, la...

—Iba a decir algo más, pero se freno, luego me miró, hice un gesto sin comprender lo que quería decirme.—

Sue: Cuál es tu apellido.?

Mia: Mia, Mia Smith.

—Ella me sonrió, luego dirigió su mirada a la srta Saroth y continúar hablando, lo cual la señorita Saroth no había levantado la vista de su computadora en todo este tiempo, ella parecía estar realmente concentrada en lo que estaba haciendo, luego ella habló.—

Saroth: ¡Que mi**da, perdí otra vez.!

—Abrí mis ojos con sorpresa, ella estaba diciendo groserías.?. La señorita que me dirigió hasta acá, carraspeo su garganta y hablo.—

Sue: Señorita Russell, su visita llegó.

Saroth: Que.?!

—por fin ella aparto su mirada de la computadora y nos volteo a ver, su mirada se cruzó con la mía, solo fue unos segundos, pero lo sentí que fueron toda mi vida, como puedo sentirme así con ella.?, jamás me había sentido así con nadie, mucho menos con una mujer. Y no es por calumniar, pero juro que su cara se puso roja antes que ella se diera la vuelta en su silla, dándonos la espalda ahora mismo.—

Saroth: Por qué no me lo dijiste antes.?

Sue: Pensé que lo sabía, ya que me dijo que la trajera aquí en cuanto ella llegara y que no importaba si estaba ocu..

Saroth: ¡¡Esta bien!!

—Se dio la vuelta pegando un grito, asustando a la señorita Sue en el proceso, y no negaré que también me asusté.—

Saroth: Puedes irte, gracias.

Sue: De acuerdo. Necesita algo para...?

Saroth: Desea tomar algo Señorita Mia.?

—Ella se dirigió a mí parándose de su silla, abrí mis ojos sorprendida.—

Mia: Estoy bien, gracias.

Saroth: Estamos bien, Sue.

—Sue se inclinó despidiéndose de la Srta Saroth, salió y nos dejó sola, ahora estaba con más nervios de lo que tenía antes. Me quedé parada frente a ella sin decir una palabra, ella se sentó y me miraba de arriba abajo, me estaba sintiendo rara, pero no me incomodaba la mirada que ella tenía sobre mí, y eso me estaba confundiendo un poco..—

Saroth: No estas cansada de estar allí parada.?, puedes sentarte sabes.

—Ella dijo eso sin apartar la mirada de mí, yo no podía sostenerle la mirada, solo la miraba por rato.—

Saroth: No quieres sentarte.?

—Ella preguntó, ahora con algo de curiosidad en sus palabras, entonces decidí sentarme sin decir nada. No suelo ser callada, pero... ahora no se que me pasaba, estaba tímida ante ella, pero lo curioso es que no era la primera vez que la veía, ya habíamos cruzado palabras... pero ahora me sentía tímida.—

Saroth: Pareces que no quisieras estar aquí, pasa algo.?

—Realmente ahora no quiero estar aquí. Creo que dejaré de respirar si me sigue mirando, no la podía ver... pero sentía su mirada encima de mí.—

Saroth: No dirás nada.?, como haremos la entrevista si no dices nada.?

—Ella tiene razón, pero... que rayos ocurre conmigo.?.—

Saroth: Creo que necesitas un vaso de agua.

—Dijo, luego marcó en el teléfono, la señorita Sue respondió, ella pidió agua. Luego de un minuto el vaso de agua llegó a mis manos, lo tome en mis manos y tomé  de el.—

Saroth: Mucho mejor.?

—Asentí con mi cabeza, y por primera vez... ahora la estaba mirando a los ojos, los cuales son realmente hermosos, parecen dos luciérnagas que llegaron a mi vida para darme algo de luz en mi camino.—

Mia: Gracias.

Saroth: No te preocupes..

—Como podía ella mantener su mirada en mí sin siquiera apartarla por un segundo.?, aunque yo no la miraba por mucho tiempo... podía sentir su mirada penetrada en mí.—

Saroth: Ahora podremos hacer la entrevista, de acuerdo.?

Mia: Porque necesitas una nueva secretaria ya tienes una.?

—Fue lo primero que me vino a la mente y esas palabras salieron sin darme cuenta, ella solo sonrió mientras se recostaba en su silla.—

Saroth: Vaya... eres directa, eso me gusta.

—Eso le gusta.?, a que se refiere.?—

Saroth: No todos pueden ser directo con alguien como yo, hasta ahora, solo Oliver me dice lo que piensa sobre mí, necesito que alguien como tú,  trabaje para mí, así podré mejorar.

—Si ella supiera que lo que dije fue por error, pero aprovecharé esta oportunidad.—

Mia: No me has respondido.

—Ella suspiró.—

Saroth: Quieres la verdad... O... una Piadosa pequeña mentira.?

Mia: Que.?

—Realmente no estaba entendiendo.—

Saroth: Eso mismo, no hay truco en esa pregunta.

—La verdad o una piadosa pequeña mentira.?, que significa eso.?. Tenía entendido que la palabra 'Piadosa' significaba.. 'Decir una mentira para mantener a esa persona contenta  sin dañar a nadie —

Mia: Por que.?

Saroth: Que quieres decir.?

Mia: Eso mismo, por que.?

Saroth: No, es que no te entiendo.

Mia: Sé muy bien que me entiende.

Saroth: Por qué crees que te entiendo.?

Mia: Usted es una mujer estudiada, creo que entiende lo que quiero preguntar.

—Ella me miró fijo, esta vez le sostuve la mirada. Ambas solo nos mirábamos respondiendonos cada pregunta que teníamos en la nuestra cabeza sin decir una palabra, pero esas preguntas no serían confirmadas hasta que no las respondieramos con nuestras propias palabras. Sus ojos en estos momentos mostraban mucho y nada a la vez, parecían dos luciérnagas que cada dos segundos me permitían admirar su hermosa luz, pero de pronto se apagaban y me dejaban confundida y con la expectativa de saber que tan brillantes alumbrarían después, no podía apartar mi mirada de ellas porque pensaba que me perdería de algo hermoso en cuanto mi vista no tuvieran su atención, era algo raro pero muy al fondo de mí... le gustaba esto, no sé cómo.... ella podía hacerme sentir tanto en tampoco tiempo, además de ser mujer. De repente ella hablo, de una miré mis manos sintiendo rara apenas ella apartó su mirada de la mía —

Saroth: No es nada. Ella es mi secretaria, pero yo te necesito como mi asistente personal, que es diferente.

Mia: En que.?

—pregunté volviendo a mirarla, ella ya me estaba mirando.—

Saroth: Una asistente personal... debe estar allí en cuanto la necesiten, si toca viajar... debes ir, si te toca hacer horas extras, debes hacerla, (claro, se le pagará por esas horas extras) debes llevar mi agenda diaria. Es algo así, mas o menos.

—Mientras ella decía eso, solo tenía una cosa en mi mente, mi niña, jamás saldría de viaje y dejarla sola, jamás haría horas extras, debía estar allí a la hora de ella acostarse, creo que éste trabajo no es para mí.—

Saroth: Algo que agregar.?

—La miré con deseo de decirle que realmente quería trabajar para y con ella, pero sabía que no podía.—

Mia: Lo siento, creo que no puedo tomar este trabajo.

—Ella abrió sus ojos en sorpresa, yo la miré con ganas de retroceder esas palabras y decirle que tomaría el trabajo, pero mi niña estaba de primero antes que cualquier cosa. En su mirada resaltaba la palabra '¿por qué no.?'.—